Capitulo 9: Tormenta (parte1).

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En la lejanía de los campos de hyrule, muy lejos de la situación que estaban pasando los cuatro hylianos. Se encontraba una torre alta, casi parecida a un palacio en los cielos, la cual estaba siendo habitada por una figura masculina que reposaba sobre el borde de su balcón. El masculino de ojos rojos observaba el oscuro y nocturno cielo con una sonrisa de malicia que se formaba en sus labios.

-¿No crees que es maravilloso presenciar el mundo de esta forma?, ¿Oscuro y cubierto de maldad por doquier?..

Dijo suavemente mientras extendía una de sus manos y la llevaba hacía su largo cabello de color purpura e incrustaba sus dedos sobre cada uno de sus mechones deslizándolos lentamente por estos. El muchacho no estaba solo, ya que estaba siendo acompañado por aquella princesa que había sido raptada el día de su boda. Lentamente se volteó quedando en frente de ella.

-Tus amigos...Mas bien, tu amigo si que es bastante insistente. Es una pena que no nos hayamos podido llevar bien..

La princesa sin dudas era Zelda, quien aun estaba petrificada con la misma expresión que tuvo en su rostro el mismo día en que el hechicero atacó el castillo. La rubia estaba a su lado, siendo Obligada a observar lo mismo que veía el muchacho. Vaati se acercó con algunos pasos lentos hacía la joven con la misma sonrisa que poseía cuando se encontraba mirando el cielo, para luego extender su mano hacía el rostro de la hyliana y comenzar a acariciarlo con delicadeza.

-No estés triste...Después de todo estoy contigo. Si prometes serme fiel, te dejare permanecer a mi lado cuando termine con esto.

Dijo en un susurró mientras alzaba su zurda y juntaba sus dedos para formar un chasquido. Rápidamente el hechizo que había colocado sobre la rubia había desaparecido, y esta reaccionó ante ello. ¿Por qué lo había hecho?, ¿Que ganaba con eso?. al parecer solo estaba jugando con ella. Zelda, Al recuperarse, llevó sus manos por su rostro y por todo su cuerpo para corroborar que todo estuviese bien y para verificar que no tenía mas indicios de aquel hechizo sobre su ser. No tardó mucho en notar en donde se encontraba, y mucho menos en notar con quien estaba, y ante eso dio unos pequeños pasos lejos del de cabellos purpuras. Volteándose para no verlo, quedando en completo silencio. el hechicero miró a la muchacha y rió un poco.

-¿No piensas decir nada?...Después de todo, ya puedes hablar..No te hagas la ruda conmigo, no creo que sea forma de tratar a la persona que amas -Dijo con un tono burlón mientras se acercaba a la muchacha y la rodeaba con sus brazos. Esta no se inmuto ante aquel acto. Solo dejó que el hyliano de purpura lo hiciera. Estaba confundida, y sentía que no podía confiar en él. Después de todo no sabía exactamente si lo que había ocurrido había sido real o si se había tratado solo de una horrible pesadilla, bueno, eso era lo que ella quería creer. Vaati guío una de sus manos hacía el mentón de la joven y lo alzó un poco para que esta lo mirase a los ojos.

-Vamos, cariño. No seas tan mala. Mírame, quiero ver tus hermosos ojos..

La hyliana permaneció con los ojos cerrados. ¿Que se suponía que debía pensar en ese momento?. Aun recordaba las cosas horribles que este había hecho en el día de la boda, y aunque sabía que tenía malas intenciones no podía negar que tenía aun sentimientos por él. Después de todo, ambos iban a casarse y ella se lo había tomado muy enserio.

La rubia aun permaneció abrazada al hechicero mientras este sujetaba su mentón. Zelda no respondía, solo pensaba. Pensaba que hacer en aquella situación. Apoyó ambas manos sobre el pecho de su contrario y comenzó a apartarlo un poco.

-¿C-como puedes hablar de esa forma después de todo lo que has hecho?..¡Atacaste mi reino, a mi padre, a mis amigos!..y...y..¡Me usaste para tus sucios planes!.

Tloz- El Anhelo de una Sombra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora