Cap 18 "La cita"

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—¿Este capítulo es para mí?—dijo Keisuke, sonriendo de oreja a oreja.

—Sí Baji, es para ti.

—¿Vas a relatar mi cita verdad?

—Sí Baji.

—Pon todos los detalles.

—Sí, sí.

—Si no lo haces te pego.

—Que sí caramba, vete a cuidar los niños—lo corrió de su oficina, una vez que estuvo fuera la escritora se estiró para hacer tronar sus huesos.—Bueno, hora de desquitarme con Baji.

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Keisuke seguía con el sueño frustrado de tener una Pet Shop, de tratar con animales, por eso en algunas ocasiones combinaba su deseo con su trabajo de verdad.

—Sentados.—cinco niños le hicieron caso.—Muy bien.—a ellos les regaló galletas.

Solía hacer esas actividades a escondidas de sus otros compañeros, porque claramente lo regañarían.

Eran niños, cachorros humanos, ¿Qué de malo tenía enseñarles trucos?
Si en las calles ya habían padres trayendo a sus hijos con correa.

Tal vez debería proponerle a la mamá de Shuji que se comprara una para pasear con su lindo niño.

—¡Baji-san, abachame!—exigió Chifuyu, con su carita llena de sentimientos encontrados.—¡Quiero un abacho!—flexionaba sus rodillas para imitar un resorte, necesitaba amor.

El niñero cumplió esa necesidad sin esperarse que de inmediato Chifuyu se pusiera a llorar y arrinconarse en su cuello, ocultándose de todos.

—¿Qué pasa mi niño?—lo apretó suavemente.—¿Por qué llora mi niño hermoso?

—Tasutoda ya no me quiele...

Oh, ¿Qué eso no había pasado antes?

—¿Quieres contarme que te pasó?—Chifuyu solo movió la cabeza en negación.—¿Se pelearon?

—Sí  —respondió abatido.

Era todo un dramático, solo porque vio a Kazutora dándole un beso a Yuzuha en la mejilla se enojó mucho, en ese instante dejaron de ser momios.

—¿Qué te parece si te tomas un vaso de chocomilk?—le propuso como opción para hacerlo feliz. Chifuyu amaba el chocolate.

A Mikey no le gustaba ser entrometido, pero se dio la coincidencia  de que iba pasando por ahí cuando Baji comentó lo  último.

—¡A mí también dame!— Manjiro corrió detrás de Baji.

—¿Qué cosa?—preguntó su hermanita, uniéndose a las carreritas.

—Baji está dando chochomil.

—¡Yo quiero!

—¿Qué cosa?—preguntó Takuya.

—Baji va a darnos pastel.—dijo Emma.

—¡Yo quiero!

—¿Qué quieres?—se acercó Yamagishi.

—Baji-san va a dar pantecitos.

—¡Quiero!

Y así se fue haciendo un teléfono descompuesto, los niños alteraron por completo la información.

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