Capítulo 32: Compromiso

6 2 0
                                    


   Dado de alta, el juez Michel Baytow vuela rumbo a Buenos Aires, a bordo de un jet privado. El vuelo sólo duró unas pocas horas. Baytow quiere dar con el ideólogo del secuestro que mantuvo cautivo por cinco años a su amigo y colega, Einar Gyet. La muerte de su amigo y ex colega, dejó muy consternado al magistrado.

   Acompañado de su esposa Mélody, el juez muerde sus uñas debido a la incertidumbre que siente, tras conocer el destino final que había sufrido Einar, en manos de sus captores.

   En Mélody, ver a su esposo tan ansioso, le produce curiosidad:

__¿Qué sucede Mikie? Has estado nervioso desde la visita de aquel sujeto, durante tu estadía en la clínica central... ¿Quieres compartir tus inquietudes conmigo?__

   Confiar en su esposa era todo un desafío para el juez, sabe que es posible una futura traición por parte de la mujer. Sus celos le jugaron una mala pasada en los primeros años de matrimonio, cuando intentó culparlo y ridiculizarlo, contando en tv abierta, cómo era en el ámbito privado, por simple venganza. Luego de transcurridos los años, Michel no volvió a confiar nada más a su esposa. Se mantiene distante respecto de su vida laboral y sólo tiene conversaciones abstractas con ella.

   Ya no siente la confianza para revelar la razón que lo lleva a esa notoria ansiedad, por lo que prefiere desviar la conversación como es de costumbre entre ellos:

__¡Nada importante, querida Mélody! Me preguntaba cómo deben estar nuestro hijos, ¿Has hecho una llamada al respecto?__

__¡Sabes que si lo he hecho!. Ahora me pregunto ¿Qué es lo que escondes con tanto afán? Sé, claramente, que andas en algo turbio y no tienes los pantalones para compartirlo conmigo __

   Una de las azafatas del avión, convida a la pareja de esposos con una bebida, de parte del piloto de la aeronave, como un obsequio para los pasajeros, pues ese viaje es exclusivo.

   Bebiendo del champagne que la azafata ha servido en ambas copas, Michel comenta, luego del primer sorbo:

__Si lo digo... __sorbo__ ...¡tendrás que morir, querida!__

   Observando la chalina alrededor del cuello de Michel, la esposa se indigna tras recibir esa respuesta tan sacada de las películas, entonces comenta:

__¿Debo quedar de brazos cruzados, mientras cualquier vagabundo... intenta quitarte la vida?__

   Desviando la mirada hacia la bella azafata que les obsequió el champagne, Michel comenta:

__ La mujer que intentó asesinarme, no es cualquier vagabunda. Cuando arribemos en Buenos Aires, me encargaré de ella personalmente ¡Te lo aseguro, Mélody!__

   Cruzando sus brazos, la mujer perdió su atención y fijó sus ojos donde la azafata había corrido la cortina que separa la cabina del piloto, de la zona de pasajeros.

   Sumida en sus pensamientos, la onomatopeya citada por la mujer es un simple chasquido de labios:

__¡"Tsk"!__

   Michel pregunta:

__¿Qué significa eso, querida?__

__ Sabía que se debía a la bragueta floja que tienes. ¡Adivinaré! Una rubia, de pechos voluptuosos y muy joven... ¡¿Acerté?!__

   Emitiendo una sonrisa, Michel piensa que su esposa sería una muy buena investigadora. Describió a la perfección a la mujer que produjo el corte en su garganta, excepto por los cabellos rubios, en el caso de la asesina, eran blancos.

Supremo InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora