𝐌𝐂 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘

𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐠𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞

Serie: TortillaLand #2.
Contiene: Soft.

Con las mochilas cargadas de materiales, la pareja se dirigía a su hogar que desde hace un tiempo, comenzaron a compartir.

Decidieron salir a explorar y a recolectar materiales para la nueva construcción que harían juntos.

Una construcción que sería solo para ellos.

Caminaban con tranquilidad por la pampa, con el atardecer cayendo.

De pronto, un llanto provocó que ambos detuvieran sus pasos.

— ¿Es un bebé?. — Inquirió el menor, extrañado.

Otra vez, el mismo llanto pero más fuerte.

Bajo la atenta mirada del castaño, Auron comenzó a buscar por los alrededores de la pequeña aldea.

Un jadeo de sorpresa escapó de sus labios, al encontrar una cesta con un bebé arropado dentro de ella.

El pequeño abrió sus ojitos con sorpresa, al ver el mechón de fuego del mayor, el cual se encendió producto de la impresión.

— Reborn, ven aquí. — Llamó a su pareja, quien llegó rápidamente a su encuentro.

— Oh...

— ¿Quién habrá sido el hijo de puta que dejó a esta criatura aquí?. — Inquirió el mayor, negando con la cabeza a la par que el bebé tomaba su dedo entre sus pequeñas manitos.

Reborn quedó en silencio por unos momentos. No sabía qué hacer o qué decir ante esa situación.

— ¿Podemos llevarlo a casa?.

Ahora, Reborn se atragantó con su saliva.

— Cariño, debe ser de algún aldeano. — Dijo, al momento de recuperarse.

— Pero míralo, está solito y por aquí no he visto a ningún aldeano.

— Auron...

— Llevémoslo a casa. — Insistió. — Seríamos unos buenos padres para el.

Al escuchar eso, el menor quedó en piedra.

— ¿Quién coño eres y qué cojones le hiciste a mi novio?. — Inquirió, confuso.

— ¡Oye!. — Auron gritó, asustando al bebé.

— Es que no entiendo. — Reborn sacudió su cabello, algo frustrado. — Nunca te han gustado los niños.

— Ya, pero no soy tan hijo de puta para dejar a esta criatura aquí. — El mayor tomó al bebé en brazos, meciéndolo.

Reborn sonrió, observando al bebé aferrarse al del mechón de fuego con fuerza.

— Está bien, llevémoslo a casa. — Suspiró, resignado.

Con el pequeño en brazos, Auron caminó hasta su novio, propinando un beso en sus labios.

Finalmente, partieron a casa con un nuevo integrante.

El castaño seguía a su pareja a una distancia considerable, atento a cualquier peligro que pudiera acercarse a ellos.

Su corazón parecía derretirse, cada vez que Auron mecía al pequeño en sus brazos, logrando que soltara tiernas risas.

Tal vez, no era mala idea convertirse en padres de aquel bonito bebé.