9. ¿Quién te hizo esto?

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¿Qué podría hacer?

Charlie estaba sumamente desesperada. La última misión que tuvo no salió nada como esperaba, había múltiples guardias custodiando el objetivo y había tenido que luchar con todos a la vez para evitar que este huyera. Y aunque logro asesinarlo, lo que no espero es que el más fortachón de ellos lograra sujetarla tan fuertemente del brazo dejándole una marca violeta muy difícil de ocultar. Se encontraban en pleno verano lo que hacía que el calor fuera insoportable, incluso la tarde de ayer se había quejado incontables veces de ello, de modo que usar ropas largas en ese instante sería demasiado extraño.

Aprovechando que llego temprano a casa, busco todas las formas de minimizar la profundidad del moretón, incluso busco maquillarlo, aunque ella no era nada buena con eso. Suspirando nerviosamente, la asesina se cuestionaba que hacer en cuanto Alastor regresara del trabajo.

Durante el último tiempo, su relación había escalado de formas tan curiosas, que más que un matrimonio falso, sus sentimientos habían aflorado al punto en el que conocían cada detalle de sus cuerpos, entregándose fervientemente al calor de sus abrazos y encontrando paz en el pecho contrario. Apenas ayer, su sesión había sido tan intensa que la pobre Charlie temió haber despertado a la pequeña Molly con su voz indecorosa, regañando a su querido esposo por la vergüenza que intencionalmente le buscaba pasar, al ser incapaz de contenerse.

¿Cómo podría explicarle esto a Alastor? Si él intentaba tocarla de nuevo esa noche ¿Qué llegaría a pensar de ella si la encontrara con esos moretones?

—¡Buenas tardes querida! Estas desde temprano en casa esta tarde —comentó la agradable pero inesperada voz del locutor mientras ingresaba a la cocina.

—¡A-Alastor! —la voz de Charlie salió ahogada, ni siquiera tuvo tiempo de esconder los moretones con otra muda de ropa, cuando una mano sostuvo su brazo.

—Charlie ¿Qué es esto? —Alastor captó de inmediato el tono violeta de su bien, intuyendo claramente que algo le había pasado. La oficinista intento rehuir su mirada, tratando de soltarse.

—N-No es nada, solo tuve un accidente esta mañana de regreso del trabajo —trato de explicar, ocultando sus brazos tras su espalda. Sin embargo, la preocupación clara en el rostro del espía no fue menos, junto a la inquietud de verla herida.

—¿Un accidente? —se preguntó, viendo que la gravedad del impacto en el brazo no parecía como algo simplemente común como una caída o casero como una quemadura, parecía un golpe en toda regla.

—¿Acaso alguien te ataco para robarte o algo? —pregunto.

—No, claro que no, me hubiera defendido de ser el caso —respondió de forma espontánea y con sinceridad, notando al último momento lo estúpida que había sido al negar la opción más fácil de excusarse para ella.

Mientras Charlie se recriminaba mentalmente, Alastor seguía repasando las opciones factibles, puesto que con la fuerza bruta que la oficinista había demostrado en diversas ocasiones, la cual era capaz incluso de noquearlo, un ataque sorpresivo hacia ella hubiera resultado de otro modo.

—¿Acaso... tu jefe intento sobrepasarse contigo de alguna manera? —aproximo con gesto oscuro ante la idea, pero Charlie reacciono más alarmada ante la posibilidad.

—Oh, dios mío, no, claro que no, el señor Pentiuos sería incapaz de tal cosa —expreso con seguridad, descartando de este modo la posibilidad de un abuso de poder

Si esas vías estaban agotadas ¿Qué podría haber sido? Desde su lugar, Charlie veía como "su esposo" buscaba posibles causas a sus heridas, y aunque estaba sinceramente agradecida con ello, se encontraba más que nervioso por todo el asunto, si por cierto descuido suyo, Alastor descubriera su verdadera identidad, no solo lo pondría en un terrible peligro, si no que la concepción que tenía de ella podría cambiar y no estaba segura de cómo podría ser. Por eso se encontraba aterrada, queriendo terminar el tema de una vez para no seguir ahondando.

Secretos de Familia (Charlastor AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora