Nota: este capítulo hace referencia al pasado de esta historia, siguiendo los promts del fictober 2022, conteniendo ciertos elementos de indole sexual, estan advertidos.
Llegando una acalorada tarde de verano, Alastor suspiro de alivio mientras abría la puerta de su departamento. Con su campante sonrisa que jamás se despegaba de su rostro, tarareaba una canción alegre mientras se quitaba los zapatos en el vestíbulo de la casa, virando hacia la izquierda mientras dejaba su sombrero y su maletín en su determinado espacio. Mirando por el espacio, se preguntó si ya había regresado Charlie. Esa tarde Molly llegaría un poco tarde, pues había salido de compras al centro con su amiga Octavia, quien haría el favor de traerla de regreso en el auto de su familia.
Pensaba que, aunque no sirvieran para ese caso, las conexiones con la familia Goetia podrían ser de gran ayuda en el futuro, así que, elogiando mentalmente la selección de amistades de su pequeña hija, fue uno de los primeros en aceptar que saliera con esa pequeña niña de cabellos oscuros.
A los pocos minutos, el locutor escucho una suave melodía proveniente de la cocina, siendo esta la inconfundible voz de la adorable Charlie. Liberando un poco la presión de su corbata, se acercó con paso lento hacia la cocina para saludar.
Manteniéndose de espaldas, Charlie preparaba algo para la cena mientras tarareaba una balada mientras se movía suavemente en su espacio, usando un ligero suéter abierto en la espalda, la oficinista disfrutaba del momento sin darse cuenta de lo que había causado a sus espaldas.
Había algo en su voz y en su figura que hizo que a Alastor se le entrecortara la respiración. Su boca trató de moverse, pero no pudo formar palabras por muy improbable que sonara.
Completamente hipnotizado, se quedó postrado en el marco del comedor, viendo sus suaves movimientos y escuchando la dulzura de su melodía.
Estaba hipnotizada por sus ojos color carmesí y su sonrisa siniestra. Cuando ella lamió sus dedos para limpiar los restos de algún alimento, haciéndolo casi dolorosamente lento, Alastor sintió que su excitación se disparaba. Algo dentro de él cobró vida y le hizo sentirse ahogado probablemente era el peor momento.
Tenía que hacer algo, decir algo, saludar, huir, cualquier cosa, pero la forma en como ella lo había llamado sin siquiera darse cuenta, le dejó un dolor sordo inferior que necesitaba ser satisfecho.
Sus hombros se tensaron, obligando a sus pies a caminar forzosamente fuera del perímetro cercano a ella. Con todo el rostro enrojecido y con la temperatura más elevada de lo que jamás estuvo, se dejó caer por la puerta, oculto por la seguridad y privacidad de su estudio.
Si no hubiera sido por su ultimo atisbo de compostura y recato, hubiera sido incapaz de contenerse de tocar su fina espalda y besar la blancura de su cuello. Encerrado bajo llave, controlo su voz lo mejor que pudo para contestar a la pregunta de Charlie sobre su presencia en la residencia. El esfuerzo sobrehumano de bajar la intensidad de sus pensamientos y el calor de su cuerpo, parecía casi imposible. Jamás espero tener tal pensamiento, nunca considero siquiera la idea de llegar a verse en una situación comprometedora con la gentil y dulce Charlie, quien había aceptado de buena fe en un acuerdo beneficioso para ambos, alejado de cualquier sentimiento o percepción romántica.
Y, sin embargo, él estaba allí, atrapado en un espacio, incapaz de reprimir el pensamiento de verse tocando el cuerpo de Charlie sin escrúpulos, escuchando sus gemidos y pasando sus manos por toda su piel, marcándola, besándola, mellando su espíritu ante la necesidad imperiosa de unirse carnalmente a ella.
El entendimiento de encontrarse solos sin la presencia de terceros que pudieran interrumpirlos no hizo menos por mejorar su situación.
Como un incendió, voraz y devastador, que nublo su mente y lo dejo postrado a los pies de ella, calcinando su racionalidad, su compostura y sus principios, únicamente por verla usar una prenda que dejaba a la vista algo más de piel de la que espero vislumbrar.
Todo eso tenía un nombre. Alastor lo sabía, sería demasiado ciego si no podía siquiera reconocerlo. Aun así, no era menos difícil reconocerlo.
La deseaba.
La deseaba como mujer, retorciéndose debajo de él, susurrando su nombre como una plegaria desesperada.
No sabía cómo había comenzado, cuando se había desarrollado ese sentir, pero eso no era simplemente algo que nacía de repente. Era algo paulatino, cocinado a fuego lento y que se fue desarrollando con el paso del tiempo, el crecimiento de la confianza entre ambos y la presencia de una chispa derivada de su cercanía, de las miradas encontradas y de los rozamientos no buscados. Todo aquello parecía haber estado contenido como una presa, volviendo con fuerza y casi rompiéndose en esa oportunidad.
Y sin siquiera darse cuenta de esa reacción que provocaba en él, Alastor se sentía completamente desarmado ante ella, Charlie lo tenía arrodillado a sus pies sin el mínimo esfuerzo, solo demostrando su mera existencia y de una forma que el espía jamás espero.
Y en el reconcomiendo de ese deseo, lo obligo a tratar de calmarse como fuera, incrustando sus uñas en su brazo en búsqueda de refrenar su propia lujuria y volver a pensar con racionalidad.
Tenía que calmarse de alguna forma.
Y recurriendo a sus propias manos, avanzo desesperado por el margen de su bragueta, mordiéndose el labio, desesperado por no emitir ningún sonido que lo comprometiera. Se sentía vasto, avergonzado y patético, cayendo a tales circunstancias por culpa una cosa tan vana. Así la fuerza del encanto de Charlotte Morningstar, y Alastor había caído por completo por ella.
¿Que les ha parecido? Estoy full con mi trabajo, pero he logrado escribir este otro más para mañana, sinceramente espero que les haya gustado, yo me encuentro bastante conforme con el resultado pese a lo corto que es.
ESTÁS LEYENDO
Secretos de Familia (Charlastor AU)
FanfictionMolly era una niña normal que asistía a una escuela poco común, tenía una amiga cercana y unos padres amorosos a quienes quería con todo su corazón, pero aunque se vieran normales por fuera, su familia no era para nada normal. Todo el mundo guardaba...