Two-cember [Hades bottom]

Besar/tocar [de manera sexual]

Sí ese no era el cielo, entonces Belcebú no quería ir a un cielo nunca en su vida.

Los labios de Belcebú se movían duramente sobre los de Hades, quien se encontraba recostado sobre la gran cama matrimonial recién adquirida.

Su boda había sido grande y ruidosa. Más por sus hermanos que por cualquier otra cosa, a ninguno de los tres Olimpus restantes les hacía gracia que su hermano mayor y casi madre se casará con un muerto viviente como lo era Belcebú.

¡Hasta Hera y Hestia creyeron que Hades merecía algo mejor! Y Hestia odiaba a Hades con toda su alma, probablemente por que el era el favorito de su madre.

Hades los calló a todos defendiendo a Belcebú firmemente, diciendo mil y un cosas buenas del hombre medio emo suicida, mientras que este observaba a los otros con una sonrisa burlona.

Al final su boda concluyó con un baile, lento y suave; al ritmo de la música. Y con un Belcebú más que ansioso por dejar la pista de baile e irse con su esposo a su habitación. Cosa que logro hacer efectivamente.

Ambos recién casados se besaban con pasión y anhelo, perdiéndose completamente en el calor corporal del otro, jadeantes y fuertemente rojos, uno nervioso y el otro ansioso.

Se separaron lentamente cuando el aire desapareció absolutamente de sus pulmones, Belcebú observó la maravillosa imágen del hombre que es el amor de su vida debajo suyo; Hades se encontraba rojo, desde las orejas hasta las rodillas, sus brillantes ojos estaban nublados por lágrimas del momento, el nuevo hilo de saliva de mostraba en sus labios, manteniéndolos unidos. Sin duda Belcebú era afortunado.

—. Bel.... — su tono suplicante le hizo sentir escalofríos, la mirada de Hades no se separaba de sus labios, y ahí entendió que el quería que Belcebú lo volviese a besar.

El mencionado no lo pensó dos veces y se acercó nuevamente, sus manos posándose en las caderas contrarias y volviendo a besar a su esposo con pasión y delicadeza.

Hades solo podía concentrarse en los besos y toques que le brindaba el de cabellos azabache, disfrutándolo todo, y dando s Belcebú su propio placer.

Belcebú amaba besar y tocar a su adorado esposo.