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Capítulo 5.

Mis dos últimas semanas en el crucero se fueron más rápido de lo que pude haber deseado. Corrí de un lado a otro atendiendo mesas en el casino, pasé tiempo en la guardería con los niños, tuve algunos días libres donde disfruté con Margaret en la Isla de Yeu y estuve en comunicación vía telefónica con mi nuevo jefe Niall Horan.
Sí, vía telefónica. No nos encontramos personalmente para ajustar los últimos detalles de mi contrato. Y es que comprendí que él es una persona muy ocupada y apenas tiene tiempo para respirar.

Ya en Irlanda, exactamente en las costas de Dubur, observo por última vez el inmenso crucero donde pasé ocho semanas increíbles, no sólo trabajando, si no también conociendo a personas maravillosas que se convirtieron temporalmente en mi familia.
Extrañaré a Marcus, el barman que me daba los zumos de mango gratis y con quién podía sentir que hablaba con un pariente, un abuelo exactamente. También al señor Robert, que gracias a él puedo pisar tierras Irlandesas sabiendo que no estoy desamparada y un buen trabajo me espera en Dublín.

Y por supuesto a Margaret, quién lloró cuando se enteró que no iría con ella al viaje de Asia. Ni siquiera dejarle todos mis datos de contacto la calmó, lloró como una niña al despedirse de mí y por primera vez sentí que alguien realmente extrañaría mi presencia. No es que no me sintiera así con Marcus y Robert, pero ver a alguien llorar porque no me vería, removió algo dentro de mi corazón.

Ya instalada en el transfer con los demás tripulantes que volvemos a "casa", me despido de esta increíble experiencia de vida.

-------- ≪ °✾° ≫ --------

He alquilado una habitación de hotel en el centro de Dublín. Es un cuarto simple, pequeño y poco acogedor. Pero está bien para mí, no necesito nada más.
Dejo mis maletas sobre la alfombra, enciendo la televisión para crear un poco de ruido a mi alrededor y me quito los zapatos para luego subirme a la cama y descansar.
El viaje desde Dubur hasta Dublín fue larguísimo y estoy muy agotada. Aferrándome a una de las suaves almohadas me duermo en pocos minutos.

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Dos días después.

Creí que Andy Fleming (Manager de Niall Horan) nunca me llamaría. Pasé dos días agonizantes creyendo que todo lo había imaginado y que ese trabajo había sido parte de mi imaginación.
Pero cuando sonó mi teléfono esta mañana y me limpié los mocos después de haber llorado como los dos últimos días, mi corazón volvió a latir y sentí tranquilidad.

Siempre me he considerado una persona fuerte, pero hay momentos como estos, donde mi debilidad interior sobrepasa a todas las fuerzas que me hacen una mujer guerrera de la vida.
Así que sí, gasté todos los kleenex innecesariamente, porque ahora me encuentro observando al volvo negro que baja la ventanilla y un hombre que no debe tener más de cuarenta años me sonríe.

-¿Eres Diana Cullen? —Me pregunta.

-Sí ¿Usted es Andy Fleming?

-Sí, súbete —Dudo por supuesto, he visto muchos casos de secuestros y asesinatos.

-¿Me puede enseñar su identificación? —Pregunto con cierta timidez.

-Sí —Y con una sonrisa que dice "No me lo puedo creer" me enseña su identificación.

-Gracias —Susurro abriendo la puerta del copiloto y sentándome a su lado —Es solo por precaución.

-Y es totalmente válido, has hecho muy bien —Le sonrío y nos ponemos en marcha —Debo admitir Diana Cullen, que creí que eras mucho más adulta.

-Oh.

-Cuando vi el expediente y supe que tienes veinticinco años no lo pude creer —Sonríe nuevamente —Y es que las últimas mujeres que trabajaron para Niall y estamos hablando de años atrás, eran como mi madre.

QUÉDATE ESTÁ NOCHE - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora