🌸9. Plan🌸

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Era una mañana tranquila de verano, los campos de flores se movían en un ligero vaivén consecutivo causado por el viento que soplaba con sutil delicadeza, el sol estaba a pocos minutos de ocultarse en el horizonte, las aves volaban hacía sus nidos dentro de los grandes arboles que decoraban aquel campo de rosas, se protegían de la noche abrazadora que llegaba con fuerza. El ambiente era cálido, calor abrasador que se esparce por todo el lugar, las cigarras cantaban entre los arbustos interrumpiendo aquel silencio que rodeaba a Jungkook.
 
Aquel hombre rubio miraba el horizonte con la mirada perdida, estaba sentado al final de las escaleras de su casa, una pequeña choza rústica, con una decoración modesta, una amplia puerta corrediza que dejaba ver todo en su interior que con tanto recelo resguardaba del techo colgaban pequeñas mazorcas que se secaban conforme el viento y sol golpease por las mañanas tenía  una estufa de barro que estaba colocada a las afueras de su hogar junto con varios costales de maíz que pronto estarían secos y listos para comer. La vista era preciosa, vivir encima de una colina te daba ciertos privilegios, se podía observar el pequeño pueblo a lo lejos, junto con el amplio lago que rodeaba todo el lugar.
 
Las montañas por detrás que eran guardianes naturales de aquel pequeño poblado, no había aquellos ruidos molestos de ciudad, no había grandes edificios tan solo pequeñas chozas de granjeros o pescadores que vivían felices, vivían apartados de la mala vida citadina.
 
- Han pasado 2 meses y aún sigo esperándote- habló hacía los vientos, vientos que se llevaban sus palabras con efímera gracia, Jungkook bajó la mirada, clavando sus ojos en aquella carta que tenía entre sus manos, sentía como su corazón se estrujaba y lágrimas caían por sus ojos hasta manchar el papel comenzándolo arrugar. - ¿Tan malo fui? – preguntó hacía si mismo.
 
Quedándose de nueva cuenta en silencio, berreaba con fuerza tanto que su respiración se volvía irregular, se ahogaba en sus lágrimas, se torturaba con su dolor, aquellos ojos azules se perdían entre tantas gotas saladas que se acumulaban hasta caer de nueva cuenta por su mentón, tocaba su corazón, un corazón roto que luchaba por mantenerse en pie causado por un dolor de un amor que se esfumo, un amor que prometía ser eterno y ahora se volvía cenizas  convirtiéndose en nada.
 
- ¿¡QUE HICE MAL?!- gritó con rabia lanzando la carta lejos de él, se inclinó metiendo su cabeza  entre sus rodillas, abrazándose a si mismo, no había nadie a su lado que lo consolara, estaba devastado, adolorido, solo…

🌸

 
-

¿Taehyung, de verdad te sientes bien?- preguntó, este estaba recargado en el asiento de la mesa, con los ojos cerrados en total silencio, en casi toda la cena apenas y habían cruzado palabras cortas, el rubio le preocupaba aquella actitud tan desinteresada del azabache. - ¿Taehyung?- preguntó de nueva cuenta tratando de llamar su atención pero eso no parecía funcionar, ambos estaban a espera de que llegará la cuenta para poder irse.
 
Jungkook lo miró con tristeza, se sentía tan angustiado que no sabía que otra cosa hacer para llamar su atención, todo se vio interrumpido por el mesero que traía entre sus manos la cuenta.
 
- Aquí esta su cuenta Señor Kim- fue lo único que dijo, Taehyung sacó su tarjeta entregándosela al mesero sin ni siquiera ver el saldo final de todo lo que comieron, el mesero la aceptó un poco sorprendido, con la terminal de tarjeta, cobró la cuenta junto con su propina para al final de unos pocos minutos se la devolviera dando una pequeña reverencia antes de retirarse.
 
Taehyung se levantó de la mesa sin decir nada, el rubio tan sólo se sentía ajeno a todo, ajeno aquel azabache, ambos salieron del lugar en silencio.
 
- ¿Taehyung?, ¿te pasa algo?- preguntó de nueva cuenta sin recibir ninguna respuesta, Jungkook frunció el entrecejo un tanto molesto por aquella actitud, caminó tras él tomándole de la muñeca deteniendo su caminar.
 
- Suéltame- exigió, su voz era más ronca que lo normal, tenía un tono frío y casi sepulcral que estremeció a Jungkook, obedeciendo al mayor casi de forma instantánea. - ¡No ves que no quiero hablar contigo!- gritó, mirando al rubio que tan solo lo miro con rabia.
 
