6- Más misterio

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Amaris:

Los días pasan muy lento. Han pasado tres días desde que descubrí la habilidad de Luciana, pero no nos hemos vuelto a ver. Ese acontecimiento solo me dejó con más dudas de las que tenía. ¿Habrá más personas iguales a nosotras? Si el cristal no provoca mi magia, ¿entonces por qué lo tenía conmigo? ¿Por qué brilló la vez que estaba en el pueblo?

—Ahh...

Veo que Adoris camina por el piso y se mete debajo de la cama.

—Adoris, no hagas cosas raras.

Ya me ha pasado que encontré pedazos de comida sin terminar, y cosas que parece haber encontrado por el camino. Creo que es su pequeño almacén.
Tal vez salir a caminar mientras haya sol me haga bien. No he hecho nada en estos días.

—Adoris, ¿quieres venir?

El pequeño sale debajo de la cama y corre hacia mí. Es adorable. Salimos de la casa. La verdad es que quiero practicar para poder controlar mi magia sin romper nada en la casa, por lo que nos dirigimos a un lugar alejado de la casa, y cuando llegamos dejo a Adoris en el suelo.

—Bueno.

Ahora estoy más tranquila porque nadie puede verme. Me concentro e intento hacer que una esfera aparezca en mi mano.

—...

Para mi sorpresa, lo logro.

—Oh, me costó menos que la última vez.

La observo con curiosidad. Analizándola mejor, veo pequeñas partículas dentro que se mueven de esta esfera de color azul y celeste, y la verdad es que me parece hermoso. Juego un rato haciéndola aparecer en una mano y después en otra. Intento hacer otras cosas, pero al parecer el escudo y las esferas es lo único que puedo hacer. ¿Luciana también tendrá un límite?

—¿Adoris?

Veo que está en el suelo, observando lo que hago. Es raro que no se haya escapado. Tal vez deba intentar con la plataforma... o escudo... lo que sea. Parece que se puede usar de las dos formas, así que no sé cómo llamarlo. Me concentro de nuevo y la hago aparecer.

—Debería practicar el vuelo, así aprendo a controlarlo.

No quiero subirme a la plataforma y arriesgarme a caer, pero necesito aprender a controlarla. Me subo y me siento, ya que me da miedo estar parada. Me elevo, pero a una altura baja para evitar accidentes, y decido avanzar.

—Mmm, por ahora parece estar bien.

Después de unos segundos de estar volando quiero intentar elevarme un poco más, porque también tengo que acostumbrarme a la altura por si acaso. Me elevo un poco más sin traspasar los árboles, aunque siento que la altura es mucha. Trato de no pensar en eso y avanzo a una velocidad un poco mayor a la de antes.

Todo sigue bien, hasta se siente tranquilo, pero empiezo a notar que la plataforma está parpadeando, como queriendo desaparecer.

—Ay, no.

Teniendo en cuenta que estoy a una altura alta y que al parecer mi plataforma está por desaparecer, no puedo evitar asustarme. Quiero bajar, pero la plataforma sale disparada y no puedo controlarla. Recuerdo que tengo a Adoris y trato de sujetarlo para que no se caiga, y al mirar al frente de nuevo veo a alguien a quien estoy a punto de chocar. ¿Pero acaso está volando?

—¡Cuidado! —grito.

Esa persona no alcanza a escucharme y terminamos chocando, y queda enganchado en la plataforma, en frente de mí. ¡Es ese chico de ojos rojos que me robó el cristal! Eso explica el porqué está volando. Me mira sorprendido, y cambia su expresión a una enojada.

El Resplandor de la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora