Jungkook
La vida da siempre giros inesperados que nos cambian totalmente como personas, la llegada de mi hijo Minki trajo consigo diversos sentimientos que no creí experimentar tan joven; me arrepiento de no poder quererlo desde el principio pero estaba tan adolorido del como llegó que no quería ni siquiera saber que estaba en mi vientre, me negaba aceptar que tendría un hijo pero aunque me dieron la opción de abortar decidí tenerlo, algo en mí en lo más profundo me decía que lo tuviera y así lo hice.
Fueron nueve meses difíciles, en mi cabeza siempre rondaban ideas crueles de abandonarlo con Taehyung, pero él no tenía la culpa por los errores de su tonto padre, mi corazón estaba lo suficientemente quebrado por la traición de Taehyung y quería que sufriera; tanto era mi desprecio que generó una leve sensación de incomodidad cuando veía mi vientre crecer, aborrecía a mi propio hijo.
Recuerdo perfectamente el día en que nació.
Meses antes:
Era una madrugada silenciosa en aquel pueblo, el calor de verano inundaba las casas de quienes habitaban por el lugar, las cigarras e insectos cantaban al unísono creando una melodía armoniosa que salía directo de los arboles y arbustos que decoraban al pequeño pueblo, las calles solitarias estaban iluminadas con decoraciones de crisantemos de distintos colores junto con pequeñas lámparas tradicionales que daban un juego elegante por cada una de las calles.
La primera noche de septiembre, el mes donde las noches se alargan y los días se vuelven cada vez más cortos, la llegada del otoño es inminente pero a pesar de ellos, los días calurosos parecen nunca terminar; en lo más profundo del lugar se encontraba una mansión, aquella estructura de gran amplitud tenía una arquitectura asemejándose a un estilo tradicional coreana, donde lo que más llamaba la atención era su caída elegante en cada tejado que estaba puesto ahí, el lugar tenía un amplio jardín delantero con un pequeño riachuelo que rodeaba parte de la casa combinado con crisantemos y grandes robles que actuaban como guardianes de la casa.
Cada una de las fachadas tenían un color negro opaco que combinaba con las paredes de un tono blanco pulcro, creando un aspecto maduro y elegante, la entrada principal tenía un cuarteto de escaleras que daban pie a la recepción que se alargaba en un piso de madera laminado en un tono chocolate oscuro, en la entrada principal estaba el símbolo de la familia Wang marcado en un tono dorado que acompañaba a la puerta corrediza que tenía el mismo tono que el piso de la entrada principal.
Al entrar estaba colocado como una alfombra donde las personas se descalzaban para entrar a la casa, la cual aunque se mantuviera muy tradicional por fuera, por dentro tenía una decoración mas moderna que se juntaba con lo clásico de Corea, el recibidor tenía un piso laminado de color negro que se expandía a lo largo y ancho de toda la casa, la sala principal era una plataforma alzada donde se encontraba una mesa de vidrio flotando varios centímetros del suelo, los asientos estaban conjuntos en un bloque de cemento iluminado de tonos blancos, creando una sensación de tener un desnivel. Todo estaba acomodado en un estilo abierto donde se notaba una cocina industrial con grandes refrigeradores y alacenas camufladas con las paredes para mantener la sensación de amplitud, todo siendo iluminado tenue-mente con luces amarillentas.
La casa estaba en construida de tal forma en que en medio del lugar estuviera un jardín con un estanque de peces junto con un camino empedrado y luces dispuestas en diversos lugares del estanque y las flores. En el segundo piso estaban dispuestas las 5 habitaciones donde mantenían la decoración minimalista y en tonos monocromos, al final del amplio pasillo estaba la habitación de Jungkook.
Su cuarto era bastante amplio, tanto así que se daba el lujo de poder tener una pequeña sala puesta junto al ventanal que daba al balcón de su habitación, donde se tenía una vista magnifica del riachuelo y lo frondoso del bosque que les rodeaba. Justo en medio se encontraba su amplia cama que hacia juego con el armario de tonos blancos brillantes que abarcaban una sola pared, frente a su cama estaba una pequeña chimenea y una televisión colocada encima de la misma, todo en un decorado de negro, blanco y tonos intermedios que daban un toque más juvenil en todo el lugar.
Jungkook dormía plácidamente, acobijado por las delgadas mantas que mantenían su cuerpo fresco, la noche era tranquila, de fondo se podía percibir el agua correr con sutileza y los insectos cantar pero ya estaba tan acostumbrado que aquellos sonidos nocturnos solo servían para poder mantenerlo en calma; el reloj marcaba las 2 de la mañana, hora donde todo se volvió turbulento.
- ¿Qué demonios?- se despertó de golpe, sintiendo como de entre sus piernas un liquido caliente comenzaba a empapar las sábanas, se asustó comenzando a temblar; no sabía que hacer solo pudo sentir aquel liquido recorrer parte de sus muslos. - ¡PAPÁ! ¡PAPÁ!- gritó con desesperación, sentía una leve angustia que se apoderaba de su cuerpo, su corazón comenzaba acelerarse con fuerza.
- ¡JUNGKOOK!- escuchó la voz de sus padres acercándose a su habitación, podía percibir las pisadas pesadas que retumbaban por todo el lugar, se abrió la puerta de golpe aunque todo estuviera en total oscuridad pudo distinguir sus siluetas. El menor colocó su mano encima de su vientre notando como se movía en diversas direcciones creando leves dolores.
- ¿Qué pasa mi amor?- preguntó Jackson mientras se acercaba a su hijo, encendiendo las luces que estaban encima de la cama, dando una tenue iluminación, el rubio miró a su padre aterrado señalando las sábanas empapadas. El castaño se quedó perplejo, pegando una de sus manos a su boca, Mark estaba parado en la puerta estático viendo todo lo que pasaba. - M-Mark, llama a la partera- dijo mirando a su esposo que seguía en su trance.
- AH- gritó Jungkook, al sentir una leve contracción, haciéndose bolita para controlar el dolor, apretujo su mandíbula con fuerza llegando a un punto en que sus venas comenzaban a marcarse , el castaño le miró con preocupación.
- MARK- gritó Jackson, el peliblanco con angustia, sin saber que hacer, estaba tan asustado de lo que estaba pasando que su cuerpo no reaccionaba por más que lo intentara.
- Si, si- fue lo único que salió de entre sus labios, saliendo de la habitación con rapidez.
Jackson miró a su hijo que se mantenía recargado en su vientre para poder aminorar el dolor que conforme pasaba el tiempo se incrementaba cada vez más, Jungkook se mecía en su lugar tratando de poder mantener la calma pero todo estaba tornándose un total desastre, se sentía aterrado, no podía creer que aquel momento por fin había llegado, no se sentía listo.
- Llegarán pronto- consoló Jackson, acariciando la cabeza de su hijo, trataba de mantener la calma para no asustar más a su hijo pero conocía que ese proceso sería bastante difícil. Jungkook le miró con temor, su rostro se notaba demacrado, tomó un color pálido que se asemejaba al papel, sus labios estaban resecos y debajo de sus ojos tenía una leves ojeras todo en conjunto con leves gotas de sudor que comenzaban a recorrer su frente.
- No, no estoy listo- susurró con nerviosismo, negando con su cabeza, el castaño le tomó de la mano para poder tranquilizarlo. - AH- hubo otra contracción, haciendo que Jungkook se apartara de su vientre, acostándose de nuevo para poder apretujar las sábanas con fuerza, tomaba la mano de su padre tratando de encontrar un manera de sentirse seguro.
- Iré por toallas calientes, aguarda aquí- Jackson se notaba nervioso, miró al rubio que se encontraba un poco más calmado aunque no estaba seguro hasta que momento duraría aquella calma, Jungkook le miró de reojo, asintiendo en silencio, soltó la mano de su padre para que pudiera irse.
Jackson salió de la habitación con rapidez, bajando por las escaleras hasta la cocina, donde tomó un recipiente con agua y la calentó en el microondas, de una de las alacenas tomó varias toallas blancas y las cargó consigo. A lo lejos podía escuchar los quejidos del menor, junto con alaridos sofocantes, se ponía cada vez más nervioso y tenso que trataba de hacer todo rápido pero la tembladez de sus manos comenzaba afectarle cada vez más.
- PAPÁ- escuchó gritar a su hijo, Jackson se estremeció ante tal alarido doloroso pero estaba en espera en que se calentara el agua, sin esperar a que el reloj se detuviese, abrió el microondas que sumergió las toallas para que pudieran absorberse el agua caliente, caminó con rapidez subiendo las escaleras derramando agua pero poco le importaba, corrió por el pasillo llegando hasta donde su hijo quien estaba acostado en posición fetal aferrado a las sábanas que le servían como apoyo para apretar con fuerza cada vez que una contracción venía.
Jackson se arrodilló a un lado de Jungkook, notando como este tenía lágrimas que escurrían por su rostro, sus ojos estaban apretujados con fuerza como si quisiera soportar el dolor que incrementaba a cada minuto pero eso se volvía insoportable. Tomó una de las toallas sumergidas en el agua, exprimiéndola un poco para después colocársela en la frente y limpiar el sudor con suavidad. A lo lejos pudo escuchar a su esposo quien corría a la habitación junto con otra persona que caminaba con más calma.
- Llegué- respondió con su respiración entrecortada, notándose un poco agitado, Jungkook le sonrió, hasta que se convirtió en una mueca de dolor por otra leve contracción que pegaba a su cuerpo, apretujo la mano de su padre con fuerza, derramando lágrimas silenciosas que se combinaban con su sudor.
- ¿Hace cuánto esta así?- se escuchó desde la puerta, el rubio estaba ensimismado en su dolor que ni siquiera se pudo dar cuenta que después de tanto tiempo esperar había llegado por fin la partera, una anciana de pronunciadas arrugas en todo su rostro y manos, que hacían juego con su cabello blanquecino todo por las canas que adornaban sus cabellos.
- Media hora tal vez- respondió Jackson con seriedad, mientras miraba a su hijo, acariciando sus cabellos con suavidad en un acto de consolación, podía palpar su dolor y en nombre suyo pedía que todo terminase rápido, la anciana se acercó a Jungkook con rapidez tomándole de las piernas con brusquedad, apartando las sábanas de encima suyo dejando ver la gran mancha de líquido amniótico que se expandía por casi toda la cama, el rubio trató de cubrirse pero esta le tomó de sus tobillos descubiertos.
- Debieron llamarme antes, ustedes saben que la anatomía de un doncel y una mujer son totalmente diferentes- replicó. – Debes de perder la vergüenza y cooperar muchacho- habló con severidad hacía Jungkook, quien negaba apegado a su padre, este le consolaba.
- Hijo, por favor- musitó Jackson con suavidad, mirando a Jungkook que lloraba en silencio
- Niño, si no hacemos esto ahora puedes perder a tu hijo- mencionó tomando al delgado rubio de sus piernas. - Denme una almohada, y otra toalla húmeda- habló hacía el castaño que se separó del menor para tomar una almohada y exprimir otra toalla, cediendo ambas a la anciana.
La mayor con un ágil movimiento le sacó los pantalones junto con sus calzoncillos, dejando su intimidad al descubierto, este trató de cubrirse pero la anciana se lo impidió, por debajo de sus piernas colocó la almohada para mantenerlas alzadas y con la toalla limpió los muslos y parte del pene del menor.
- Los donceles tienden a dilatarse con más rapidez que una mujer, si se hubieran tardado más del tiempo, ambos hubieran muerto- reprendió a Mark quien se mantenía al margen observando todo en silencio, estaba tan asustado que no se atrevía a estar dentro de la habitación, sentía como su vista se nublaba y su cabeza daba vueltas llegando un punto que se fue de espaldas cayendo al suelo en un golpe seco, Jackson miró caer a su esposo.
- ¡Mark!- llamó angustiado Jackson, corriendo a su auxilio pero este se encontraba desmayado, lo tomó de los hombros comenzando a sacudir con fuerza para tratar que este entrase en razón. - Carajo, despierta - dijo con angustia, necesitaba de su apoyo y ahora todo se desvaneció.
- Mírame hijo, tu tienes un trabajo importante ahora- La anciana miraba a Jungkook que estaba estático, observando su vientre como si nada de lo que estaba pasando fuera real, recargado en sus codos, apretaba las sabanas con fuerza tratando de soportar las contracciones pero conforme pasaba el tiempo se tornaban más constantes y dolorosas llegando a un punto en que el menor inevitablemente comenzaba a llorar. – Tendrás que pujar con todas tus fuerzas cuando yo te diga ¿entendiste?- señaló, Jungkook asentó con la cabeza, apretando su mandíbula con fuerza, sentía una extraña sensación entre sus piernas, como si un bulto grande tratara de salir de él.
- ¡¡¡AH!!!- gritó sintiendo como un fuerte dolor invadía su zona pélvica, arqueó su espalda, apretando sus dientes con fuerza, comenzaba a llorar soltando alaridos que se expandían por todo el lugar. - ¡Ya sáquelo!- replicó entre quejidos mirando a la anciana que se preparaba para poder asistirle en el parto.
De reojo podía ver a Jackson tratando de despertar al peliblanco pero nada funcionaba, aunque por las lágrimas que nublaban su vista apenas y podía distinguir lo que pasaba a su alrededor, sus ojos ardían por las gotas de sudor que caían en los mismos, se sentía agotado y débil pero ni siquiera la peor parte había pasado, daba amplias respiraciones tratando de soportar el dolor pero parecía que nada funcionaba.
- Bien hijo, comienza a pujar- indicó la anciana, Jungkook sentía como un amplio hueco se formaba en su estómago, unos nervios incontrolables comenzaban a invadirle, sabía que ahora todo se iba a tornar más difícil, sentía como si quisiera desmayarse, su vista se nublaba y su cabeza daba vueltas. Pero aquella sensación de incomodidad desapareció cuando sintió un leve golpe en sus piernas tratando de llamar su atención. - No es hora de desmayarse, debes ser fuerte y pujar- reprendió. Jungkook trataba de mantenerse consciente y en un intento desesperado comenzó a pujar con fuerza, clavando sus uñas en el colchón, sus ojos estaban apretados junto con su mandíbula haciendo notar el riesgoso esfuerzo que estaba haciendo.
- AHHHH- gritó con dolor, arqueando su espalda, tratando de ahuyentar su llanto pero todo se volvía cada vez mas doloroso, un dolor que se expandía desde la punta de sus pies hasta su último cabello.
- ¡PUJA!- gritó la anciana, mientras colocaba sus manos entre las piernas del rubio, tomando la cabeza del pequeño bebé que comenzaba a salir, el rubio pujó con más fuerza, aferrándose a las sábanas con dolor, sentía un pequeño bulto entre sus piernas que poco a poco comenzaba a salir.
- AHHH- soltó un último grito que se expandió por toda la casa, dio lo ultimo de sus fuerzas antes de que quedase débil, el sudor recorría todo su rostro y sus piernas temblaban hasta qué llego un punto en que sintió como aquella presión en su entrepierna desapareció por completo, el dolor cesó de forma abrupta, un silencio abrumador tomo el ambiente hasta que lo escucho.
Su primer llanto.
Jungkook relajó su postura, dejando caer su torso en la cama totalmente agotado, sus sollozos se incrementaron haciendo juego con los lloriqueos del bebé.
- Es un varón- pudo escuchar desde los labios de la mujer, Jungkook estaba llorando en silencio, con la manga de su pijama limpió su rostro tratando de borrar evidencia de su llanto. – Toma hijo - Jungkook sintió como en su pecho recargaba a su hijo con cuidado, una leve presión estaba encima suyo, un pequeño bebé que minutos antes estaba dentro de él.
Con sus manos temblorosas y un tanto dudosas, tocó el desnudo cuerpo de su hijo, notando lo pequeño que era, lo suave de su piel, su espalda moverse de arriba abajo por el llanto constante, quedando en shock; sintiendo como su corazón palpitaba con rapidez.
El amor.
Jungkook sonrió con cansancio, comenzando a llorar de nuevo, sonreía con amplitud, tomando a su hijo entre manos, cargándolo con sumo cuidado, se acomodó entre las almohadas para poder quedar semi sentado y poder observarlo con detenimiento, cuando sus ojos azules lo observaron a media luz quedo perplejo.
- Eres igual a él...- suspiró, comenzando a llorar, su mentón titubeaba y su corazón comenzaba a dolerle, Jungkook sintió caerse de súbito en el arrepentimiento de no poder quererlo desde el principio, se aferró a su hijo, acariciando sus cabellos con delicadeza. – Lo siento- musito entre llanto mientras veía a su hijo.
Presente:
En el momento en que lo vi, mi vida cambió en un par de segundos, aquel cansancio que invadía mi cuerpo se desvaneció en el momento justo en que lo tuve entre mis brazos, aquel disgusto que tenía sobre mi hijo, todo lo malo que llegaba a pensar se desvaneció en instantes, mi corazón se aceleró con fuerza y pude sentir lo que era el amor a primera vista.
Me quedé perdido observándolo por minutos enteros, sus cabellos azabaches, su piel blanca y suave como porcelana, aquella nariz perfilada y casi perfecta la conocía a la perfección, se parecía tanto a él que no supe como sentirme. Se parecía tanto a su padre que parecía que no era mi hijo a excepción de aquellos ojos azules tal y como yo loa tengo, aquella pequeña personita entre mis brazos me devolvió mi felicidad.
Me sentía tan mal de no poder amarlo desde el principio, me sentía el peor padre del mundo que en los primeros días en que lo tuve conmigo me era difícil verlo y no soltarme a llorar pero supe que podía remediar todos mi errores dándole la mejor vida, dándole aquel amor, rodeándole de una familia que lo amara desde el principio. Tal vez no tendría a su otro padre pero estoy seguro que Minki entenderá cuando sea grande.
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Castigo De Amor - Taekook
FanfictionKim Taehyung un joven multimillonario, CEO de unas de las empresas multinacionales más grandes de Corea y del mundo; un mujeriego empedernido por excelencia y tiene la vida perfecta que muchos de nosotros sonariamos; repletas de dinero, mujeres y do...