Isabelle Taylor desde pequeña siempre tuvo un pequeño odio hacia Anthony LaRusso, y su odio creció cuando el chico tuvo su gran Glow Up, se volvió popular y egocéntrico.
Donde hay odio puede que también haya una gota de amor entre estos dos persona...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Bien, ¿Qué hacemos el día de hoy? — la pelirroja me mira y se queda analizando.
— No tengo ni idea, ya esta semana vimos la saga de Harry Potter — y como si un bombillo se prendiera dentro de la cabeza de la ojiazul — Y ¿si vemos Teen Wolf por séptima vez?
— No me quejo — me pare de la cama y fui a la cocina por palomitas y mi amiga me siguió, subimos y toda la mañana vimos Teen Wolf, luego mi mamá entro y nos dijo que bajáramos a almorzar, almorzamos y subimos para seguir viendo.
— ¡Derek te amo, te amo, te amo! — grito la pelirroja a la pantalla.
— Kate, ya tengo claro que amas a Derek — me rio.
— Lo siento, pero es que él es tan perfecto.
Nos reímos las dos.
Seguimos viendo hasta que, a las cuatro, mamá nos dijo si la acompañábamos al centro comercial a lo cual accedimos.
Fuimos, se compró lo que se necesitaba y ya al devolvernos decidimos ir a dejar a Kate, le preguntamos si podíamos caminar hasta la casa de ella y mi mamá nos dejó con dos condiciones, una que tuviéramos mucho cuidado y dos que no llegara tan tarde, nos despedimos de ella y salimos de auto.
— Que bueno que Jess nos hubiera dejado venirnos solas.
— Ella es lo mejor — mi amiga asiente varias veces.
— Yo la amo.
— Somos dos.
Seguimos caminando y llegamos a la casa de ella.
— Bueno, la pase bien hoy lástima que acabo tan rápido — la pelirroja me abrazo correspondí el abrazo.
— Tienes razón — le dije mientras nos abrazábamos.
Nos separamos y la puerta principal se abrió y salió la mama de Kate.
— Hola hija mía, hola Isa — la señora Martin beso la cabeza de su hija y me abrazo.
— Hola Nat ¿Cómo estás? — le pregunte cuando nos separamos del abrazo.
— Bien linda, ¿Y tú?
— Muy bien.
— Que bueno, ¿Cómo la pasaron? — nos miró a las dos.
— Super bien — respondimos al mismo tiempo.
— Me alegro mucho, chicas. Isa ¿Te gustaría pasar?
— Me encantaría Nat, pero le prometí a mi mama que llegaría temprano. Lo siento.
— Oh, no te preocupes linda. Otro día será — la pelirroja mayor me abrazo y me dio un beso en la mejilla — Gracias por traer a mi hija.