Felonía ➸ Anakin Skywalker x lector

Capítulo 32

• POV de Anakin •

     Dos semanas.

     Dos malditas semanas donde lo único que hice fue respirar, dormir y comer sin siquiera poder levantarme de mi cama, un sueño para algunos, una tortura para mi.

     Odiaba tener que estar aquí, estaba aburrido y el aburrimiento me llevaba a pensar y analizar cosas que no deberían importarme pero que para mi desgracia lo hacen.

     Un ejemplo: Ella.

    No podía parar de darle vuelta a nuestro último encuentro que terminó en pelea, en que cada día y a cada hora pensaba en ella fuese lo que fuese que estuviera haciendo y no podía evitar preguntarme si a ella le pasaba lo mismo conmigo y deseaba que así fuera.

     Luego me puse a pensar en el incidente con Dooku y en cómo creí verla cuando me traían hacia el templo. Su mano fría entrelazada con la mía hasta que llegué a la nave, no se si fue mi imaginación o si estaba delirando al estar al borde de la muerte pero sólo sé que me salvó, sin siquiera estar presente esa chica me salvó.

     Tenía que verla, y rápido.

     Me levanté lentamente sin poder evitar hacer una mueca de dolor. Me habían hecho una cirugía y me colocaron puntos pero el dolor persistía como si me lo hubieron hecho ayer, debería estar en cama por al menos una semana más pero y no daba más.

     Era morir por que se me reabrieran los puntos o que mi ansiedad por verla me mataran primero.

     Escogía la segunda opción.

     —Eso si que no. —Obi-Wan entró a mi habitación poniéndome una mano en el pecho para que volviera a recostarme—. El doctor dijo específicamente que debías estar en reposo al menos por tres semanas.

     —¡Pero ya han pasado dos! —exclamé reclamando.

     —Exacto. Dos. Y ahora tú te acostarás y te quedarás ahí, descansando.

     —Pero...

     —Pero nada —dijo interrumpiéndome—. Nos veremos mañana y disfruta tu descanso.

     —Viejo amargado —musité bajo mi aliento.

     —¡Te escuche! —gritó desde afuera.

     —¡Esa era la idea! —exclamé de vuelta.

     Luego de ver que ya se había ido, me levanté nuevamente y esta vez sin hacer tanto ruido fui hacia el baño y me cambié a mi ropa común. Luego me asomé hacia el pasillo revisando que no hubiera gente cerca, habían un par de clones pero no serían gran problema si no me escuchaban. Caminé por todo el templo intentando no toparme con nadie, y para mi suerte esta vez sí tuve suerte.

     Pero nada era perfecto ya que en la entrada me topé con sus guardias.

     —¡Hola chicos! ¿Cómo están? Yo no muy bien, ¿pero saben que podría hacerme sentir mejor? Que me dejaran pasar por esa puerta, a si que con permiso —señalé la entrada e intenté empujarlos para entrar a la habitación pero no me lo estaban dejando nada fácil.

     —¡General! —dijo sorprendido un soldado al verme—. Estoy muy feliz que este de pie. Pero no lo puedo dejar pasar.

     —Ya muévete —lo volví a empujar.

     —General, no puedo.

     —Sí, sí, sí. Ya entendí y ¿adivina qué? No me importa —contesté y esta vez lo tomé de los hombros y lo hice a un lado.