CAPITULO XLVI

71 4 2
                                    

Cada dos o tres días, el androide aparecía en casa de Candy sin previo aviso. Como medida preventiva, ella comenzó a cerrar las puertas con llave, pero el las rompía fácilmente. La chica empezaba a tener cierta paranoia, ya que al principio el respetaba eso, pues el mensaje era claro, "el día de hoy no te quiero aquí" pero por alguna razón, eso dejo de importarle. El se había dado cuenta que podía hacer lo que quisiese, quien iba a detenerlo? Por unos días, ella optó por quedarse en casa de amigas, fue allí donde logro descansar, aunque muchas veces sentía que el la estaba observando.
Sin embargo, tarde o temprano debía regresar a su casa, aún sabiendo lo que le esperaba, ahí estaba su ropa, sus pertenencias y las excusas que daba a sus amistades se le estaban terminando, alguien incluso le pregunto si le ocurría algo, obviamente ella lo negó, que iba a decirles? "Mi novio se volvió loco y ahora me toma a la fuerza y nadie puede hacer nada al respecto".
Al llegar entro al baño y se lavo la cara, se vio en el espejo y se percató de lo demacrada que se veía, no estaba durmiendo bien, tenía ansiedad, además aún no salían de vacaciones. Apenas llevaba diez minutos o menos alli cuando sintió una leve corriente de aire. Cómo película de terror, ella miro de nuevo el espejo y vio el reflejo de Uno, Candy salto del susto pero no intento huir, no tenía sentido.
Dónde habías estado?- le pregunto Uno -me tenías preocupado-
Darling se dió la vuelta lentamente, temblando, y cuando le dió la espalda al espejo, el ya estaba frente a ella. Solo al inicio, cuando recién se estaban conociendo, a Candy le parecía muy imponente, era muy alto, y tenía una expresión de pocos amigos que se había ido suavizando. En ese momento su expresión era otra, sonreia levemente, pero sus ojos demostraban que estaba disfrutando de tener el control. En un parpadeo Uno la tomo entre sus brazos, después la beso, poco después la miro como si no entendiese porque temblaba, sin embargo no le pregunto nada. Hacía semanas que no le permitía hablar, solo llegaba y la tomaba, a veces era más gentil, pero a fin de cuentas, no le daba tiempo de prepararse. Las últimas veces la fricción de la penetración ya le ocasionaba dolor, uno que apenas podía soportar, pero ella intentaba converserse que tarde o temprano el se daría cuenta y pararía. "Que paso con mi héroe gentil?" Pensaba "por qué ya no quieres hablar?" "Será este un castigo?", "Es por eso que dicen que debes tener cuidado con lo que deseas?".
El la soltó por unos instantes, y quién sabe de dónde, saco una caja de cartón muy bonita de color rojo, las tapas estaban unidas por un moño de tela negra, se la extendió para que ella la tomara y la abriera. Candy deshizo el moño lentamente, intentaba ganar tiempo como si alguien pudiese llegar para salvarla, temblaba, como si le diera miedo ver su contenido. Dentro, había una tela semitransparente de color blanco, la chica lo tomo y dejo la caja en un mueble cercano, luego, extendió la prenda, era una bata delgada de manga larga, los bordes tenían plumas como decoración, era muy bonito, dentro de la caja también venían un vestido de tirantes muy corto y una tanga de hilo.
-Pontelo- le ordenó Uno -quiero vertelo puesto-
La chica se dió la vuelta para entrar a su cuarto, comenzó a desnudarse e hizo lo que le habían ordenado. Gamma, por su parte, se encontraba fuera, esperando. Mientras Candy se cambiaba el levantó el sofá donde solían ver películas, lo acomodo para que quedara frente a la puerta de la habitación y así esperar plácidamente a que ella saliera. En el cuarto donde veían series y películas, había una lámpara la cual iluminaba tenuemente el lugar, la usaban la mayoría de las veces que tenían intimidad ya que está le daba un toque especial, puesto que puedes ver a la persona, sus contornos, pero al mismo tiempo da un toque de misterio que es difícil de explicar si no lo has experimentado.
