27.

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Capítulo 27.

En silencio camino a su lado hacia las puertas giratorias del lujoso edificio. Me siento cohibida, nerviosa y ansiosa. Me gustaría ir de su mano y poder esconderme detrás suyo, pero no podemos actuar así en público. La gente puede hacer sus propias especulaciones si desea, pero mientras no existan pruebas que acrediten que él está saliendo con alguien más a poco tiempo de terminar una relación, no hay nada de qué preocuparse.
Así que, intento calmarme y no hacer nada que pueda comprometernos, lo último que necesita Niall es estar nuevamente en los portales de Internet.

Una animada recepcionista nos recibe y nos guía hacia el mesón de informaciones. Niall habla con ella y le explica que anoche reservó una suite. ¿Anoche? ¿Tenía planeado esto desde anoche? Wow.
La mujer sonríe y acredita la información en la pantalla de la computadora.
Mientras tanto, echo un vistazo a mi alrededor. No tengo dudas que es un hotel de cinco estrellas; los muebles, los ventanales, las alfombras y decoración son de alta gama y calidad. Es lujoso y elegante. Un lugar que no fue creado para todo el mundo.

—Diana, vamos —Observo a Niall, quién está esperándome y sonriendo.

Me ruborizo al ver que no solo él está mirándome, la recepcionista también. No soy ajena a su sonrisa, a ese tipo de sonrisas que grita sé que se traen entre manos. Supongo que yo también lo pensaría si fuera ella.
De todas formas le sonrío y sigo a Niall hacia los ascensores. Ya en el interior logro relajarme y soltar el aire contenido en mis pulmones.

—Puedes ojear el folleto —Lo extiende hacia mí —Puedes elegir lo que sea.

—Vaya, hasta este trozo de papel es demasiado elegante —Comento y él se ríe —A ver...—Comienzo a leer y me escandalizo apenas leo las primeras líneas  —¡¿Servicios de masajes, manicuras, pedicuras, tratamientos de belleza faciales?!

—Sí, sigue leyendo.

Ay no Niall ¿Dónde me has traído?

—Saunas... Jacuzzis...—Oh, eso sí me gusta, de hecho, me gusta bastante. Mierda ¿Estoy ruborizándome?

—Al parecer, ya has elegido.

—Aún no —Miento descaradamente mientras le devuelvo el folleto informativo —Así que, un spa.

Él se encoje de hombros.

—Sí, para relajarnos.

—Leer eso me hace sentir de todo, menos relajada —Admito y el sonríe mientras extiende su mano y acaricia mi pómulo.

—¿No al masaje, manicura y pedicura?

—No creo sentirme cómoda con eso —Le sonrío con cierta tristeza —No lo sé, es que...—

—Oye, está bien. Sin presiones, haremos lo que tú quieras. No quiero que te sientas incómoda en este lugar, no ha sido mi intención traerte para hacerte sentir de esa manera —Asiento, claro que lo sé —Pero piensa sobre el masaje, relajará tus músculos y te hará sentir como nueva, renovada ¿No es tentador?

Me río.

—Lo pensaré, lo prometo.

—Bien —Acercándose, deja un rápido beso en mis labios.

Apoyándome en la pared suelto un suspiro. Saber que él a planeado esto desde anoche con la intención de pasar un día agradable me conmueve, pero también me hace sentir mal. Mal por mi manera de ser, mal por sentir que se ha esforzado y yo no estoy cooperando.
Pero quiero creer que él lo entiende, y que encajar en este lugar es difícil cuando vienes de un mundo completamente diferente. Estoy tan acostumbrada a cuidar de mi misma, que se sentiría extraño que alguien más se ocupe de mis uñas o cabello. Quizás con el tiempo esta sensación desaparezca y logre adaptarme y aceptarlo.

QUÉDATE ESTÁ NOCHE - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora