𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 28

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Me encontraba en la mesa de la casa de Johnny hablando con Kate, la cual ya tenía su celular. Ella estaba enojada y sorprendida, y como Robby, me dijo que teníamos que hablar con ellas.

No sabia que pensar. Seguía en shock y con la esperanza de que sea un sueño, pero tristemente es la realidad. Pero tenían razón en que teníamos que hablar con ellas, sin importar que tan mal nos sintiéramos.

Así que me pare de la mesa y camine hasta el cuarto donde estaba Sarah.

- Hola, Sarah - dije al entrar. 

- Hola, Belle ¿Qué tal? - me dice con una pequeña sonrisa en su rostro.

- Am asimilándolo, aún ¿Y tú? 

- Igual. ¿Me necesitas? 

- Sarah, creo que es momento de volver a casa - la rubia rueda los ojos y niega con la cabeza. 

- No. 

- Sarah, mira no hablar, solo volver a casa e ignorarlas. 

Ella duda un poco en hablar, se queda viendo a un punto fijo y habla. 

- Bien. Pero no voy a hablar con ellas, hasta el momento indicado - asiento.

- De acuerdo.




...





Estábamos en el taxi ya en camino a casa. Me sentía ansiosa y con un vacío. Tenía miedo de lo que pasará, de cada cosa que digan. ¿Por que volvió? ¿Qué es lo que quiere? Preguntas como esas llenaban mi mente, no sabía que pensar.

Unos minutos después ya estábamos al frente del lugar, Sarah le pagó al señor y nos bajamos. Nos miramos y miramos la casa. Tome aire y caminé hasta la puerta, Sarah abrió la puerta y entramos.

Al parecer no había nadie, se escuchaba solo silencio. 

- Voy a subir a mi cuarto para bañarme - le dije a mi hermana para luego subir a mi cuarto.

Entre al baño, me desvestí y me metí a la ducha. Lagrimas empezaron a brotar, acordarme de todo lo que pasó.

 Todas las veces que la vi tan ebria que me trataba mal o hasta se desmayaba y no sabia que hacer. Todas esas veces que duraba hasta tres días sin comer, solo me "alimentaba" de agua de la llave. 

O esa vez que...

La pequeña Isabelle estaba en su cuarto jugando con una muñeca que había encontrado en la calle tirada y la trajo para limpiarla. 

- O no señor oso, no tiene porque hacerlo. No se moleste - dijo la niña de cinco años haciendo una voz más aguda.

- Tengo que, señorita - dice haciendo una voz más grave.

Se detuvo de jugar al escuchar un estruendo en la sala. La niña se asustó y preocupada salió corriendo a la sala.

- ¡Mami! - grito la niña al verla tirada en el suelo inconsciente. La pequeña empezó a llorar sin saber que hacer.

Alzo su mirada al ver a alguien más en el lugar. Se asustó más al ver que tenía un arma en su mano.

- ¿Qué le hizo a mi mami? - preguntó Isabelle.

𝕐𝕠𝕦𝕣 𝕖𝕪𝕖𝕤 𝕒𝕣𝕖 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕤𝕥𝕒𝕣𝕤 -- 𝑨𝒏𝒕𝒉𝒐𝒏𝒚 𝑳𝒂𝑹𝒖𝒔𝒔𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora