Hada con dientes de sable.

XVI.

La gente bailaba y cantaba alrededor de un ninja genuinamente sorprendido. Los aldeanos presentaban rasgos demoníacos tal como Bobo, el navegante que los había llegado hasta la isla. Escamas que cubrían mitad de sus rostros, brazos, piernas, y hasta pequeñas alas.

- Si que me aman- Naruto sonrió de lado.

- Que no se te suba a la cabeza. No me agrada del todo esta situación- mencionó en un susurro Lucy.

El ninja respondió con un pequeño mohín.

Al ritmo de la canción, los aldeanos poco a poco adentraron al grupo en la aldea.

Pequeñas casas hechas de madera y techo de paja. Velas como fuente de luz para la noche que se avecinaba. Delante, o atrás de cada casa, la ropa de sus inquilinos era secada gracias a la brisa, y la luz del Sol que ya daba sus últimas pinceladas escondiéndose en el horizonte.

Una enorme hoguera en centro de la aldea calentaba y alegraba a aquellos que se encontraban cerca suyo, dejando que bailaran alrededor de ella.

- Gracias por venir, magos-

Entre la multitud, osea todos los habitantes de la aldea, un anciano se abrió paso llegando con los magos.

Mocha, alcalde de la isla.

- Jamás espere que siguiera con vida para ver la llegada del Mesías- musitó el anciano con un brillo en la mirada enfocado en Naruto.

- Espera un momento- interrumpió Gray captando la atención-. ¿Qué demonios es eso de salvador? ¿Y cómo saben que es este de aquí?- señaló al ninja a su izquierda.

- Una profecía que lleva en esta isla desde su fundación, hace ya 800 años- expresó Mocha sorprendiendo a los magos-. Las pinturas muestran al salvador llegando del cielo, salvando a la isla, y peleando contra decenas de poderosos enemigos-

¿Del cielo?

Naruto pareció recordar su llegada a este mundo.

Aquel día de lluvia donde el cielo se partió en dos dejando caer al muchacho.

- ¿Y cómo saben que es el?- preguntó Lucy desconfiada de los aldeanos.

- Cuando lo vean sabrán a lo que me refiero- reveló Mocha dándose media vuelta-. Síganme, hoga hoga- el tic del anciano salió a la luz.

X~X~X

El grupo camino en silencio siguiendo a Mocha lejos de los aldeanos. A través de la vegetación espesa se abrieron paso hasta estar a dos minutos de caminata de la aldea.

- El elegido es. Su destino marcado en las piedras está- musitó Mocha señalando hacía el frente.

(Inserte- God of War/ Ashes)

Todos parecieron contener su respiración ante las pinturas en aquel paredón.

Una pared de cuatro metros de altura se elevaba frente a ellos, pero lo más impresionante, era lo extensa que era. A simple vista debería de tener treinta metros de largo.

Las rocas que la componían ya eran antiguas mostrando grietas en ellas, y lamentablemente algunos pedazos de piedras habían desaparecido, y con ellos, parte de la historia que contenía.

- Es una broma, ¿no...?- Gray toco con las yemas de sus dedos incrédulo.

La pintura se había desgastado, pero claramente la persona que se hallaba en las rocas era Naruto.

- Tiene sus marcas- expresó Lucy viendo las mejillas-. Y sus ojos...-

- Y solo él llevaría algo con naranja- se burlo Happy sacándole unas sonrisas al grupo.