SESSHOMARU
Miraba directo hacia la calle, veía a la gente correr de un lado a otro para refugiarse de la lluvia. El semáforo, luego de algunos segundos de palpitar el color verde, cambiaba a rojo y los autos se detenían para esperar.
Kagura, comienza a tamborilear con sus dedos en la mesa, sus nervios me llevan a no querer mirarla.
—¿No te parece que deberíamos irnos a casa?
La miro de reojo sin decir nada. ¿Irnos? ¿A casa? No quiero, aparte tengo que ir con Rin. Ha estado llamando desde que volví del extranjero. Me quiere ver y yo a ella.
—Sesshomaru, ¡Contéstame! ¡Dime algo! —Habló enojada.
—Vete tú, yo aún tengo que realizar algunas cosas fuera.
—¿Irme? ¿Sin ti? —Desvió su mirada furiosa, quizá queriendo gritarme por mi respuesta —Irás a verla y eres tan cínico como para no negarlo —Dijo con ironía.
Sus ojos demostraban lo furiosa que estaba.
Agudice mi oído y escuche una melodía conocida. Estaba inmerso en escuchar la música del lugar que olvide que Kagura está tan furiosa.
—Solo le diré que he vuelto.
—No sé por qué me sorprendo —Suspiró resignada, cruzándose de brazos.
No debería ser tan indiferente y no quiero. Kagura me gusta, claro que siento algo por ella, pero Rin ha sido una gran amiga desde hace años, no es justo que de pronto me porte como un idiota dejándola sola.
—Volveré temprano —Tomé su mano y muy suave besé sus nudillos.
Ella se giró a verme, sonrió un poco, suspirando.
—No tardes —Pronunció bajito.
El trayecto a la casa de Rin fue callado, pero la melodía que acababa de escuchar en el restaurante me ha dejado demasiado inmerso en ella.
He traído a A y Un conmigo, dos cachorros de unos siete u ocho meses de edad. Sé que ella los adora y también ya ha pasado algo de tiempo desde que los vio.
—Buenas noches —El vecino de al lado me saluda muy animado.
Solo hago un ademán con mi mano y mi cabeza a modo de saludo, lo único que espero es que él lo entienda.
Toco la puerta; solo dos veces seguidas, un código que se implementó en la preparatoria. Sin embargo, no hay sonido de adentro, reviso por la ventana, algún indicio de su presencia, pero estas tienen las cortinas cerradas.
Miro hacia la calle, la lluvia está haciéndose más y más constante al punto de empapar todo a su alrededor. Intento llamar a Rin para preguntarle dónde se encuentra para ir por ella, pero no contesta.
—Rin, no me hagas esto.
Me hago un lugar entre las flores de la entrada para refugiarme de la lluvia y esperarla, he dejado a los perros en el auto, pero ella ni sus luces, comienzo a caminar bajo el aguacero para tratar de visualizarla en la parada del autobús.
Ocho con cuarenta y dos minutos
Me refugio en el interior del auto y vuelvo a recordar la melodía. ¿Dónde la escuche?, aunque quiera negarlo, esa canción la escuche con Rin.
Fue una tarde de verano, estábamos hablando de su situación en la universidad.
—Escucha, escucha.
La miro, atento, cerró su mirada y comenzó a mecerse con el sonido de la música mientras tarareaba. Se veía linda; con su blusa de tirantes color blanca y su short de un tono café oscuro. Quise acariciar su mejilla y darle un beso suave a la misma, pero no tuve el valor, con eso ella abrió lentamente sus ojos, tan grandes y cafés. Estaba embelesado.
—¿No es maravillosa? —Preguntó, sin embargo, yo me encontraba viendo sus ojos, quería que me dijera algo más para besarla, pero...
—No escuchaste, ¿verdad? —Dijo enojada.
—No — «Te estaba mirando a ti» Quise decir.
—Sesshomaru, ven. Quizá desde aquí se escuche mejor —Comenzó a avanzar por un sendero, acercándose a unas rocas y subiéndose a las mismas.
—Te puedes caer, no lo hagas.
Estábamos en el mirador de la ciudad. Alrededor nuestro había oscuridad, ya que nos habíamos distanciado de los restaurantes y casas de la zona.
—Ahora no vas a decirme que no la escuchas.
Y pude escuchar una melodía suave, con una voz dulce y cautivante. La letra era amorosa, una revelación. Ella comenzó a cantarla, su voz era más bonita que la del cantante.
—¿Pasa algo? —Preguntó notando mi mirada.
—Nada, solo que siempre que cantas es aún mejor escucharte a ti.
Ella se sonrojó y muy lentamente preguntó: —¿Eres un poeta o algo por el estilo?
—No, Rin —Sonreí muy poco, solo un instante.
—Cuando dices esas cosas me haces creer que en realidad tú deberías estudiar literatura y no yo —Dijo sonriente.
—Vamos a descansar —Contesté, sintiéndome un tonto por mis palabras antes dichas.
Los ladridos y lloriqueos de los perros me hacen girar la cabeza. Veo bajar del autobús a una Rin empapada, con su cabello rebelde, su impermeable amarillo y sus botas que evitan se moje sus pies.
Se ve adorable.
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NUESTRA MELODÍA
FanfictionUna amistad que nació por historias de vida similares; sentimientos confusos y acciones bastante cuestionables. Sesshomaru, un hombre atractivo que acaba enamorado de su mejor amiga. Rin, una chica sencilla y lo suficientemente llamativa, termina co...