- Si ese era tu problema, ¡¿Para que me trajiste?!- gritó de igual forma, Taehyung se enfureció aún más ante el reproche del menor. - ¡Contéstame Kim!- exigió. El azabache le tomó de la muñeca apretándole con fuerza.
 
- ¡Eres un cínico Jungkook!, ¿Crees que no noté como aquel imbécil no te dejaba de ver en toda la noche?- Taehyung señaló hacía la puerta del restaurante donde un hombre alto de cabellos un tanto alborotados, observaba la escena en silencio, la oscuridad de la noche no permitía que este se viera con clareza, el rubio giró la mirada tratando de enfocarlo pero le era imposible, aquellas luces detrás suyo junto con la oscuridad que le pegaba de frente borraba cualquier rastro significativo.
 
- ¡Y! ¿ACASO ES MI CULPA?- gritó furioso mirando de nuevo al azabache.
 
- ¡Si!, es tu jodida culpa, tu eres el responsable de todo- gritó apretando más la muñeca del menor quien se doblego un poco ante el dolor que esto le produjo, apretujo sus ojos adolorido dando un pequeño quejido.
 
- Suéltame Taehyung, me estas lastimando- mencionó con una mueca de dolor, el azabache le soltó con brusquedad, dándole un pequeño empujón, Jungkook lo miró un tanto atemorizado por la actitud del mayor.
 
- Súbete al auto- exigió mientras continuo caminando hacía su deportivo, Jungkook temeroso de que pudiera hacer algo peor tan solo le obedeció en silencio.
 
- Es un placer volver a verte Jungkook...- susurró el desconocido mientras veía a la pareja subir a un auto.
 
El camino en el auto ciertamente fue una tortura para ambos, la tensión era palpable a flor de piel, tanto que con un cuchillo se podría cortar aquella tensión que los rodeaba, no había música que los acompañase para aminorar la discusión reciente. Jungkook miraba su muñeca con dolor, notaba como conforme pasaba el tiempo los dedos de Taehyung se marcaban con más fuerza en su piel, eso claramente dejaría un moretón grande, suspiró con pesadez subiendo el rostro hacía la ventana, quería calmarse viendo el paisaje pero nada parecía calmarlo. En su cabeza seguía rondando aquel rostro furioso que le lastimaba la muñeca, aquel rostro del hombre que le gusta maltratándolo, estaba tan furioso que le daba miedo tan solo pensar en lo que sería capaz.
 
A los pocos minutos habían llegado a Yongsan, las calles estaban muy poco transitadas aunque los bares y restaurantes aledaños a la zona estaban casi a reventar, aquellas cafeterías temáticas de anime siempre eran las más cotizadas y era una de las mayores atracciones de la zona, Jungkook observaba aquellos establecimientos con una ligera sonrisa en su rostro, envidiaba aquella felicidad que se notaba en los rostros de esos desconocidos, apartó su mirada un tanto dolido, dolido de aquella felicidad que no conocía.
 
Después de alejarse de aquellos lugares, el auto se estacionó frente a la puerta del conjunto de departamentos, Jungkook se desabrochó el cinturón tomando sus cosas con rapidez, no quería estar ni un segundo más junto con Taehyung, quería huir, necesitaba hacerlo.
 
- Jungkook, hablemos-Taehyung  dijo serio, aunque tratase de fingir preocupación aquello era lo que menos podía hacer, el rubio negó en silencio, abrió la puerta, quedándose un par de segundos fuera del auto. - Jungkook- habló con más fuerza, el rubio no cedió ante tan llamado, tan sólo azotó la puerta del auto alejándose del lugar. El azabache cerró los ojos con rabia, odiaba que le azotarán las cosas, sobre todo de su amado auto.
 
Jungkook llegaba a su departamento, con un rostro cansado y un tanto triste por lo que esa noche sucedió, abrió la puerta de su apartamento, se quitó los zapatos caminando por el pasillo que lo llevaba hasta la sala principal , notando un dulce aroma que se esparcía por toda la casa.
 
- Bienvenido a casa Jungkook, ¿Saliste tarde?- preguntó Jimin desde la cocina, mirando al rubio con una sonrisa ligera, el rubio le sonrió correspondiéndole.
 
- Si, salí tarde, fue una semana muy pesada- suspiró con pesadez, alzando un poco los hombros, notando una ligera punzada en estos, hizo una mueca de dolor.
 
- ¿Te pasó algo?- preguntó al verlo, Jungkook negó con una amplia sonrisa.
 
- No, descuida, me iré a cambiar... ¿Ya cenaste?- preguntó, mientras caminaba hacía su cuarto.
 
- Si, no te hice nada creyendo que tal vez saldrías con Taehyung- contestó, mientras le daba un sorbo a su taza de té, el rubio bajó un poco la mirada recordando lo que antes había pasado.
 
- ¿Puedo hacerte una pregunta personal?-  caminó a la mitad de la cocina, el azabache lo miró un tanto extrañado por tal petición.
 
- Si, dime- esperó a que continuara el rubio, quien se acercó a donde estaba el menor.
 
- Tú que conoces  a Taehyung, ¿Cómo es?- preguntó, Jimin se sorprendió un poco.
 
- Mi hermano.... en pocas palabras te diría que es un completo imbécil, pero eso creo que ya lo sabes tú, es alguien muy competitivo, serio, puedo decir que hasta es arrogante, déspota y siempre está en conflicto con Namjoon quien es el mayor de los tres, siempre ha querido superarlo en todo, pero nunca se da cuenta que él siempre nos ha superado- sonrió ante tales palabras aunque Jungkook estaba completamente callado escuchando con atención. -¿Por qué lo preguntas?-
 
- No por nada en especial, tan solo me dio curiosidad, gracias- fue lo único que dijo antes de irse a su habitación, la puerta de esta se encontraba al final del pasillo, siendo de un color negro azabache con toques dorados que se camuflaban con la manija de la puerta del mismo tono, la abrió con pesadez dejando al descubierto una habitación amplia, las paredes eran de un tono blanco con azul marino que se acoplaban a la perfección, los muebles eran de un tono negro que brillaban con la luz amarillenta que les golpeaba con sutil ligereza, la cama se encontraba justo en medio, tenía una colcha de color blanco bastante pomposa que estaba acompañada de varios cojines grises a cada lado de la cama estaba un buró de color negro que sostenía unas lámparas como parte de la decoración.
 
Frente a la cama estaba una pequeña chimenea que actuaba como soporte para la televisión plana, tenía un amplio closet que se expandía por toda una pared, este era de color blanco brillante que hacía un lindo juego con la decoración minimalista del lugar. Jungkook caminó hacía la cama, botando todo en el piso y este recostándose en aquella esponjosa colcha, se sentía en el paraíso, un paraíso caliente.
 
Aquella paz se vio interrumpida por el timbre del celular que salía del saco del rubio, este un tanto fastidiado, lo tomó mirando la pantalla, era un numero sin registrar, extrañado contestó la llamada, sentándose al filo de la cama.
 
- Si diga- pronunció cansado, del otro lado de la bocina se podía escuchar música de jazz retumbar.
 
- Hola, soy Jin ¿Te acuerdas de mí?- preguntó con felicidad, Jungkook sonrío contagiado de la misma.
 
- Claro que me acuerdo, ¿Cómo está?- preguntó un poco más animado.
 
- Estoy muy bien Jungkook, me alegro que hayas contestado, sé que esto te parecerá extraño pero quería invitarte a salir mañana- dijo con alegría, Jungkook tan sólo se quedo en silencio un par de segundos. - ¿Qué dices aceptas?, nada más seríamos tu y yo-
 
- Si claro, estaría encantado, ¿A qué hora sería?-
 
- Yo pasaré por ti, ¿Dónde es que vives?, no sabes que, mejor mándame la ubicación por mensaje y yo pasaré por ti a las 12 ¿Te parece bien?- pronunciaba emocionado.
 
- Sería perfecto, yo le mandaré la ubicación, ¿Compraremos algo?, es que aún no me pagan mi sueldo- se sentía un poco apenado, Jin dio una pequeña risa ante eso.
 
- Nada de eso, yo te estoy invitando, lo que significa que yo cubriré con todos los gastos-
 
-Pero Jin eso yo no lo puedo aceptar -negó avergonzado.
 
- Hagamos algo, mañana te invito yo y si salimos otro día tu invitas ¿vale?- Jungkook sonrió ante aquello, no tenía palabras para agradecer tantas atenciones.
 
- Es un trato- aceptó, Jin emitió un pequeño sonido de felicidad creando que Jungkook sonriera ante tal acto.
 
- Debo irme Kook, nos vemos mañana, ¡Descansa!- colgando el teléfono con rapidez, Jungkook se recostó en la cama botando el celular a un lado de él, se sentía tan cansado que poco a poco sentía como sus ojos se tornaban pesados, como si grandes pesas colgaran de sus pestañas que le impedían abrir los ojos con normalidad, se sentía relajado, una tranquilidad que le invadía con extrañeza. Tenía tanto de no sentirse así que esa poca tranquilidad la disfrutaba.

Castigo De Amor - Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora