Hada con dientes de sable.

XXIX.

Al día siguiente.

Naruto abría y cerraba su boca masticando haciendo el mayor ruido posible.

- ewta mup mhilo- expresó el ninja.

El muchacho comía rápidamente vaciando poco a poco la lonchera preparada por la pequeña maga a su lado.

- Me alegro, Naru-chan- musitó Levy removiendo los cabellos rubios del chico.

Jet y Droy mordieron el cuello de sus remeras con envidia. En todo el tiempo que se conocían, la maga jamás les había preparado ninguna comida. ¡Agh! Que una chica te prepara tu almuerzo para tu día de trabajo, que hermosa sensación, casi parecía una esposa.

- Luego repasaremos un poco sobre el último libro- mencionó Levy.

Naruto solo asíntió.

Aunque el no lo haría, seguramente pondría a un clon para leer.

Si que había cambiado en estos casi cuatro meses que transcurrieron. Naruto parecía otra persona. Vamos, nadie nunca hubiera apostado a que el rubio se sentaría sereno a leer un libro. Aunque sea un clon, pero contaba igual. Incluso el muchacho ahora comía más verduras y el ramen había pasado de ser comida de todos los días, a una vez a la semana.

Entrenamiento físico, y buena alimentación. Seguramente por eso el muchacho había crecido de altura cinco centímetros y había ganado más masa muscular.

El equipo de Levy se hallaba descansando en su tiempo de almuerzo en un bosque a cuatro horas de Magnolia. Naruto los había convencido de hacer una misión juntos, aunque había sido más para escapar de una furiosa Erza que llegaría hoy al gremio.

- ¿Sabes que Erza no va a olvidarse de un día para el otro, verdad?- preguntó Levy disfrutando de su almuerzo.

- Es aterradora cuando se enoja- expresó Droy temblando ligeramente.

Naruto dejó de masticar y coloco el recipiente en el suelo. El muchacho guardo silencio mientras era observado por los presentes con confusión.

- ¿Si? Yo creo que es una persona que guarda mucho dolor aquí- expresó Naruto tocándose el pecho.

El equipo Levy guardo silencio.

La chica fue la única que comenzó a recordar el primer día en el que Erza llegó a Fairy Tail hasta la actualidad. Jamás había hablado de su pasado. Simplemente llegó con un pequeño vestido blanco, una armadura que apenas cubría su torso, descalza, y con un ojo menos.

- Lo sé, porque tiene mi misma mirada...- expresó Naruto tomando nuevamente su almuerzo y renaudando su masticar-. Aunque es divertido molestarla-

Los chicos siguieron en silencio comiendo.

Levy solo asíntió levemente.

Naruto les había contado su pasado el primer día que fue traído por el maestro, sin embargo, con sus palabras dichas el muchacho ocultaba algo más. Parecía que las sospechas que tenían entre Mira, Lucy, y ella, eran ciertas.

El ninja dejó su comida dirigiendo su atención hacia un costado.

El resto del grupo imitó la acción.

Tras varios segundos, un hombre surgió entre los árboles saludando tímidamente, algo que no cuadraba con el porte que llevaba el sujeto.

Las pupilas de Naruto se dilataron advirtiendo el peligro.

- ¡Cuidado!- gritó el ninja pateando a Levy hacia un costado.

¡Pump!

Una especie de tentáculo oscuro con ramificaciones en escarlata se clavó en el antiguo lugar que ostentaba Levy.