Y empezaba otro bonito día en la guardería, con un Rindou que pedía socorro entre lágrimas de pánico, disfrazadas en risas encantadas. Estaba siendo sometido en el juego de las cosquillas por parte de la persona que tanto quería.
—¿Dónde está bebé? ¡Aquí está!—Haruchiyo seguía haciendo ruidos con su boca sobre la pancita de Rindou, apretaba sus dedos en la suave cintura del niño, haciendo su tacto semejante al de una serpiente desde sus costillas hasta la cadera.
Todo fue risitas divertidas y pataleos, hasta que las cosquillas lo asustaron.
—Ya no quielo.—pidió entre lágrimas.
—Ooww, ¿Quién es un bebé llorón?—revelaba el verdadero monstruo que era.—¡¿Quién es el bebé llorón?!—quiso sonar dulce pero se escuchó igual que un maniático.
—Ya no.—estaba entumecido, pero la risa seguía escapándose como si realmente disfrutara del juego, cuando no era así.
—¡Tú eres el bebé llorón!—el niño hizo un puchero y rompió más en llanto.
Haruchiyo daba más miedo que ese monstruo de la piscina de pelotas, el asustado bebé estaba plenamente decepcionado de él.
—Haru-chan...—se ahogó con sus mocos, tenía el alma rota, su cuerpo temblaba y la sensación le sofocaba—Ya no te quiero.—empezó a llorar con mucho ímpetu.
—Rin-rin...
—¡TATEMITCHI!—gritó con todas sus fuerzas para ser salvado —South, vengan pofavo ...
El chico estaba más cerca que el otro niñero, acudió con extrema ansiedad al distinguir el tono de voz tan dolido y suplicante, un pedido de ayuda.
—¡South, South!—estiraba sus bracitos, ahora le tenía mucha desconfianza a su persona favorita.
Minami se apresuró en arrebatarle a Rindou de los brazos del desagradable hombre, él también se había llevado la ingrata sorpresa de esa escena.
—Yo solo le estaba haciendo cosquillas...—tembló, ¿Se había pasado?
Sí.
El bebé lloraba en el pecho del muchacho, este con su inexperiencia trataba de aplacar sus temblores y tímidamente le tomaba de los cachetes para limpiar sus lágrimas por medio de sus pulgares.
En la punta de su lengua se murieron todas las palabras de consuelo.
—Bebé, perdóname, no quería ser tan...—Sanzu se acercó, notablemente nervioso.
—¡WAAA, WAAA!—se hizo chiquito en el regazo de South, temiendo que se le acercara más.
—Rindou...—lamentó, con un nudo en la garganta.
Había herido a su angelito.
Ran apareció en un santiamén, buscó a su hermanito, totalmente preocupado y al borde de las lágrimas. Lo encontró con South y fue hasta él para preguntarle que pasaba.
—¡¡¿Fue Shuji veldad?!!
—Haru...—sorbió con fuerza sus mocos.—Haru-chan me hizo llodar...
—Rin-rin.—dio un buen trago de saliva.—Mi vida, por favor perdóname, no quería pasarme con las cosquillas...
—Quiero a mi mami.—hizo la voz más aguda, volviendo a su llanto de manantial.
—¡¿Qué le hiciste al niño?!—Keisuke le metió un golpe sonoro en la espalda antes de dejarlo responder, le sacó el aire.
Lamentablemente, había arruinado la confianza que le tenía.
ESTÁS LEYENDO
Guardería
FanfictionTakemichi, Baji y Sanzu, son tres amigos que cuidan de un montón de niñitos. Esta es la historia de cómo viven el día a día lidiando con las pandillas de bebés, niños celosos y traviesos.