CAPITULO XLI

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Uno contó de prisa a los atacantes, eran 6 o 7.
-Que apropiado para noche de brujas- murmuró despacio mientras Candy lo escuchaba. Ella estaba oculta tras el, y varias veces lo jalo para intentar hacerlo correr.
-Con ese vestido no podrás huir- le dijo Gamma -ademas no creo que nos dejen ir tan fácilmente. Me da la impresión que vienen por mi-
El atacante más cercano, el que usaba máscara y palo de hockey fue el primero en dirigirles la palabra.
-Qué tanto murmuran ustedes?- grito en tono amenazante.
Ni Uno Ni Darling respondieron.
-No quieren jugar con nosotros?- pregunto el segundo más cercano.
-En cuanto puedas huye de aqui- le ordenó el androide a la chica -van a intentar llegar a ti y tomarte como rehen-
-Dejame ayudarte- pidió ella -se pelear-
-No estoy seguro de que...- decía Gamma cuando el hombre con máscara de hockey atacó, Zas! Sonó el palo que les paso cerca de los rostros , pero aún así lograron esquivarlo saltando cada uno a diferente lado.
-ah, vaya!- exclamo otro atacante que usaba máscara de extraterrestre con rastas -que divertido que opongan resistencia!-
Entonces el hombre saco de sus mangas una especie de cuchillas y se lanzo contra Uno, el androide esquivo fácilmente todos los ataques, pateó las armas del contrincante y las rompió, una de ellas salió volando y se clavo cerca de los pies de otro enmascarado.
-En serio rompió las cuchillas?- comentaba otro hombre con una máscara que le cubría la mitad de la cara, para ser exactos de la nariz para abajo, y de la boca salían unos colmillos grandes.
-Vamos, vengan a atacarme- les reto Uno -intentare no matarlos- dijo mientras sonreía con malicia.
Candy retrocedió como su pareja le ordenó, sabía que lo que decía era cierto, ella solo le estorbaría, y el se sentía más seguro si se encargaba solo del asunto.
Los demás atacantes los observaban, pero al traer ocultos sus ojos, era difícil saber cuándo miraban a Uno o cuándo miraban a Candy. Debía esperar a que alguien atacara primero, así al leer los movientos del atacante era fácil responder. Era obvio que quienes lo habían atacado primero tenían cierto entrenamiento militar o quizá practicaban alguna arte marcial, esto les daría ventaja contra personas comunes, pero no contra Gamma. Era evidente que el androide estaba disfrutando la pelea, hacía tiempo que no tenía una, y está aunque no iba a durar mucho, por la diferencia de poder, Uno quiso darles la oportunidad a los hombres de golpearlo, por lo menos tocarlo, entrenar con sus compañeros le hizo acostumbrarse a la velocidad de los humanos, y ya le había agarrado el gusto a competir contra ellos, aunque no tuviesen oportunidad, eso fue lo que lo hizo confiarse.
Dos de los hombres que estaban más atrás, usando máscaras de demonios, uno rojo y el otro azul, se lanzaron sobre el androide al mismo tiempo repentinamente, el demonio rojo lanzaba puñetazos a mano limpia y el azul intentaba patear a la altura de la cara. Gamma danzó con ambos esquivando golpes. Miraba pasar un puñetazo que pretendía noquear lo, luego observaba en cámara lenta un pie pasar rozando su rostro, después el otro. El que golpeaba con sus puños intento lanzar un golpe de distracción pero uno lo desvío con su mano y golpeó a su compañero justo en la mejilla. El atacante que faltaba por participar usaba una máscara naranja con un solo orificio, y al ver a sus colegas golpearse entre ellos no pudo evitar reírse. Uno lo miro con desprecio, sabía lo que estaba haciendo, lo analizaba, intentaba encontrar un hueco en su defensa, o quizá esperaba que el se distrajera para atacarlo. El momento llegó más rápido de lo que creyó, detrás de el, Darling grito, pues otro hombre había salido de los arbustos e intento atraparla, para eso, ella ya se había quitado sus zapatos de tacón, pudo evitar ser atrapada, incluso, cuando el hombre estuvo demasiado cerca la chica le golpeo la sien con su zapato, el impacto fue tan fuerte que el calzado se rompió y el atacante cayó al suelo inconciente. Esto paso en unos segundos claro, pero fue suficiente para distraer al androide, que sintió algo romperse en su espalda, el jugador de hockey le había roto su palo aprovechando que le dió la espalda. Obviamente eso no afectó a Uno, quien hizo un movimiento que apenas lograron persivir, con un solo dedo golpeó la frente del hombre y este se desmayo al instante.
-Que chin...- dijo uno de los demonios.
-Oye...- hablo el extraterrestre que parecía dirigirse al de máscara naranja - hay dos hombres desmayados, deberíamos irnos-
-Claro que no!- grito el jugador de hockey que parecía haber vuelto en si -Hay que tomar venganza-
Gamma no sabía a qué se referían, lo único que quería era proteger a Candy e irse de ahí, pero los hombres no retrocedian. El de máscara naranja parecía ser el líder y no mostraba intenciones de participar, solo observaba. A Uno le preocupaba que apareciera otro atacante e intentará someter a la chica.
"Bien" pensó el androide "creo que ya ha Sido mucha diversión por hoy, acabemos con esto".
No supo cómo, pero un kunai salió proveniente de dirección del hombre de la máscara naranja. El reflejo de Uno fue cubrirse con su muñeca, el kunai revotaria y no le haría daño, pero habia olvidado un pequeño detalle.
