Abrazos y mimos

231 26 3
                                    


Esa era la calma perfecta que necesitaba antes de su tormenta.

Belcebú solo necesitaba ese momento, esos dulces y suaves besos, el abrazo fuerte, los «te amo» susurrados para solamente ellos ser capaces de oírlos. Las caricias de Hades en su cabello, y su mirada de absoluto y verdadero amor. Belcebú solo lo necesitaba a él.

Satanás y su maldición eran horrendas, su daño aún peor, recordaba a la perfección el dolor que sintio al perder a sus amigos, no quería ese destino para Hades, jamás se lo desearía.

Pasó noches, muchas noches sin dormir, ya que al estar junto a su amado temía con todo lo que le quedaba de alma que ese ser le hiciera algo, la maldad en persona no podía tocar a Hades, no debía hacerlo.

El cansancio fue evidente, el sueño lo hacía cerrar los ojos a cada minuto, cuales abría al instante al recordar el por qué no los cerraba voluntariamente.

Le gustaba ver a Hades dormir, por que algunas veces su trabajo era tanto que se desvelaba, era mejor cuando el dormía. Y quería unirse a sus brazos y descansar, pero no podía hacerlo.

Cuando las ojeras fueron más que notables y cansancio abrumador, Hades se dio cuenta.

-. Belcebú, mirame a los ojos y dime; ¿Hace cuánto que no duermes?

Y unas profundas ganas de llorar le inundaron, por que él se había dado cuenta, y eso no le gustaba.

-. Ve a dormir Belcebú - hablo el cuando palabra alguna no salió de su boca, y el terror tomo posesión del menor.

-. No...... No puedo..... No - Hades notó el nerviosismo en su cuerpo, la preocupación de sus ojos y el cansancio que no quería irse.

-. Vamos Bel, dormiremos juntos, solo tú y yo.

- ¡No!

Su gritó sorprendió al mayor, no por lo alto que gritó, si no, por la gruesas lágrimas que salían de aquellos ojos onix que tanto amaba.

Se acercó despacio, y tomo entre sus manos el rostro del maldito, y suavemente beso su nariz, su frente, mejillas y boca, hizo que se sentará en la cama, junto a él.

-. Bel, ¿qué te sucede?

-. Temo, temo dormir y no encontrarte al despertar, que te desvanezcas para ya no volver a verte, temo ya no tenerte, temo que ya no existas, temo, temo, temo. Y odió temer, en verdad lo odió.

En su pecho se escondió, y lloró y lloró, ahí Hades comprendió aquel temor.

-. No lo haré, nunca desaparecere, nunca me apartare, y ni Satanás ni nadie podrá hacer lo contrario, Belcebú, duerme, prometo que al abrir los ojos mi sonrisa será la primero que verás, se que tienes miedo y que has aguantado mucho, pero ya es momento de descansar.

El no pudo negarse, pues sus ojos se cerraron solo unos minutos después.

Y al despertar, el fue lo primero que vió, cantándole una melodía extraña y desconocida, pero que le gustó. La habitación estaba destrozada, y había sangre en la cama, pero todo estaba bien.

Hades lo abrazo, fuerte. Lo beso, y mimo, y vaya que a Belcebú le gustó, ahora que no tenía duda que nadie podría apartarlo de su lado, podía descansar en paz.

Sintiendo todavía aquellos abrazos y mimos que su dios le proporcionaba.

Two-cember [Hades bottom] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora