CAPITULO XIII

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AVISO: El siguiente capitulo es un especial, estara narrado en primera persona, como un diario personal desde el punto de vista de la chica.

Cada que el se iba me quedaba un rato mirándolo hasta que lo perdía de vista. En algunas ocasiones, observaba alrededor mio rememorando lo que acababa de vivir, al estar aun reciente podía revivir ciertas sensaciones, eso me gustaba.
  Cuando lo vi por primera vez iba de vuelta a casa, al salir de la escuela, usualmente evitaba pasar por el área verde cercana a Corporación Capsula por todos los rumores alrededor de ella, no es que sintiese miedo, en realidad eso picaba mi curiosidad, uno de ellos es que tenian tratos con extraterrestres, y a mi ver tenia sentido, ¿de que otra forma podrían tener tecnologia tan avanzada?
  Me pregunto de que forma habría reaccionado alguien mas ante aquella escena, mire el cielo, vi una figura masculina pasar volando, y lo mas irónico es que pude distinguir una capa como las de los super héroes de color rojo. Lo primero que pensé fue que me estaba volviendo loca, que todos esos años que pase leyendo y viendo ciencia ficción, habían afectado mi percepción de la realidad, que mi mente deseaba tanto que algo emocionante pasara que finalmente me hizo alucinar.
  Entonces comencé a pasar mas seguido por ese lugar, no solo después de ir a la escuela sino también los fines de semana a diferente hora con cualquier pretexto. Al día siguiente de mi avistamiento no vi nada inusual, así que una vez mas me repetí que estaba loca, el problema es que también soy bastante terca, asi que continúe yendo por alrededor de un mes, si es que no fue mas. Tuvo que pasar una semana para volver a verlo, cheque la hora y la memorice para ver si había algún patrón, luego me di cuenta que no tenia horario. Un día lo vi pasar dos veces por la mañana y luego pasaron cinco sin rastro de el. En una ocasión se me ocurrió subir a un arbol alto, para mi sorpresa logre vislumbrarlo a la distancia, intente trepar por una rama para tener un mejor angulo y la maldita casi se rompía, además hizo un ruido algo fuerte, lo suficiente para que el escuchara. En cuanto eso paso el se detuvo en el aire, cosa que me pareció increíble, como bióloga se que eso es algo difícil de hacer, por no decir imposible. No tardo en rastrear de donde provenía el sonido, lo se porque rápidamente clavo su ojos en mi. Sentí miedo, mucho miedo, especialmente por esa expresión poco amigable. Esos segundos me parecieron horas, pero para mi fortuna decidió no darme importancia y se fue. Decidí dejar ese asunto por mi seguridad, evitando por unos días el lugar, sin embargo por las noches antes de dormir mi mente me mostraba la imagen de su rostro, se parecía mucho a un personaje de una serie que me encanta, un tiburón atropomorfo precioso, ¡con lo que me gustan los tiburones! Me decía a mi misma.
  Retome la ruta con cierto temor y pena, sabia que me estaba obsesionando. De repente sentí que alguien me estaba viendo, no lo podía creer cuando lo vi tan cerca, a unos diez metros de mi, observándome, mi cuerpo se petrifico al instante. Mi mente me hace comentarios random de vez cuando o en situaciones inapropiadas, esta no fue la excepción: -¡Si no nos movemos no nos ve!-
-¿en serio?- me respondí.
  El aterrizo, a mi casi me daba un paro cardíaco. Creí que me mataría cuando lo tuve justo en frente, sin embargo me hablo. No sabia que decirle, pero al saber que hablaba mi idioma solo me deje llevar, ¿que eres? Le pregunte, eso pareció confundirlo. Continúe interrogandolo hasta que me contesto que hacia muchas preguntas. Creo que lo incomode porque quiso irse pero en un loco impulso lo tome de la muñeca, eso pudo terminar muy mal para mi, sin embargo solo se alejo, aun así le insistí en verlo. No se porque hice eso, nunca antes le había rogado a nadie, quizá suena mal si yo lo digo pero estoy acostumbrada a que los chicos me busquen.
  Poco después cometí la locura de mostrarle mi casa. Mi mente me decía "pronto vas a salir en esos programas de muertes misteriosas", "de esos que le gustan a la gente perturbada". Mas no me hice caso, me ignore y seguí adelante. Aun recuerdo la última vez que mi mente y yo estuvimos en desacuerdo, íbamos a echar la ropa húmeda a la lavadora cuando note que deje el conjunto del pantalón deportivo ahí, así que lo tome y regrese para dárselo, pero como vi lo cómodo que estaba usando solo el pantalón...y lo bien que le lucia, mi mente me dijo "¡vale la pena el riesgo!"..."¡hay que dar un salto de fe de vez en cuando!".
  De ahí en adelante no me di cuenta lo rápido que paso todo, cuando menos pensé pase de fantasear con super heroes (y ver nesfliz) a estar con Uno...desnuda. "Las mejores cosas pasan cuando menos lo esperas", en mi caso mientras hablaba por telefono con Mark, me acababa de pedir que no perdiera de vista a Celia, cuando alguien llamo la puerta, poco después Celia me pidió que la cubriera, mi teléfono salio volando, yo corrí y me tope con la mejor sorpresa de mi vida, mas tarde podía llamarle a Mark, pero se me olvido hacerlo.

En el instante que el estuvo dentro mio, no existía nada mas en el mundo. Estaba sobre mi, con los ojos cerrados, haciendo expresiones que no lo había visto hacer antes.
-¿Que pasa?- le pregunte.
-No creí que se sintiera tan bien- me contesto. Al darme esa respuesta me percate de que era virgen. A pesar de que lo estaba disfrutando sentí cierta culpa, por una parte estaba pervirtiendo a alguien inocente, por otra me gustaba la idea de enseñarle todo lo que se.
-¿Ahora que hago?-
-Muévete hacia atrás y adelante...despacio... por un rato-
El seguía sin abrir los ojos.
-¿Te gusta así?- me pregunto sin dejar de hacerlo.
-¡Si!¡Me encanta!- respondí mientras colocaba mis manos en sus mejillas. El abrió los ojos, como su cara estaba relajada parecían mas grandes de lo normal. Aproveche y bese sus labios, el me devolvió cada beso que le di.
-¡No pares!- le pedí.
-Es difícil coordinar mi boca con el otro movimiento-
Me reí con ese comentario.
-Solo sigue Uno-.
El decir su nombre pareció motivarlo, reanudó sus embestidas y aumento la velocidad, el pobre sofa rechinaba tan fuerte que probablemente se escuchaba hasta la calle. "Madre mia" pensé mientras mi cuerpo se retorcía de placer. La capa roja debía caer hasta el piso, el trataba de no recargarse completamente en mi para que estuviese cómoda, ciertamente esta algo pesado para lo delgado que es. Me encanta que sea tan considerado y complaciente. Esa primera vez yo solo me quede ahí, resibiendo, disfrutando, rodeándolo con mis manos, como una diosa en su pedestal siendo adorada. Una alarma sonó luego de dos horas, que se sintieron como unos minutos. Uno se detuvo sin separarse de mi y coloco su mano en el respaldo del sofá. Luego hubo un crujido, al voltear mire que en su mano había un pedazo del mueble.
-¿Se acabo el tiempo cierto?-
El respiro hondo, tiro el pedazo al piso y luego se sentó en la orilla del sofá.
-¿Podemos hablar después?- me pidió -me siento extraño-.
Yo no pude evitar sonreir, me habría gustado decirle "es normal sentirse así cuando inicias tu vida sexual".


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