-"supresor de fuerza activado"- dijo una voz dentro del androide.
-Oh no!- murmuró este, sabía bien lo que era, hacía tiempo que no lo usaba porque no lo necesitaba, y olvidó pedirle a su creador que lo retirará. El supresor no solo limitaba su fuerza, sino también su velocidad, aún quedaban 5 atacantes, y uno de ellos, el que probablemente era el más peligroso no actuaba aún.
  Una vez más, los demonios lo atacaron al mismo tiempo, Uno todavía podía esquivarlos, pero ya le resultaba más difícil hacerlo. El extraterrestre con rastas se unió al ataque y en un descuido, un cuarto lo tomo por la espalda.
  -En serio creiste que podrías con todos?- pregunto en tono burlón el extraterrestre que sacó otra cuchilla para amenazarlo.
  -Oye! Oye!- intervino el de máscara naranja -no lo vayas a matar, el jefe no ha dado esa...-
  -A la mierda lo que el jefe diga!- respondió el jugador de hockey -su amigo mato a...-
  - Si si!- decía el de la máscara naranja -fue el que mató a tu novio, ya sabemos. Ya sabíamos en lo que nos metiamos y no nos mandamos solos recuerdas?-
  Gamma estaba molesto, como era posible que estos seres lo hubiesen inmovilizado, solo le quedaba la esperanza de que Candy hubiese huido mientras el esperaba el momento para hacer un movimiento, arriesgado si, pero era el último que le quedaba.
  Repentinamente, una piedra golpeó en la sien al que sostenía la cuchilla, y después un palo que venía girando como Boomerang le pegó en la cabeza a otro de los hombres. Todos se giraron hacia la dirección de dónde provenían los objetos y no podían creerlo. Candy estaba en una posición extraña, era obvio que ella había lanzado los objetos, los miro fijamente, parecía salir fuego de ellos, lo cual hizo que uno de los hombres retrocediera. Años antes, este tipo había participado en cacería ilegal, y en una de sus aventuras que luego contaria como tragedia, el y sus compañeros intentaron atrapar a una leona y su cria, la madre, hizo todo lo posible con tal de proteger a su bebé, sin embargo, el final fue el mismo, su destino estaba sellado, sin embargo, mato a un hombre e hirió a otros dos antes de que la mataran. Por qué retrocedió el atacante? La chica tenía la misma mirada de la leona, la de un animal salvaje a punto de envestir sin importar el precio. Murmuró algo unos segundos antes.
  -Que dijo?- pregunto el demonio azul.
  -Dije que lo soltaran!- repitió Darling en voz alta -QUE LO SUELTEN AHORA- grito para luego irse corriendo a encontrarse con sus atacantes.
  El hombre más grande, que era el que sostenía a Uno, retrocedió sin soltarlo y pensó que sus compañeros podían encargarse de la chica. Gamma miraba aterrado como Candy se acercaba a toda velocidad y vio como el extraterrestre de las cuchillas la esperaba para atravesarla con una, le atravesaría el abdomen o el pecho, o quizá no le hiciera una herida mortal, aún así, ningún de las alternativas le agradaba al androide. Cuando Candy estuvo a menos de dos metros del hombre de las cuchillas se detuvo en seco, el atacante hizo el movimiento que ella esperaba, intentar apuñalarla, pero en vez de hacer lo que el pensó, se agachó rápidamente, y con su mano le lanzó tierra a los ojos, este inmediatamente se los cubrió por el hardor y con la mano que traía la cuchilla intento cortarla. En cuanto vio un hueco en los movimientos del atacante, la chica asestó un golpe fuerte en la entrepierna y el hombre cayó inmediatamente al piso retorciéndose de dolor. Cómo por arte de magia, los dos demonios aparecieron de la nada y rodearon a Candy, el rojo estaba a punto de atacar pero la chica se adelantó, y con la palma de la mano extendida le quebró la nariz, la sangre brotaba de los orificios nasales, era tanta que al hombre le costaba trabajo respirar así que se arrancó la máscara mientras se alejaba. El azul tomo del brazo a la chica, pego está dió vuelta, cuando el demonio vio lo que iba a hacer la soltó, pues sabía dónde iba a golpearlo, después intento patear la en la cara, pero ella recorto la distancia entre ellos y se le adelantó, ella había conectado primero la patada, la cual hizo que el hombre perdiera el equilibrio.
  -No puedo creer que les esté ganando una mujer!- les grito el hombre que sostenía a Uno.
  Al darse cuenta de que estaba distraído, el androide aprovecho, movió su cabeza y con la cresta logro picar un ojo de quién lo tenía inmovilizado. Este lo soltó, grito del dolor mientras retrocedia. Gamma no quiso arriesgarse a que lo volviera atrapar, así que lo golpeó en la boca del estómago para que ya no fuese una amenaza.
  Uno se reunió con Candy, se colocaron espalda con espalda y ambos tomaron posición de ataque. El hombre de la máscara, empezó a aplaudir, y se notaba que reía despacio.
  -Vaya, ustedes son sorprendentes!- alavaba.
Sus compañeros que aún no estaban inconcientes, intentaban incorporarse para seguir peleando.
  -Eh, todavía están concientes?- les pregunto -no saben cuándo deben rendirse verdad?-
  -No nos pueden vencer así...- decía uno de los demonios.
  -para que te levantas?- continuaba el que parecía el líder -ya vayanse- le ordenó a la pareja -si nos volvemos a ver el resultado sera diferente-
  Candy tomo de la mano a Uno y partieron a toda velocidad.

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