Jugaremos en el bosque, mientras el lobo no está, si el lobo aparece, a todos nos comerá...
¿Lobo estás ahí?
¡Aquí estoy!
₍₍ ◝( ゚∀ ゚ )◟ ⁾⁾
No cabe duda que la inocencia e imaginación de los niños era demasiado grande.
Podrían crearse un mundo mágico con tan solo un objeto o una imagen.Miércoles por la mañana, todo estaba tranquilo a la hora del desayuno.
Los niños empezaban a maniobrar mejor las cucharas y tenedores. Tomaban juguito de uva, así que todos tenían los labios manchados.
—Emma, ¿Me das?—el niño miraba con deseo las salchichas picadas del plato de su hermana.
—No.—se vengaba de aquella vez que le robó dulces —Son míos y no te doy.
—¿Ya no me quieres?
—Sí te quiero.—comía en paz—¿Po qué?
—Poque si me quieres me debes dar.
—Entonces no te quiero.—cortaron todo lazo de hermandad.
—Ya no quiero.—Seishu apartó su plato, apenas había pellizcado algo.—No me gusta.
—Yo si quiero.—Ryohei tomó con todo gusto las sobras.
—Seishu, ¿por qué no comes un poco más?, va a faltar un rato para el almuerzo.
—Es que ya me duele la panza. Voy a mimir.
—No, espérate un ratito, es malo que te acuestes a dormir luego de comer.
Manjiro resopló derrotado, no había conseguido comida robada, era una verdadera lástima.
A Shuji se le ocurrió la loca idea de empezar una guerra de comida, su diablito interior andaba suelto todo el tiempo.
Agarró un poco de puré de papa con la mano para lanzarse la a Ran, el niño estaba distraído y recibió todo en la cara, antes de quitársela para ver quién fue, ya había tomado un poco de su comida para devolver el golpe a su archienemigo.—¡Shuji!—Takemichi podría ser un pan de dios, pero había cosas que de plano no soportaba, y eso eran los niños rebeldes.
La rivalidad de los niños enemigos iba creciendo día con día. Se ocultaban de los adultos para jalarse de los cabellos, se odiaban a muerte.
Minami apreció con mucha impotencia el como los niños tomaban tan a la ligera sus sagrados alimentos para desperdiciarlos en una boba guerra de comida. A esos niños les faltaba tener consciencia sobre las cosas, darle la importancia necesaria a todo lo que tenían y ser agradecidos.
Él fue un niño que en muchas noches se fue a dormir, como alternativa para no sentir hambre (o ignorarla) y ahora que tenía un plato muy nutritivo y repleto, tenía que soportar la secuencia de esos niños malcriados derrochando su comida.
Fue suficiente razón para sacarse la chancla.
—¡Gueda de comida!—otro niño alborotador se integró a arrojar bolas de puré.

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Guardería
FanfictionTakemichi, Baji y Sanzu, son tres amigos que cuidan de un montón de niñitos. Esta es la historia de cómo viven el día a día lidiando con las pandillas de bebés, niños celosos y traviesos.