CAPITULO XXXIX

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Candy recibió un mensaje en su celular.
"Hoy habrá una conferencia en tu escuela, espero que asistas".
A ella le resultó extraño, ya que era un SMS, casi nadie usaba eso salvó algunas empresas para publicidad, y por si fuera poco el número era desconocido. Darling empezaba a preocuparse, amaba a Uno, pero creía que a él no podían hacerle daño, por lo menos no con facilidad, en cambio ella, una simple humana, que podria hacer?
Todo eso y más la estaban haciendo reflexionar sobre si valía la pena seguir, pero a estas alturas le resultaba difícil imaginarse una vida sin el, incluso le había dado el anillo de su abuelo, ella que nunca creyó dárselo a nadie.
De repente, una voz diferente a la de su mente rompió su concentración.
-Jovenes!- hablo emocionado el maestro que acababa de entrar al aula -pasen rápido al auditorio, el doctor Hedo al fin accedió a darnos una conferencia-
-El doctor Hedo?- exclamaron algunos estudiantes.
-Quien es ese?-
-Ese hombre es un genio!-
-Esperen, no es el que devolvió a la vida cadáveres?-
-en serio? Que cool!-
-Yo quisiera aprender a hacer eso!-
-Ya! Vayan para allá en orden!- ordenó el maestro.
Los alumnos se vieron unos a otros, miraron al maestro y salieron corriendo y empujándose unos a otros. El profesor solo negó con la cara, se disponía a partir a la conferencia cuando vio a Candy.
-Pasa algo hija?- le pregunto.
-No profe, nada- respondió ella.
-Segura?-
-Si-
-Espero puedas ir a la conferencia, teníamos meses rogándole al doctor que viniera pero decía que no tenía tiempo, y repentinamente nos avisa que hoy si pudo-
Candy frunció el seño algo sorprendida.
-Ah si?-

Al llegar al auditorio, Candy se encontró con la novedad de que estaba lleno, había conferencias ciertos meses, o en la semana de la ciencia y tecnología, pero rara vez se llenaban, y está a pesar de haber Sido organizada de un momento a otro estaba a reventar.
Cuando Hedo hizo su aparición, el lugar retumbó con el sonido de los aplausos, hasta el se sorprendió con semejante recibimiento, saludo con la mano y fingió humildad mientras el alumnado gritaba su nombre.
-Vaya, en serio me halagan-
-BIENVENIDO CIENTIFICO LOCO!- grito alguien del público. El auditorio se llenó de risas.
-Gracias- respondió Hedo -pero lamento decirles que no puedo contarles sobre ciertos experimentos-
-AWWWWWW- exclamó la audiencia.
- Por que?- se escuchó una voz que se perdía entre el mar de gente.
-Podria ir a prision-
-OTRA VEZ!- grito alguien desde algún rincón.
-Asi es...otra vez- respondió Hedo poniendo su cara de desquiciado -y aunque aprendí algunas cosas ahí, cosas poco éticas pero útiles preferiría no volver-
Después de eso, nadie se atrevió a hacer otro comentario al respecto.
La conferencia inicio, y pocos minutos después algunos de los presentes ya se estaban durmiendo, Hedo debía hacer alguna broma o comentario que llamara su atención para mantenerlos interesados. "Por eso no quería venir" pensaba el "esto es demasiado avanzado para estos niños".
-Y eso que tiene que ver con revivir muertos?- comento alguien discretamente para que todos escucharán.
-No tiene nada que ver con muertos...- respondió Hedo nervioso -tiene que ver...-
-Tiene que ver con modificaciones genéticas que podrían hacernos inmunes a ciertas enfermedades...o a envejecer- respondió alguien lo suficientemente fuerte como para ganar la atención de todos.
-Quien dijo eso?- pregunto Hedo -es bueno saber que alguien está entendiendo, vamos levanté la mano-
Al fondo, cerca de la entrada, una mano femenina se alzó, a Hedo le resultó familiar, luego al verla sonrió. "Esa es mi chica" pensó "es decir la chica de Uno...sabía que lo entenderías".
-Esa es la Otaku de la facultad de biología?- comento otra persona entre el público.
-Si- le respondió otra -tengo entendido que es de los mejores promedios de su generacion-
-Dicen que su novio es familiar de los dueños de cápsula corp-
"Vaya fama te presede mujer" seguía pensando Hedo.
-A mi lo que me da curiosidad es como llego a esos resultados...doctor- comento Candy para desatar la polémica.
Hedo comenzó a sudar, obviamente no podía revelarle como lo hizo, y ella lo sabía, pero se notaba que estaba disfrutando meterlo en aprietos.

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