Charlie tenía muy buenos recuerdos de sus padres, fueron unos padres atentos, protectores y amorosos que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para criarla como una niña amorosa, llena de valentía y creyente de que un mundo mejor podría ser posible.
Por supuesto, ella estaba muy feliz de las palabras que le decían y se sentía orgullosa de la profesión que tenía su padre, en la cual buscaba desde la política configurar las relaciones de paz entre Ostania y Westalis. Confiaba plenamente que, a través de sus acciones, las cosas pudieran mejorar y en algún momento, las rencillas y disputas terminaran.
El problema es que no pudo ver la llegada de ese sueño.
Durante una noche de regreso a casa, el coche de sus padres exploto de la nada en una intercepción del centro de Berlit, acabando con la vida de ambos en el acto. Se estimaba que el motivo detrás de la muerte derivaba de un grupo terrorista radical westalis que buscaba la guerra entre ambas naciones.
Lograron fácilmente su cometido porque se presentó un conflicto armado entre ambas naciones, el cual duro al menos diez años. Durante ese tiempo, Charlie entendió que no importa que tan buenas intenciones tengas por otros, siempre existiría alguien que buscara corromper la paz, en busca de la violencia.
Entonces, el encuentro cercano con uno de los asociados de su padre la abrió los ojos mientras lloraba la muerte de sus padres.
—Pobre y patética niña, arrancada del seno de sus padres a tan corta edad, no conoces la realidad del mundo ni lo que hay en él —hablo ese hombre de cabellos negros y tez morena, su prominente barba y oscuros ojos erizaron la piel de Charlie en un terror absoluto—. Hagas lo que hagas, no importa lo que pienses, jamás podrás encontrar la paz por medio de ilusas y
En ese preciso momento, Charlie había mirado a ese hombre con un terrible miedo. Mientras aun lloraba la muerte reciente de sus progenitores, aquel hombre se acercó a ella con una mano extendida. A pesar de la dureza de su expresión, un poco de compasión se asomó en sus ojos.
—Charlotte Mornignstar, hija de Lucifer y Lilith Morningstar. Tus padres me salvaron en más de una ocasión y estoy profundamente agradecidos con ellos, y pienso pagar esa amabilidad ofreciéndote una segunda oportunidad.
La joven chica lo miró sin entender, el hombre de mediana edad la observo fijamente, encontrando lo que estaba buscando en aquel par de ojos esmeralda.
—Te ofrezco una forma de vida distinta, capaz de sopesar la perdida de tus progenitores, salvaguardar sus sueños y esperanzas, a la par que sirves de forma secreta las bases fundamentales de este país —hizo una pausa—, dime ¿estas dispuesta a ello?
Charlie no sabía que exactamente estaba diciendo, era un hombre desconocido y con una apariencia asquerosa, capaz de causarle miedo. Y sin embargo, ella se levantó del suelo en donde reposaban las lapidas de sus padres para tomar esa nueva mano que se convertiría en la de su maestro y empleador.
Ella fácilmente podría seguir viviendo la vida que sus padres habían ansiado para ella en el pleno de la luz. Pero dentro de la máxima oscuridad, ella tomaría una nueva forma, una que abandonaba todo que fue en un momento, arrebatándole todo rastro de idealidad o ingenuidad de cómo se manejaba ese cruel mundo. Ya no solo era Charlie, o Charlotte Magne, ahora ella tenía un nuevo nombre el cual sería su alias por el resto de sus días, aun cuando sus manos dejaran las armas.
Seria bautizada como la princesa del infierno.
Nos encontramos a ocho dias de culminar el fictober, de verdad estoy muy feliz de como hemos avanzado y me he encontrado muy feliz del apoyo que he contado de ustedes, aunque el final este a la vuelta de la esquina, estamos proximos a la semana Charlastor 2022 en la cual participare con muchas historias muy interesantes, espero puedan seguirlas conmigo
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Secretos de Familia (Charlastor AU)
FanfictionMolly era una niña normal que asistía a una escuela poco común, tenía una amiga cercana y unos padres amorosos a quienes quería con todo su corazón, pero aunque se vieran normales por fuera, su familia no era para nada normal. Todo el mundo guardaba...