La puerta se abrió, Candy se asomaba tímidamente, lo cual le pareció tierno a Uno, entonces levantó la mano derecha, alzó el dedo índice y lo movió para indicarle que saliera. Ella estaba descalza, se notaba que le costaba moverse, aún así se las arreglo para salir frente a el, pero guardaba su distancia.
Ciertamente, lucía mejor de lo que Uno imagino, la ropa le cubría el cuerpo, y aún así podía ver todo, las prendas le quedaban justo al cuerpo, la prenda más grande que era como una capa larga caía por su cadera y se extendía un poco más allá de sus piernas, en medio de su pecho, la prenda tenía un moño que ella ato, pero lo que más llamaba la atención eran sus senos redondos y sus aureolas rosas se distinguían entre las copas del vestido. Las manos caían a los lados, sin embargo Gamma no les presto atención, de lo contrario, se habría dado cuenta que la chica no estaba de ánimo. En cambio, sus ojos bajaron por su abdomen, observó un poco sus caderas, pues desde la primera vez que la observó detenidamente se percató de que eran algo anchas, y su cintura estrecha. Después bajo más la vista y miro entre sus piernas aquella maraña rosa que tanto le gustaba. De momento seguía ahí sentado, tenía la cara recargada sobre su brazo, demostrando una actitud desinteresada, cuando eso lo que menos sentía, pero le estaba tomando el gusto a controlarse lo más que podía, a reprender un poco sus impulsos para después darle rienda suelta. La verdad es que estaba esperando que ella hiciera algo, que se acercará, que se quitará la ropa, que lo retara, que lo insitara, pero no fue así. Ella solo estaba ahí, parada, inherte, inexpresiva, como un maniquí, un bello maniquí, pero carente de vida. Aún en ese punto, el no quiso renuncia a su placer para hablar y siguió dando órdenes.
-Quitate la bata- dijo.
Candy apretó un poco los labios, desamarro el moño, saco los brazos de las mangas y dejo caer la primera prenda al suelo. No hacía contacto visual con Uno, estaba molesta, no quería continuar.
-Quitate el vestido- fue la siguiente orden.
Darling fingió no escuchar.
-Dije...que te quites el vestido- repitió mientras apretaba el sofá con el puño. Ella escucho como rechinaba la tela, un poco más de presión y la rompería. " No tiene caso cierto?" Pensó. Resignada, bajo un tirante de su hombro, después el otro, bajo la parte superior del vestido y se agachó para dejarlo en sus pies.
-Ven- exigió el.
-No- fue la respuesta que obtuvo.
-Que dijiste?- pregunto Gamma como si no hubiese escuchado claramente.
-Dije que no- repitió Candy sin pensar -no quiero-
El androide se paró rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos estuvo frente a la chica, ella solo logro dar un paso hacia atrás antes de que el la apretara hacia su cuerpo.
-Era esto lo que querías?- continuo el -te gusta que te ruegue?-
-No- siguió siendo la respuesta e intento safarse en vano.
-Me encanta que te resistas- le comento al oído, luego tomo la cara de la chica con una mano y la obligó a besarlo. Con la otra mano le tenía rodeada la cadera pero al mismo tiempo seguía presionando la hacia el. Luego de darle varios besos le mordió el labio y ella hizo gesto de molestia, así que Uno paro, las últimas veces que habían estado juntos ella opuso mucha resistencia, y eso le estaba resultando divertido. La mano que tenía en la cadera bajo un poco más, se deslizó entre la ropa interior y empezó a explotar la zona, no estaba húmeda como de costumbre, pero no era nada que un poco de estímulo no fuera a arreglar. Cuando el intento besarla de nuevo ella volteo su cara hacia otro lado, Uno se rió por aquel gesto, e intento de nuevo besarla sin conseguir nada, luego se harto y simplemente la levantó, se la echó en un hombro y se metió al cuarto, una vez ahí, lanzo a Candy a la cama, teniendo cuidado de no lastimarla.
-Quedate así- dijo Uno -esta vez quiero ver qué cara pones-
Cómo un mago, desapareció para volver a aparecer sobre ella, mientras Candy solo cerraba los ojos y sentía como le retiraban la única prenda que le quedaba. Cuando el entro, ella no hizo nada, salvó soportar el dolor, seguía sin verlo, no tenía ganas de abrazarlo y tampoco le apretó la cadera con las piernas, como solía hacerlo anteriormente. Para variar, las embestidas empezaron lento, con cuidado, duro unos minutos así, pero al ver cómo la chica no hacía nada no lo disfruto, se separó de ella, se levantó de la cama y busco su ropa para irse. Estaba a punto de abrir la puerta cuando escucho ese lamento, primero apenas se escuchaba, pero rápidamente se volvio más fuerte y difícil de ignorar. Candy estaba recostada boca abajo, se cubría el rostro con la almohada y sollozaba.
  -Que tienes?- le pregunto Uno.
Ella hizo una pausa, se aclaró la garganta y aún sin verlo le respondió.
  -No lo sabes?-
  -Como voy a saberlo si no me lo dices?-
  -Acaso todos los hombres son igual de ciegos?-
  -No estoy ciego- comento Gamma -no entiendo tu comentario-
La chica se rió de forma extraña.
  -Entonces te lo mostraré...- le respondió -enciende la luz de la habitacion-
Gamma obedeció, busco el interruptor y se hizo la luz. La chica se levantó torpemente de la cama y se quedó junto a ella.
  -Mirame bien, que ves?-
  El androide frunció el seño, ella miraba hacia el sueño, y su cara lucía más parecida a la de su mamá. Eso le provocó escalofrios a Uno, sin embargo, al observar su cuerpo se quedó sin habla, Candy tenía manchas moradas por todas partes, unas parecían estarse desvaneciendo y otras se veían un poco más recientes. Sus senos tenían marcas de mordidas y uno de los pezones parecía haber sangrado. Las caderas tenían pintadas manos, "en serio la tome tan fuerte" se preguntaba en sus adentros. Luego la chica se dió la vuelta, más marcas por todas partes, en la espalda baja, en las nalgas, entre los muslos. Gamma trago saliba y empezó a tener un enorme remordimiento, casi tan grande como el que tuvo al permitirle a su hermano sacrificarse.
  -Te gusta lo que ves?- le cuestiono Darling -tu me hiciste todo esto!-
  -Yo...perdón...yo...no quería...- cada palabra le dolía, le avergonzaba.
  -Quiero creer que esto que me has hecho lo hiciste siguiendo el consejo de alguien, de lo contrario no te lo perdonaría...-
  -Perdoname mi vida- suplico -pense que te estaba gustando-
  La chica intento calmarse para explicarle, se limpio la cara y se sentó en la cama.
  -Para que esto se disfrute...ambas partes deben estar de acuerdo- medito lo que iba a decir -Las primeras veces, si me gustaron, me agrado que tuvieras iniciativa, que te comportaras tan decidido, pensé que venías a solucionar nuestros problemas...-
  Gamma quiso acercarse, pero Candy le hizo seña para que no lo hiciera.
  -En serio no te diste cuenta que me dolía?-
  -No- admitió avergonzado.
  -Eres muy fuerte, yo jamás podría defenderme de ti, opuse resistencia y pensaste que jugaba?-
  -Si...lo lamento-
  -Que lo lamentas? Me viste los senos?, me han dolido muchísimo estos días y así tuve que ir a la escuela! Me puse hielo en el trasero para que no se me inflamara con las nalgadas que me diste!-
  Fue en este momento que Uno dejo de hacer contacto visual y sentía como se hacía cada vez más pequeño, se recargo en la puerta e intento soportar los reclamos que le estaban dando. 
  -Me dejaste chupetones en el cuello, tengo 3 semanas usando blusas de cuello alto para que nadie se diera cuenta! Tengo dolor muscular en los muslos como si hubiese levantado pesas de 100 kilos en el gimnasio! Apenas si puedo caminar! Y hace unos días mis compañeros se burlaron de mi y me preguntaron si me estabas dando duro!-
  -Por favor...ya basta mi amor...lo lamento, te prometo que no lo volveré a hacer-
  -No...cuál basta ni que nada! Lo mínimo que te mereces es escuchar mis reclamos para que por lo menos experimentes un poco de lo que me has hecho!-
  Uno se cubrió la cara, y lentamente se resbaló por la puerta hasta que cayo sentado en el piso. 
  -Nada de esto lo puedes compensar con dinero ni con regalos...-
  -Entonces dime qué puedo hacer?- pregunto Gamma.
  -No lo sé...de momento no se me ocurre nada que puedas hacer-
  -Quieres terminar conmigo?-
  -Lo estoy considerando-
  -Por que no lo haces? Me lo meresco-
  -Quieres que terminemos?-
  -No, yo quiero estar contigo-
  -Yo... a veces...ya no sé porque estoy contigo- confesó la chica de la forma más brutalmente honesta. Uno cerro los ojos, los apretó y contuvo lo que sea que quisiese salir de ellos.
  -Yo si lo se- comento -es por como me veo, y porque te traigo regalos, porque te llevo de compras y hago lo que puedo para complacerte-
  -Ya no me has complacido- le respondío la chica -solo has abusado de mi-
Ese argumento dolió más que la patada de un contrincante, pero en vez de rendirse y aceptar la culpa, se enfado.
  -Entonces como ya no he hecho lo que quieres ya no te soy útil?-
  -Queee?- exclamó Candy -Como puedes decir eso? Me gustabas desde antes de saber que tenías dinero y que podias complacerme de otras maneras-
  -No mientas, eres la primer mujer con la que tuve este tipo de contacto, mi creador me advirtió que tuviera cuidado porque no sabía tus intenciones-
  -Mis intenciones?- repetía Candy sin poderlo creer -Tu dudas de mis intenciones? Eres tu el que tiene apariencia fuera de este mundo y la de dudosas intenciones soy yo?-
  Gamma no le respondío.
  -Ademas, pones en duda mi juicio cuando tu creador es un loco que procede de manera dudosa?- 
  -No te atrevas a hablar así del doctor Hedo?- amenazó.
  -Ah vaya! A él si lo defiendes? Tienes idea de todo lo que tuvo que experimentar para crearte?-
  -No, no lo sé! Por qué no me lo cuentas ya que tú sabes todo cerebrito?-
  -Pues... no lo entenderias- 
  De repente, el celular de Candy sonó y en la pantalla apareció el nombre de la persona que más odiaba ver, "Mark".
  "Estás bien?" Decía el mensaje, tanto Uno como Candy alcanzaron a leerlo.
  -Por que sigues hablando con el?- pregunto el androide -acaso no nos ha hecho suficientes cosas?-
  -Es mi amigo- fue la respuesta -no me pidas que deje de hablarle...no puedo-
  En ese momento, Gamma ardió en celos y comenzó a emanar esa energía que hacía tiempo no desprendía. Candy temió por su seguridad y la de Mark, cogió su telefono y le hablo a la única persona que realmente podía controlarlo, a Hedo.

Palabras de la autora: hola, que tal? Espero estén disfrutando de esta historia, yo he sufrido y gozado mucho, espero no haya sonado mal. Acabo de darme cuenta que el día de ayer 9 de septiembre cumplo un año escribiendo el fanfic, la verdad si me sorprendió un poco porque creo que es la primera historia que voy a terminar y espero sea la primera de muchas, la verdad deseo ser escritora, o sea, mantenerme de eso, pero tampoco espero hacerme rica. Ayer quería terminar este capítulo pero no podía concentrarme porque un vecino tenía música demasiado fuerte. Bueno, una vez más les agradezco su apoyo, espero me sigan apoyando, hasta luego 🥰💋.

 

¿Que eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora