Luciana:
—¡Luciana! ¿Podrías guardar las cosas de la mesa antes de irte a dormir? —pregunta mi madre.
—¡Claro!Me agradece y sale de la sala. Agarro las cosas de la mesa y las dejo en su lugar correspondiente. Al terminar apago las luces.
—Listo —digo para mí misma.
Veo el reloj que marca las once y cuarenta y cinco de la noche, así que me voy a mi habitación. Estuve todo el día ocupada ayudando, ni siquiera pude agarrar mi celular. Los pedidos de mi madre tuvieron que llegar justo hoy, aunque no sé para qué pidió tanto... Si bien es diseñadora de moda, también le gusta coser sus propias prendas en casa.
Saco mi pijama y me la pongo, y me desarmo la trenza. Miro a la venta y veo la luna, la noche estrellada, y varios pensamientos se me vienen a la mente.—...
La verdad es que jamás me interesó saber más allá de mi poder. Su origen es algo que no me interesó en el momento. Si bien me costó adaptarme al cambio también creí que era afortunada al ser bendecida de esta forma. A medida que fui creciendo me acostumbré más e intentaba ocultarlo; a la gente puede llegar a asustarle este tipo de cosas. Pero se podría decir que tampoco tengo la libertad de usarlo como quiero... Aparte de las personas, la magia desaparece de la nada, y han habido varias veces en las que me caí al intentar divertirme balanceándome. Creo que la única duda que tenía era esa, el por qué la magia desaparecía.
Creí que era la única hasta que vi a Amaris salvándome usando magia para destruir aquel monstruo en el bosque, a Benjamín creando esa espada mágica, y a Sebastián con su habilidad explosiva. Y pensar que ellos estuvieron ocultándose al igual que yo, y por la misma razón. He tenido amistades en el pasado, pero a ellos los siento especiales por compartir lo mismo. Después de lo que Amaris me contó pensé muchas cosas. El hecho de que no recuerde absolutamente nada no me da buena espina. Después de la conversación que tuve con Benjamín por mensajes pude comprender un poco más el porqué tenía esa la actitud en el pasado, lo que importa es que ahora está demostrando cambios. Y Sebastián piensa que su poder es algo horrible y dañino por el accidente de su hermana y por no poder haberlo controlado del todo. Después de todas esas charlas me di cuenta de que al parecer soy la única que no la pasó tan mal... Admito que mi carácter es algo fuerte y que a veces no me permite ver más allá de por lo que las personas están pasando. Lo aprendí cuando juzgué a Benjamín sin saber por lo que pasaba, y al gritarle a Amaris sin darle la oportunidad de que me explicara la situación.
Me acuesto en la cama y tomo mi celular. Veo que Sebas me envió un mensaje.
Sebastián
Oye, quería agradecerte por lo que me dijiste hoy. Últimamente no la estuve pasando bien con el tema de la magia, pero mi amigo estuvo animándome, y tus palabras también ayudaron.Es bueno ver que Sebas intenta superarlo. Espero que todos podamos hacer lo mismo con las situaciones que estamos pasando.
Luciana
De nada. Ya sabes que puedes contar conmigo, y con Amaris también, estoy segura de que también se preocupa.
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El Resplandor de la Magia
FantasiaNo sé quién soy. Digamos que soy alguien que despertó en el bosque con pérdida de memoria, y que ha experimentado sucesos extraños desde entonces. La sensación extraña que me provoca este lugar, los sentimientos que siento reprimidos dentro de mí, y...