36- Reunión

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Eileen:

Aquí estoy, sentada en una roca en medio de los árboles que me dan algo de sombra mientras estabilizo mi magia.

Es un día soleado. El canto de los pájaros y el sonido del río más cercano dan una sensación de tranquilidad al ambiente, que me mantiene en paz también. Siento que cualquier persona sentiría esta sensación si estuviera aquí.

Me distraigo un poco al escuchar unos pasos acercándose a mí.

—¡Eileen, aquí estás! Estuve buscándote por todas partes. Oh, ¿estás estabilizando tu magia? —pregunta Víctor con curiosidad.
—Así es.

Aquella esfera en mis manos es una táctica que suelo hacer para estabilizar mi magia, logrando debilitar un poco el efecto del bloqueo que Lord Lid había lanzado sobre mí, aunque no es del todo efectivo, ya que mayormente, cuando menos me lo espero puedo perder el control de la magia de nuevo.

Desaparezco la esfera y me pongo de pie frente a Víctor.

—¿Qué se te ofrece, Víctor?
—Lamento molestar, es solo que... quería saber cómo iba el tema del portal. Ya sabes, por Amaris.
—Ah, sí. No te preocupes, estoy trabajando en eso.
—... Y... ¿en cuánto tiempo crees que esté listo?
—Sabes que el portal requiere de bastante energía para que funcione, y debido a mi estado actual, cargarlo con mi magia mientras funciona mal puede causar graves consecuencias. Ya sabes lo que pasó con esa chica.
—Pero Amaris aún está bajo el efecto del portal fallido. ¿Acaso es posible que vuelva a pasar lo mismo si se vuelve a hacer mal?
—Si vuelve a pasar, puede perder sus recuerdos nuevamente: los antiguos y los de ahora, y todo el tiempo que le dimos para que se recupere será en vano. No quiero que tenga que pasar por ese proceso doloroso para volver a recordar.
—Si tú lo dices, está bien. Lamento estar tan insistente con ese tema, es solo que ella me preocupa.
—Sé que te preocupas por ella, Víctor, lo entiendo perfectamente. Y respondiendo a tu pregunta sobre el portal, puede que no falte mucho, tal vez en unas semanas o menos esté listo.

Víctor:

Semanas... Me gustaría ir y decírselo a Amaris para que se alegre, pero mejor me lo guardo, no vaya a ser que ocurra algo que lo termine impidiendo. Confío en que Eileen está haciendo lo mejor que puede para que esta vez las cosas salgan bien.

Ella da media vuelta, y con la mirada algo baja vuelve a estabilizar su magia. No puedo evitar notar que su mirada parece un poco triste.

—Eileen, ¿te sucede algo? Últimamente te noto más apagada.
—Son muchas cosas, y entre ellas está el hecho de que cada vez siento aún más cerca la presencia escarlata. Y también pienso en mis acciones del pasado, que pudieron haber sido mejores para poder evitar esto.
—Pero, Eileen, sabes que no fue tu culpa.
—Lo sé, pero si hubiera actuado más rápido, tal vez la historia sería distinta, o al menos, las cosas no serían tan complicadas como ahora.

Aquellas marcas rojas en sus manos son la prueba del bloqueo escarlata que tiene. Solo se hacen visibles a la hora de usar magia, y aparecen precisamente para impedir su uso.

—Víctor, ¿antes de morir te has preguntado qué había después de la muerte?
—Ah, pues, siempre creí que mi alma iría a algún lado, y ahora estoy aquí contigo y... los chicos. También puedo ver a mi familia ya fallecida cuando quiera.
—Mmm, entiendo —concentrada.
—También recuerdo que Leila nos había dicho que no creía en que no había nada después de la muerte, y recuerdo perfectamente la expresión sorprendida y confundida en su rostro al vernos después de morir. Ella juraba que estaba soñando.

Admito que en su momento me dio algo de risa.

—...

Ahora que lo pienso, es la primera vez que Eileen pregunta algo así, y por alguna razón se me hace un poco extraño.

El Resplandor de la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora