Los Protegeré (TR y KNY) [RD]

Especial RD Black Dragón: Una Historia Diferente

~Flashback~

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20 de julio de 1988
Shibuya, Tokyo

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Narra La Narradora:

Una pequeña de 6 años se encontraba tomando sus cosas lista para ir a la escuela, sin embargo, había un contratiempo.

—¡No quiero ir con Sanemi-san!— se quejó la pequeña —Oka-san, Sanemi-san no es nada mío, puedo ir sola a la escuela— se quejó la pequeña inflando sus mejillas.

Una mujer bastante linda, de rasgos Latinos, más específicamente Mexicanos, tenía el cabello oscuro, este le llegaba a los hombros, ojos cafés y piel ligeramente morena.

La pequeña, tenía más rasgos latinos que japoneses, no solo eso, también poseía ojos cafés y su cabello era castaño claro con raíz rubia, similar a su padre.

—Kim, no seas así mi niña—

—P-Pero...—

—Cariño— hablo la mujer mientras se agachaba frente a la pequeña sonriendo —Sanemi-kun es un buen niño, Shizu y yo somos amigas, así que me gustaría que tú y Sanemi también lo sean—

—E-Esta bien Oka-san— dijo la pequeña, segundos después tocaron la puerta —¡M-Me voy!—

—Con cuidado mi niña— dijo la mujer con una sonrisa.

La pequeña abrió la puerta, topándose con un niño de cabello blanco grisáceo y ojos morado grisáceo, este llevaba una mochila con él, así como ropa cómoda.

—Ohayo, Kim-chan— dijo el mayor con un semblante calmado (algo raro en el).

—Ohayo, Sanemi-san— dijo la niña saliendo de su casa —Vamos— dijo comenzando a caminar seguida del niño.

Ambos estaban en silencio, no era que no se llevaran bien, pero tampoco eran los mejores amigos del mundo, ese título, lo tenía un miembro de la familia Sano para Sanemi.

—Mamá me dijo que hoy saldría con tu madre, así que te quedaras en mi casa— dijo Sanemi con calma.

—No gracias— dijo Kim —Puedo quedarme sola—

—Ya te dije que no— dijo el —Soy el mayor, debes obedecer a tus mayores siempre—

—No eres mi hermano para decirme que hacer— dijo la castaña bufando.

—No lo soy porque no quieres— se quejó el —Solo soy dos años mayor que tú, si quisieras, podrías ser mi hermana—

La pequeña lo miro con cierto brillo en los ojos, Sanemi y ella eran hijos únicos, no tenían (en ese momento) hermanos y ambos lo querían, pero sus padres se negaban a darles un hermano o hermana.

—Sanemi... Nii-chan— dijo Kim desviando la mirada, algo avergonzada —¡T-Te veo luego!— dijo para luego correr hacia su salón, pues habían llegado a la primaria.

—¡Cuídate Nee-chan!— se escuchó la voz de Sanemi por última vez.

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