Alastor se sentó en una mesa afuera de un café en el otro extremo de la ciudad, disfrutando de un café recién hecho mientras la gente miraba. Se llevó la taza de porcelana a la nariz e inhaló profundamente, suspirando satisfecho ante la riqueza tostada oscura.
En esa mañana, expectante al informe que esperaba de Husk sobre los últimos movimientos de Von Eldrich, considero que ese lugar valía la pena para una segunda visita, esta vez sin trasfondos o el trabajo de por medio, simplemente para disfrutar del buen café y de la agradable vista de la ciudad que esa tienda ofrecía. Sonriendo suavemente, pensó en la alegra cara de Charlie al traerla a ese lugar, tenían bastante tiempo sin salir únicamente ellos, dos, por lo que ese sitió podría ser adecuado para una salida de ambos.
De repente, sintió un curioso cosquilleo que surgía ante un elemento cotidiano y ameno, provisto de una jovialidad fresca y un ánimo indiscutible que era capaz de iluminar el más triste de los días. El pensamiento fugaz de Charlie, tan repentino como desconcertante, hizo cuestionar al espía que tan a menudo enlazaba situaciones habituales con la joven oficinista.
A su lado, Alastor siempre se encontraba lleno de euforia y buen ánimo, de modo que, en lugar de considerarlo un hecho negativo, fue más que insignificante, atribuido al mejoramiento de su relación de amistad, y como esta venia acompañada de mayor comodidad debido a su presencia. El problema se suscitó cuando entendió que existía un sentimiento de júbilo en cada actividad realizada en compañía de ella, en como su mente divagaba en los rasgos de su rostro y la candidez de su sonrisa, en el que el revoltijo de su estómago comenzó a ser usual y siempre por la misma causa: Charlotte Morningstar.
Había empezado a notarla más, a cuidarla, protegerla y alentar cada aspecto que ella ponía interés hasta que se dio cuenta que, la existencia de Charlie había calado de tal modo, que la concebía como una figura fascinante, con la cual estaba dispuesto a seguir coincidiendo aun terminada la operación Strix.
Sin embargo, no era una opción factible. Por mucho que existiese una buena relación de amistad entre ambos, el espía estaba consciente de que concurrir a una persona fuera de lo que implicaba su oficio, podía constituir un obstáculo a largo plazo. Mesclar sentimientos personales con la misión era el mayor fracaso que pudiera tener en un agente encubierto. Por ello, el siempre alejaba con eficiencia sus pensamientos, observando y analizando todo con frialdad, y tarde o temprano, dependiendo que fuera el caso, Alastor estaba destinado a abandonar a su familia falsa.
Sin embargo, algo en su pecho se removió de forma incomoda, rechazando el atisbo de dicha posibilidad.
—Oye.
La presencia de Husk utilizando uno de sus tantos trajes encubiertos capto su atención, invitándolo a tomar una taza de café mientras discutían cosas en código a la par que le entrega los documentos que esperaba de él. La conversación se extendió el suficiente tiempo para parecer un encuentro de negocios normal, y en cuanto el café se acabó, el momento de finalizar la conversación llego.
—Bien, entonces podríamos decir que eso sería todo por el momento —comentó guardando disimuladamente el sobre que el veterano le entrego por medio del periódico que ahora estaba en sus manos. Pero antes de que tuviera la intensión de retirarse, recordó algo—. Por cierto, voy a requerir de tus servicios nuevamente para cuidar de Molly en un par de días.
—¿Qué? ¿Otra vez? —bramo hastiado, aunque no era del más mínimo interés del espía—. ¿Acaso crees que soy una maldita niñera personal que está disponible 24/7? —cuestiono brusco, Alastor lo pensó un momento.
—Tal vez —respondió, conteniendo cierta risa. Husk se masajeo la sien, pasando toda su mano por la cara, hastiado.
—Y ¿Ahora para qué? ¿Alguna misión nueva? —pregunto.
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Secretos de Familia (Charlastor AU)
FanfictionMolly era una niña normal que asistía a una escuela poco común, tenía una amiga cercana y unos padres amorosos a quienes quería con todo su corazón, pero aunque se vieran normales por fuera, su familia no era para nada normal. Todo el mundo guardaba...