Capítulo 3: Secretos

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  Juliana, quien fue la primera en enterarse del suicidio de Malíka, abandonó sus deseos de ser modelo, para estudiar Psicología en lo criminal.

  A la corta edad de catorce años, no comprendía cómo por un simple robo a mano armada, su mejor amiga había tomado la peor de las decisiones, y este terrible acontecimiento la motivó a emprender el camino de la Psicología. 

   Por este acontecimiento en su adolescencia, a la edad de 18 años, ingresó a la universidad de criminología, allí conoció a muchas personas, que en nada se parecían a sus antiguos amigos del instituto privado del que provenía.

   Aquí, las mentes lo eran todo. (Los sentimientos se apartan a tal grado, que no es posible enamorarse, si no más bien, compartir ideas en común).

  Este pensamiento lo tenía Fretz Facundo, un joven de cabello color zanahoria, sus pestañas largas, eran un atractivo natural en este sujeto. Su altura de un metro con setenta y siete centímetros y sus ojos color celestes lo convertían en un joven interesante.

  Aunque llevaba puestos lentes con un marco muy fino, casi imperceptible, la expresión en su mirada lo decía todo. Si se enfadaba, si estaba alegre o si,(rara vez) se sentía triste; con su mirada lo delataba todo.

  (La vida es una sola y debemos hacer lo que nos venga en ganas); eran las palabras de Gyet Lorena, de un metro con setenta y un centímetros de altura. Una morocha (color de cabello) de larga y brillante cabellera, de ojos color azules, algo regordeta por aquel entonces; es el alma de la sala de estudios.

   A Juliana le recordaba mucho a Ornella, su amiga del instituto, quien era el alma en el grupo de amigas. Pero ahora, estaba conociendo a nuevas personas, a quienes sus pensamientos los dominan y no sus emociones.

  Caminando rumbo a la sala de estudio que le había sido asignada, se cruzó con un muchacho con quien tropezó, provocando la caída de sus libros de estudio:

__¡Lo siento mucho!__ se disculpó el joven, de acento particular y tono de voz grave.

  Cuando Juliana elevó la mirada, la imagen que sus ojos pudieron apreciar la dejaron pasmada. Un par de ojos color carmesí, de enmarcadas cejas, labios carnosos y mentón bien definido se había disculpado con ella. La expresión en la mirada de este joven, invitaban a volar sin alas, sus penetrantes ojos enamoraban. Y cuando habló, esa voz grave, fue el llamado a no separarse nunca de alguien que aparenta ser un protector nato.

  Tartamudeando, Juliana intentó hilar alguna frase:

__¡Oh! ¡Lo-lo siento!¡He-he sido muy torpe! No, no vi por do-dónde caminaba __

  Con una tierna sonrisa, el joven se presentó con ella:

__ Mi nombre es Rakzow Inder ¿Cuál es tu nombre?__

__¡Mi, mi, mi nombre e-es Sazir Juliana!__ trastabillando en sus palabras.

__¡Gusto en conocerte, Sazir Juliana!__

__¡Lo mismo digo, Rakzow Inder!__

 Lorena interrumpió aquel casual encuentro, ella estaba muy interesada en Inder, desde la primera vez que en que lo conoció, entonces vio propicio preguntar:

__¡¿Inder?! Llevas bastante tiempo aquí, y no había conocido tu nombre ¿Qué significado tiene? __

  Desviando la mirada en dirección a la morocha, Inder respondía:

__ Significa... "Dios supremo" en lengua Hindú __

  Entre ellas (un grupo reducido de tres chicas) comentaban murmurando:

Supremo InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora