28.

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Capítulo 28.

Nuestro trayecto desde el salón de spa hasta la suite se siente una eternidad. Mi corazón está eufórico y ansioso, al igual que cada célula de mi cuerpo. Al igual que él, mientras me observa intensamente con esos preciosos ojos que posee. La tensión sexual baila a nuestro alrededor y se siente en el aire, en este pequeño lugar, que para nuestra desgracia, no está vacío.
Una familia de cuatro yace a nuestro lado, los niños gritan y llaman la atención de sus padres. En otras circunstancias, estaría cabreada, pero ahora, no dejo de sentir como mi respiración sube y baja ante la expectación.

La mano de Niall alcanza la mía y acaricia mis nudillos con su pulgar, enviando chispas de electricidad por todo mi cuerpo. Yo también quiero tocarlo, pero temo ser evidente, lo último que necesitamos es un grupo familiar mirándonos con aprensión.
En el piso 13, la familia abandona el ascensor. Nos quedamos solos, y aunque bien sabemos que deberíamos mantener las distancias por si alguien decide subir en último momento, enviamos todo a la mierda.

Nos convertimos en dos imanes que colapsan entre sí. Mis brazos se cierran alrededor de su cuello mientras sus manos envuelven mi cintura con fuerza, alzándome, dejándome a ras de suelo mientras su lengua busca sumergirse dentro de mi boca.
Se siente celestial, se siente alucinante. Sus dientes atrapan mi labio inferior, y tira de el antes de provocarme con su lengua de una manera sensual y erótica. Me tiene jadeando y sintiéndome demasiado húmeda entre los muslos. Esta versión de él es nueva para mí, está mostrándome ese lado oculto que casi nadie conoce. Excepto sus ex novias, pero no me detendré a pensar en ello, porque ahora él está aquí conmigo. Entre mis brazos, Niall es mío.

Sus manos descienden por mis caderas hasta mi culo, y aunque llevo el albornoz, puedo sentir sus dedos apretando mi carne. Jadeo y gimo, desesperada.
Nadie interrumpe nuestro caliente momento en el ascensor, y no nos encontramos con nadie al salir de éste. Tomados de la mano recorremos el pasillo hasta la suite, y en cuanto desliza la tarjeta y entramos al dormitorio, la locura nos invade. Es una lucha de quién puede tocar más al otro, quién puede besar con más posesión y necesidad. Sin dejar de besarnos avanzamos a pasos torpes.

—Diana —Gime sobre mis labios cuando intento desatar el nudo de su albornoz en medio del pasillo —Joder, me deseas tanto como yo te deseo a ti.

Su comentario me hace sonreír. Por supuesto que lo deseo, lo hago tan intensamente que moriré si no me hace suya dentro de los próximos minutos.
Tomándome por sorpresa, sus manos se aferran a mis muslos y me alzan, enviándome la señal correcta. Envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas y así es como me traslada hasta la habitación principal, donde la perfecta cama matrimonial está esperándonos.
Con delicadeza me deja sobre el colchón, dejándose caer sobre mí, entre mis piernas separadas. Un nuevo gemido se escapa desde el fondo de mi garganta al sentir la dureza de su miembro.

—Diana —Susurra, y deja un casto beso en mis labios —Eres muy importante para mí, lo sabes ¿Verdad?

Asiento, lo sé.

—Y tú para mí, demasiado.

—Lo sé —Sonríe, acariciando su nariz con la mía mientras su mano desciende hasta el nudo de mi albornoz —¿Estás usando algún método anticonceptivo?

Su pregunta me toma por sorpresa.

—Uhmmm, me creo que no —Maldición.

Me observa un instante.

—Que bueno que soy un hombre de fe —Murmura. E inevitablemente frunzo el ceño —No te muevas.

Su cuerpo se aleja del mío tan rápido que no me deja tiempo para preguntar a qué se refiere. Él desaparece de la habitación, pero vuelve en menos de quince segundos. En sus manos sostiene lo que parece ser una tira de tres preservativos. No, no parecen, lo son. Alzo una ceja, y comprendo a qué se refería. Niall esperaba que esto sucediera ¿Será por nuestro encuentro de esta mañana? Bien, tampoco importa demasiado.

QUÉDATE ESTÁ NOCHE - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora