CAPITULO XXXV

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  -Y ahora que?- le pregunto Uno a Candy.
  -Ahora hay que consumar el acto- le respondió ella.
  -Que es consumar?-
  -Que tengamos relaciones aqui- explico la mujer.
  -Queeee!- exclamó nervioso Gamma -pero si hay muchas personas!-
  -Que importa?-
El androide echo un vistazo alrededor, la mayoría de los presentes estaban en lo suyo, solo unos pocos los observaban, quizá les había llamado la atención tal proposición de matrimonio, o tal vez solo el morbo de ver a una pareja tan dispareja era lo que mantenía su vista ahí.
  -Es en serio?- le preguntaba Uno.
  -Si- afirmaba Darling con mucha seriedad -nadie de aquí nos conoce-
  -Pero linda...yo...no me siento comodo-
  -Te aseguro que lo vas a disfrutar-
    Sin agregar nada más, ella se acercó a él, puso su cara en su pecho y tayo su rostro en el exhalando su aliento mientras recargaba una mejilla y después otra, luego colocó su mano en el pectoral izquierdo, le dió una leve mordida y le sonrió.
  -Hay que estar abierto a nuevas experiencias- le argumentaba la chica -No puedes saber si algo te gusta o te desagrada si no lo pruebas primero-
  Gamma la miraba, ella parecía estar cómoda pero el no, sin embargo, no quería estropear el momento, pues la felicidad que le provocó recitar los diálogos de la serie había Sido una de las mejores experiencias hasta ahora.
  Sin embargo, ella solo decidió ignorar eso y continuo. Para los que estaban observando, era gracioso ver la diferencia de tamaño, como si una enana se metiera con un jugador de basketball, los senos de la chica le quedaban casi a la altura del estómago al androide, y las mujeres que habían hablado con ella al entrar en la playa se cubrían la boca como si no fuese evidente que se estaban burlando.
  "Como si me importará" pensaba Candy quien continuaba mordiendo los pectorales de Uno sin obtener la respuesta deseada.
  -No entiende la tipa que el no quiere- se escuchó un comentario salido quien sabe de dónde, y a pesar de que Darling quiso ignorarlo si le afecto. Ella recargo su frente en el pecho de Gamma y dejo de insistir.
  "Quiza ha Sido egoísta de mi parte forzarlo a hacerlo aquí, le diré que regresemos a la cabaña" pensó con resignación. En ese momento, Uno acaricio la mejilla de Candy, ella levantó la cara y se dió cuenta de que el la miraba fijamente.
  -Esta bien- le dijo el -si quieres que lo hagamos aquí lo haremos...solo permíteme concentrarme en ti, voy a cerrar los ojos-
Cuando lo hizo, el androide extendió sus brazos para rodear a la chica, con su tamaño fue fácil, sus extremidades recorrían toda su espalda. Las manos primero tantearon su cintura, después su cadera, sus dedos subían y bajaban un poco, masajeando, a sus brazos les resultó sencillo bajar, hacia los glúteos que estaban bien formados, ni mucho ni poco, a diferencia de los senos que eran más grandes para el tamaño que tenía. 
  "Solo un poco más" parecía decirle su cuerpo "ya vas a llegar".
  Cuando finalmente llegó, sus dedos se sentían como tentáculos que lograban adentrarse por los rincones menos accesibles de Candy, el dedo medio rosaba la vagina y el índice el recto. Ella dió un pequeño salto, no porque le desagradara, sino porque el estaba tocando dos partes sensibles al mismo tiempo.
  Uno empezaba a relajarse, había mantenido los ojos cerrados por un tiempo, pero los abrió por un estímulo que lo hizo dar un pequeño salto de dónde estaba, Candy habia tomado repentinamente su miembro y comenzó a masturbarlo lentamente, esto era lo que hacía falta para lograr la firmeza que quería. La chica siguio estimulando el falo un rato más, luego miro a su alrededor para ver si alguien los miraba, para su sorpresa, más de la mitad de las personas que estaban cerca los observaban como si estuviesen en el cine y ellos fueran la película, solo faltaban las palomitas.
  Repentinamente Darling se detuvo, Gamma jadeaba, luego trato de recuperar el aliento.
  -Acuestate!- le ordenó.
El lo considero pues no le agradaba tener que llenarse de arena, hasta que ella se lo pidió bonito.
  -Por favor mi amor!-
  El torció un poco la cara y de mala gana lo hizo, inmediatamente sintió la arena en partes dónde no debían estar y eso le desagrado, pero no dijo nada. La chica se paró sobre el, dándole la espalda, a Uno le pareció un muy buen ángulo aunque no entendía que era lo que pretendía hacer. Luego, ella se agachó, hasta quedar sentada sobre el, con sus manos tomo su miembro y lo acomodo dónde debía ir. Era la primera vez que lo hacían así, por lo que a Uno le parecía extraño ver la parte posterior de su pareja, "no está mal" pensó.
  -El inconveniente de esta posición es que no puedo moverme mucho- explicaba Candy -pero puedo hacer esto-
  Las manos de la mujer empezaron a masajearle la ingle, eso le provocaba leves espasmos que disfrutaba mucho. Ya le estaba agarrando el gusto a penetrarla asi y a qué le tocaran esas partes al mismo tiempo cuando el decidió empezar a moverse, colocó las manos en el piso y le dió instrucciones a Darling.
  -Puedes mantener el equilibrio?-
  -Por que preguntas es...- decía mientras hacía mueca de placer.
Gamma no le había dado oportunidad de terminar de hablar cuando comenzó a levantarse. Una y otra vez, como si estuviese haciendo lagartijas al revés levantaba a Candy como si no pesará nada. Ella gemía despacio cada vez que lo hacía. Pasado un rato, cansado de la misma posición, el androide se sentó, al hacerlo vio a todas las personas que los veían, se notaba que lo estaban disfrutando, y contrario a lo que había sentido en la tarde, le agrado que lo observarán.
  -Que pasa amor?- le pregunto Candy.
  Gamma tomo aire, acercó su boca al oído de la mujer y le hablo en voz baja.
  -Si van a vernos, que sea así-
El le indico que se doblará y que pusiera sus piernas y manos en la arena.
  -Dijiste que era el llamado de la naturaleza- le susurro Gamma otra vez -entonces hagámoslo como los animales-
  -Si mi amor- respondió ella en un tono apenas audible.
  -Que fue lo que dijiste?-
  -Dije que si, mi amor!lo que tú quieras!-
Ciertamente Candy sintió vergüenza de decir esto en público, pero era lo que sentía, era su turno de complacer a su pareja. Bajo su cabeza y la recargo en sus manos. Uno la embestía rápido y lo más duro que ella podía soportar, varias veces espero que se quejara, que le pidiera que lo hiciera más despacio, pero no fue así. Poco después, la noche se llenó de sonidos extraños, que parecían provenir de animales en celo.

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