Tloz- El Anhelo de una Sombra.

Capítulo 26: Epifanía (parte 2)

El tiempo transcurrió dentro de aquel oscuro templo. Brindandole a los muchachos ningún tipo de avance o respuesta que los ayudara en su aventura.

La impaciencia y la frustración habían comenzando a invadirlos y antes de actuar siendo dominados por sus impulsos optaron por tomar un descanso.

A diferencia del exterior, el interior de aquel lugar era frío y solitario. Silencioso y por supuesto, misterioso

-No puede ser...Ni siquiera estoy seguro de si algo aquí ha mejorado o no...

Suspira agotado Blue al mismo tiempo en que se sienta en el suelo recargandose en una de las esquinas.

-El tiempo ha pasado, pero es como si no lo hubiese hecho para nosotros dos.

Vio permanece de pie, observando pobremente algo que difiera de toda esa oscuridad.
En sus adentros, al menos, el recorrido sirvió de algo, pues fue capaz de trazar ligeramente un mapa mental de como era la zona: Sin habitaciones, salas o puertas. Un cuadrado sin salida como base de aquella pirámide y supone una pequeña ventana donde entraría quizás una ligera brisa aunque al principio no habrá creído en eso.

-Oye, Vio...¿Crees que Red y Green están bien?. No puedo imaginar en donde andarán esos dos..

-¿Estas preocupado por ellos?. No me esperaba eso de ti, Blue.

-¿¡Eh!?. ¡C-Claro que no estoy preocupado por ellos dos!. Además...¿¡Cuál es el problema si lo hago!?. Pudieron haber muerto o estar inconscientes siendo devorados por algún monstruo de las sombras o algo parecido..

-¿Crees que es eso?. En todo caso sólo seríamos tu y yo los únicos que salvarian a la princesa Zelda...¿No es esto lo que querías?.

-¿Qué insinuas? ¿Vio...?

-Nada, sólo recordé un sueño gracioso.

El de violeta rie un poco y luego suspira.

Algunos recuerdos vinieron a su mente pensando en situaciones pasadas vividas por su par de verde. Aquel templo, aquella pirámide solitaria en medio de la nada, le recordaba a aquella en la que Green había arribado tiempo atrás en el desierto de las Gerudo.

Por algún motivo se sentía inquieto. Inlcuso si ninguna amenaza se había presentado aún.

Ya era extraño que nadie más salvo ellos dos estuviesen allí. Ni siquiera habían oído de alguien que les advirtiera sobre ese lugar.

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Una fuerte ventisca acarició sus cabellos dorados. Al mismo tiempo que meditaba sobre aquella torre. Sus ojos azules permanecieron llenos de preocupación y melancolía ante la elección que fue capaz de observar desde la distancia.

Su corazón temblaban mientras ambas manos yacían sobre su pecho.

-Estoy segura de que...nosotros...

La princesa mordió sus labios llena de angustia. Dudando poco de su elección.

-Podemos confiar en él.

Un fuerte estruendo se oye desde la parte inferior de la torre. Alterando a todos los esbirros que la merodeaban. La princesa oye el escándalo y con pequeños pasos se avecina hacia una esquina tratando de averiguar que es lo que pasa.