En algún lugar de un gran país ♪♩
Como solía ser en los últimos días, Baji ponía música para ambientar la guardería y que todos los niños se sintieran energéticos (era una buena estrategia para cansarlos y que se durmieran, así tenía un poco de tiempo para sí mismo).
Compartía su gusto musical con todos, se sentía genial de saber que inculcaba, a su percepción, un gusto sublime por la música. Los pequeños adoraban cualquier cosa que saliera de la bocina.
-¡No hay tamino que llege hasta atí!-cantaba Emma, saltando como ranita por todas partes.
-Nana nanana na, nanana-simplemente hermosa la entonación de Chifuyu.
Haruchiyo cambió la canción para poner una playlist de Modern Talking, a algunos les gustó, entre esas personitas obviamente estaba Rindou.
Al cabo de diez minutos, Takemichi se sintió desplazado porque siempre lo dejaban al último para escoger canciones, así que se tomó la libertad de interrumpir el ambiente que recordaba a la década de los ochenta, poniendo melodías de Ghibli.Automáticamente todo fue fantasía, nacieron princesas y príncipes, magos poderosos y hadas muy lindas.
Baji invitó a Takemichi a compartir una pieza, el joven le aceptó risueño.
Kazutora imitó a su niñero, ubicó a Yuzuha para invitarla a bailar, pero un niñito había adivinado sus intenciones y se interpuso antes.-¿Quieres bail... ?-fue interrumpido y arrastrado por la euforia de Chifuyu.
-Sí, sí quiero.
-Le iba a peguntar a Yuzu-chan-murmuró, visiblemente afectado por la expresión apagada en su mejor amiga.-Chiuyu, voy a hablar con Yuzu.
-No, baila conmigo.-sujetó las manos de Kazutora para llevarlas a sus costados, después abrazó desde el cuello a su mejor amigo.-Demos vueltas.
La primera relación tóxica, chispas.
Shiba destilaba dosis de agonía, sus suspiros evocaban tristes y felices memorias. Jugaba con su muñequita, haciéndola bailar al sonido de la armoniosa melodía, todos bailaban en burbujas de cariño, a excepción de ella.
Tenía un frágil corazón, vivía de una mentira. Empezaba a intuir que las cosas en su casa no eran normales.Mamá no regresaba de ese viaje.
Yuzuha, pensaba que quizá fue una mala niña y por eso ya no la quería ver, pronto sus ojitos se hicieron acuosos y sollozó en silencio. Huyó de la sala para que sus compañeritos no se alteraran o estuvieran haciéndole preguntas.
Ran se percató de aquella huída, algo le motivó a seguirla. Soltó a su hermanito y corrió tras ella, hasta llegar a la habitación donde tenían los libreros saturados de cuentos.
-¿Yuzu?-la halló tras un mueble, echa una bolita temblorosa.-¿Te sientes mal?-se puso en cuclillas y extendió su brazo para alcanzar la cabeza de la nena.-¿Po qué lloras?
-Quiero a mi mami.-su corazón era martirizado por los dulces recuerdos de una voz que sinceramente empezaba a olvidar.
Yuzuha extrañaba los abrazos de su mamá.
Sus besos, sus cuentos, tomarle de la mano, dormirse en su pecho, la añoraba cada día más.
Desafortunadamente, su padre era un mentiroso que seguía sonriendo para mantener viva la ilusión de un amor ya marchito.
Ran se acercó despacito, obligó a Yuzuha a desenvolverse de su rígida postura, la abrazó fuertemente para sosegar su alma. Daba leves golpecitos en su cabeza, y le besaba las pegajosas mejillas por las lágrimas que seguían escurriendo sin detenerse.
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Guardería
FanficTakemichi, Baji y Sanzu, son tres amigos que cuidan de un montón de niñitos. Esta es la historia de cómo viven el día a día lidiando con las pandillas de bebés, niños celosos y traviesos.