CAPITULO XXX

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Hedo había estado manteniendo ocupado a su androide por varias semanas. Luego de aplicar para el examen que obviamente aprobó, su creador le aclaro que así tenía que ser, ya que debían sacar el trabajo atrasado de la corporación, pues no faltaba mucho para las vacaciones, y de seguro, Darling tendría planes de llevárselo por tiempo indefinido.
-Lamento decirte Uno...- explicaba Hedo -que entrando a la universidad tendrás muy poco tiempo disponible-
Uno lo miraba como adolescente que recibia un sermón por parte de su padre, con molestia y fastidiado.
-Y no me lo tomes a mal, pero como se te ocurre meterte a jugar fútbol? Sabes que puedes lastimar fácilmente a los demás jugadores?-
Gamma torció la cara, le molestaba que su creador le señalará lo obvio aunque tuviese razón.
-Sere cuidadoso- le respondió el -Candy dijo que veríamos algunos partidos, me sugirió que midiera cuánta fuerza usaban los jugadores y cuál era su velocidad maxima-
Hedo tenía dudas, le preocupaba que el androide lesionara o matará a alguien, pero lo que más temía era que fuese descubierto, hacía unos días, el científico había notado un patrón extraño en su computadora, primero pensó que era paranoia, pero después se dió cuenta de que alguien lo estaba espiando, sin embargo, cuando intento rastrear al acechador no encontró nada. Esto aún no se lo había dicho a su androide, ya que pensó que ya tenía demasiado estrés entre el trabajo y los estudios de preparación.
"Y aparte vas a entrenar" pensó Hedo "espero no empieces a tener problemas con tu chica".
-Dejeme jugar- pidió Uno repentinamente, lo cual provoco un piquetazo en el pecho de Hedo, a la altura del corazón, su niño le estaba pidiendo, no, suplicando a juzgar por el tono que lo dejara. El hombre lo miro tímidamente, intento contener las lágrimas y le dijo que estaba bien.
"Tarde o temprano ibas a querer salir al mundo, cierto?" Pensó, luego reanudaron el trabajo y no se volvió a tocar el tema.

El fin de semana por fin llegó, Uno alzó el vuelo y partió con Candy. Antes de ir, el le había llamado para preguntarle si estaría libre, ya que el fin del ciclo escolar estaba cerca y sabía que era pesado, en el sentido de que había que presentar exámenes y trabajos finales.
-Voy a limpiar la casa- le explicó ella -si quieres puedes venir mañana-
-Si quieres te ayudo- se ofreció Uno -asi terminarás más rápido.
Darling se rió complacida.
-Esta bien, aquí te espero-
Ese "aquí te espero" antes de colgar le sonó extraño a Gamma, pero aún así partió.
Al llegar, entro como si fuese su casa, sin tocar, sin decir quien era, cómo casi siempre lo hacía, y cómo casi siempre, ella lo estaba esperando, pero en esta ocasión, para sorpresa de Uno, lo estaba esperando en la cocina, sentada junta a la mesa. Su primera impresión al verla fue que traía una blusa muy corta, pues lo único que se veía era un mandil color azul, la mesa la cubría de la cintura para abajo, pero parecía traer unos shorts muy cortos, tan cortos que solo se veía el mandil.
-Te tengo una propuesta!- dijo la mujer -como hoy vamos a pasar el día limpiando, pensé que sería divertido usar solo esto- decía mientras se levantaba de la mesa.
Entonces el androide se dió cuenta de que estaba en lo correcto, solo tenía puesto el mandil azul. Uno tenía el impulso de irse sobre ella, de llevársela al cuarto y tirarla en la cama, pero se controlo, esperando escuchar el resto de la propuesta.
-Solo que...aquí hay unas condiciones. La primera es que tú también vas a usar un mandil para cubrir tu cuerpo- explicaba Candy mientras le mostraba la prenda color amarillo -la segunda es que primero vamos a limpiar y después tendremos intimidad, el que no se resista deberá pagar la cena de hoy-
-Y si pago de una vez la cena?- pregunto el.
-Sabia que dirías eso, pero por esta vez dame esa satisfacción, te aseguro que sera divertido si lo hacemos así- afirmó Darling.
Uno acepto de mala gana, como los últimos meses había pasado demasiado tiempo ocupado con Hedo, al ver a Candy sentía un impulso que era muy difícil de controlar, en cuanto la miraba solo quería tocarla, besarla...hacerla suya una vez más, pero ella insistía en convivir un poco, hablar, ver series, cómo al principio, aunque los juegos que se le ocurría le daban un toque especial a la ocasión, "vale la pena esperar por esto" se decían cada quien asi mismos.
-Por dónde quieres empezar?- pregunto Uno.
Candy lo observo de pies a cabeza, en la mañana había estado ordenando la cocina y por casualidad se encontró con esos mandiles, en cuanto los miro se le ocurrió la idea de solo usar eso para recibir a su pareja, pero cuando vio el mandil amarillo lo asoció inmediatamente a el, sabía que le quedaría pequeño, pero no pensó que tanto. Ahora se estaba deleitando, pues solo cubría el abdomen y un poco las piernas.
-Mis ojos están acá arriba- dijo Gamma sonriendo.
-Tus ojos los veo más seguido- le respondió Candy -ademas tu me ves más seguido el trasero y los senos-
Uno se acercó a la chica y se agachó un poco para besarla, ella acercó su cara, le roso el rostro con la nariz, despues se dió la vuelta y lo ignoro.
-Voy a limpiar el polvo de la alacena- comento ella -de momento puedes sentarte...y observar-
El androide obedeció y se sentó mientras la chica arrastraba un banco que la hacía alcanzar el mueble, al subir, el pudo ver su cuerpo completo desnudo de espalda, a propósito ella abrió un poco las piernas, lo cual, permitía que el viera sus partes, los bellos cubrían parte de ese lugar pero eso no impidió que el se deleitará.
-Que cruel eres- le dijo Gamma.
-Lo se- fue lo único que le respondió Candy -pero cuando llegue el momento lo vamos a disfrutar mas-
Uno esperaba que eso fuera cierto, que tener que controlar el deseo volviera el acto más intenso. Sin darse cuenta el empezó a jadear, Darling podía escuchar ese tenue ruido, el cual le recordaba al sonido de algún animal en celo, "así que tú también tienes instintos" pensó la mujer "que agradable saber eso", luego se bajó de ese lugar, pues pensó que fue demasiado para iniciar su juego, sabía que ella tampoco resistiria mucho si seguía así, "a mí también me gusta" se dijo a si misma.
  -Mejor empezaré por limpiar las superficies- dijo Darling mientras tomaba una franela para quitar el poco polvo que había. Uno no podía quitarle la vista de encima, casi todo el tiempo ella le daba la espalda, haciendo como si el no estuviese ahí, pero estando muy consciente de su presencia, cada tanto se doblaba y agachaba su cuerpo, se ponía en los ángulos que sabía resaltarían sus atributos.
  -Cuanto tiempo llevamos jugando?- pregunto el androide.
  -Solo dos horas- le respondió Candy.
  -Pense que había pasado más tiempo- comentaba Uno como si lo estuvieran torturando.
Darling reía, era divertido verlo sufrir, pero al mismo tiempo le sorprendía como el resistía el impulso de tomarla, en parte, deseaba que el lo hiciera sin que ella se lo pidiera, que sucumbiera ante el deseo, que la sorprendiera.
  -Ya casi termino- dijo ella -solo me falta limpiar la barra-
  Al hacerlo, a la chica se le ocurrió subirse a la barra de la cocina, fingió que intentaba alcanzar algo que no estaba ahí, recargo su abdomen y pecho en la barra, levantó el trasero y luego se arrepintió de haberlo hecho pues la superficie estaba fría, luego intento levantarse, pero alguien se lo impidió. Unas manos la habían tomado de la cadera, después sintió la pelvis y algo duro y tibio cubierto de tela le rozaba el trasero. Todo su cuerpo se estremeció, suspiro y lentamente giro la cara, el estaba detrás de ella, su expresión era extraña, pero le éxcito. El empezó a mover la parte posterior del cuerpo de la chica con sus manos, tallandola contra su pelvis. El contacto en esa posición era delicioso, no supo por cuánto tiempo lo hizo. "No pares" pensaba Candy.
  -Te gusta?- susurro Uno.
  -Si mi amor- respondió ella.
La chica tenía estiradas las piernas y sus pies estaban en punta ya que la barra estaba un poco alta para ella, pero eso no le molestaba.
  -Quieres que te traiga el banco?- bromeó Gamma.
  -Me gusta así- explico la mujer.
Pensó en pedirle que la tomara, que la penetrara, pero antes de que pudiera pedirlo el se adelantó.
  -Voy a entrar- aviso Uno.
Candy no respondió, no hacía falta. El solo movió la tela, acomodo su miembro y como ya lo había dicho , entro, lo hizo de a poco, el espacio se sentía algo apretado, y eso hacia que fuese más placentero.
  -Te duele?- cuestiono cortes.
Ella negó con la cabeza.
Cuando lo tuvo todo adentro, ambos lo saborearon, la chica soltó un "ummm" suavemente, Gamma la imitó inconscientemente, luego se comenzó a mover despacio, sacaba la mitad y la volvía a meter una y otra vez.
  -Podrias traer una toalla?- pidió Darling luego de un rato -es que ya me cansé de estar recargada aqui-
Uno desapareció unos segundos, levantó a la chica y colocó la toalla para que acoginara la barra.
  -Estas cómoda así?- le pregunto.
  De nuevo, ella solo afirmó con la cara y reanudaron el acto. Darling se tapo la boca pues no quería hacer mucho ruido, le daba algo de pena que los vecinos la escucharán, pero conforme Uno iba aumentando la velocidad más difícil le parecía guardar silencio.
  -No pares mi amor- pidió Candy aunque no fuese necesario.
  Paso más de una hora hasta que el androide se detuviera para tomar aire, la chica se dió la vuelta pensando que el ya había terminado y se sentó en la mesa, acercó su rostro al de el y lo beso. Gamma tomo aire unos minutos más, y sin que ella lo esperara la recostó sobre la barra.
  -Todavia no termino- dijo Uno mientras se colocaba sobre ella.
Darling estiró los brazos e hizo contacto visual con su amante.
  -Te amo!- aseguro ella.
Por alguna razón, el no le respondió lo mismo, y en ese instante a ella le pareció ver algo diferente.
  -Eres mia- pronunció.
Dicho esto, el entro de nuevo en su cuerpo, las embestidas fueron violentas desde el principio, Uno le separaba las piernas golpeándolas con las suyas como si con esto pudiese llegar más profundo. Darling sintió algo de miedo cuando escucho la frase, pero también le éxcito que el la quisiera tanto. En ese momento, no sabría los problemas que eso acarrearía, solo lo abrazo con sus manos y piernas, "si, soy tuya" pensó. Los fluidos de ambos escurrían de sus cuerpos, el sudor cubría el cuerpo de la chica, y al tocarlos no pudo evitar pensar que tendría que volver a limpiar más tarde.

  Ambos se habían quedado dormidos sobre la barra, pero cuando Darling despertó Uno estaba en el suelo del otro lado, "quien sabe a qué hora se habrá caído" pensó ella. Al darse cuenta que ya era de noche, se levantó rapido, tomo un croctop que tenía en el tendedero y se lo puso. "Quiero limpiar eso por lo menos" se decía así misma, por lo que partió a la sala con una franela húmeda, abrió el pequeño altar, saco los retratos de sus abuelos y comenzó a quitarles el polvo. Después observó las fotos, y empezo a susurrarles que los extrañaba cuando Uno llegó dispuesto a ayudarla.
  -Con quien hablas?-
  -Con mis abuelos-
  -Te escuchan?-
  -Quiero creer que si-
Los dos guardaron silencio.
  -Trae una silla- pidió Candy -quiero mostrarte algo.
  Al instante, Gamma desapareció y volvió a aparecer con la silla, se sentó en ella y extendió los brazos hacia Darling para que se sentará en sus piernas.
  -Por que estás desnudo todavía?- le pregunto.
  -Pense que seguíamos jugando- respondió.
A la chica le hizo gracia la explicación, tomo una caja que estaba en el altar y accedió a sentarse con el. En la caja había dos anillos dorados, Candy tomo uno y se lo coloco en el dedo anular.
  -Estos anillos eran de ellos. Mi abuelo me los regalo antes de morir- relataba la chica - mi abuela falleció diez años antes que mi abuelo, ella...su barco se perdió en el mar-
  Gamma observó cómo Candy luchaba por controlarse y seguir contando su relato.
  -Por que no se los dieron a tu padre?- indago Uno.
  -A mis abuelos nunca les agrado mi madre- explico ella -Es curioso, mi abuela vino del viejo continente en un viaje de estudios, se enamoro de mi abuelo y poco después se casaron. Mi madre llegó aquí con una amiga, estaban de vacaciones, ella es latina, cuando mi padre la conoció, pensó que era una señal de que debían estar juntos, pues su madre venía del país que conquistó el de ella-
  Uno tomo el otro anillo, miro la abertura y se pregunto si le quedaría.
  -Mi abuelo me los dió esperando que yo escogiera mejor. Mi abuela Solia contarme que si una joya te queda, por ejemplo este anillo, significa que es para ti, yo tenía catorce años cuando me lo medi y me quedo, entonces ella me dijo que me lo daría en su momento-
  El androide se quitó el guante, colocó el anillo en su dedo y le quedó, como si fuese para el. Candy se sorprendió al verlo.
  -Acepto- dijo Uno.
  -Queeeeee?-
  -Que acepto, por eso me contaste esa historia, verdad?-
  -Yo...emm...- tartamudeaba Darling -eres tu el que debe pedirmelo-
  -Quieres casarte conmigo?-
  -Yo...he...si...no...no se...- cubrió su cara agobiada la mujer, respiró hondo y se calmo -que te parece si después hablamos de eso?-
  -Esta bien- acordó Uno -Por cierto, perdiste-
  -Que? Ahora de que hablas?- cuestiono Candy.
  -Dijiste que solo usaríamos los mandiles y tu te cambiaste-
La chica lo olvido por completo.
  -Que quieres pedir de cenar?- pregunto Uno.
"Que idiota soy" pensó ella.

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