Felonía ➸ Anakin Skywalker x lector

Capítulo 21

• POV de T/N •

     Me había salvado, no podía creer que nadie me había reconocido. Cuando recién cortaron por fin pude respirar tranquila, dejando salir el aire que no sabía que estaba aguantando.

     —¿Oye, Vyr? —Anakin volvió a hacerme señas con las manos. Yo lo miré rápidamente para que supiera que lo estaba escuchando.

     —¿Qué paso allá adentro? —preguntó. Ay no. Ya me había salvado de ser descubierta por más de cinco Jedis y Skywalker sería la excepción.

     —Nada —respondí mirando el suelo.

     —Por dios Vyr, ¿en serio crees que soy lo suficientemente estúpido como para creerte esa mentira? —dijo, traté de seguir caminando sin darle importancia.

     —¡Sabes que no me gustan los Jedi, Anakin!

     —¡Yo soy un Jedi!

     —¡Exacto!

     —Ugh, está bien, lo sé, pero yo...quería, ya sabes... —comenzó, yo lo miré con una ceja alzada sin entender nada—. Presentarte, Vyr, presentarte. Ellos son las única familia que tengo y es importante para mi que te conozcan.

     Yo lo miré atónita.

     —Anakin, ya hablamos de esto —puse mi mano en mi cara como estresada—. Piensa objetivamente. Tú eres un Jedi, no puedes generar lazos, y yo... –tomé una gran bocanada de aire con ganas de decir: "Soy una Sith, esto no puede suceder, se supone que somos enemigos"—. No soy nadie, Anakin, tú no me conoces ni yo a ti.

     Él me miró con tristeza. Iba a seguir hablando pero R2 llegó con una pequeña navaja.

     Espera... ¿Una navaja?

     —Oh, gracias, pero, ¿por qué la sacaste del estuche R2? —cuestionó al pequeño droide, quien emitió unos pitidos como respuesta.

     —¿De dónde la sacaste? —le pregunté a Anakin demandante y acercándome a él. Si era mi navaja tendría pequeñas gayaduras en la cuchilla, además, su mango era único, la podría reconocer fácilmente.

     —La encontré tirada en el suelo en una de mis misiones, ¿es linda no? —Yo acentí con la cabeza lentamente, sin creer lo que tenía delante.

     —¿Puedo verla? —cuestioné ignorando su pregunta anterior. Estiré la mano deseando que fuera la mía.

     —No, lo siento, es que es importante para mi —dijo poniendo el objeto en su bolsillo.

     Pues también para mi. Pensé.

     Mientras la ponía en su bolsillo logré ver el mango de la navaja.

     Era negro. No era la mia. Esto me causó tristeza de alguna manera, deseaba que fuera la mia.

     —Yo solía tenía una navaja también.-Las palabras salían de mi sin mi siquiera pensarlas.-Era hermosa, dorada con dibujos en su mango. Una persona muy especial para mi me la regaló —suspiré entrecortadamente ante los recuerdos.-Sentía una gran conexión muy especial con ella.

     El me vio con curiosidad, sus ojos recorriendo cada fracción de mi cara.

     —Y... ¿La perdiste? —preguntó acercándose a mi lentamente.

     —Sí, hace un tiempo, creo que se me cayó —contesté rascándome los ojos con las manos. Estaba triste, la echaba tanto de menos—. Y me da rabia, la perdí de una forma tan estupida.