15. BESO

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SESSHOMARU

Parqueo el auto afuera de una linda casa, dos pisos, con dos árboles en la banqueta y con unos robustos rosales.

—Gracias por traerme —Agradeció sin mirarme a los ojos.

Sara, traía su habitual falda, ajustada y color oscuro. Su camisa de botones muestra parte de sus pechos, su cabello suelto castaño está bien cepillado.

—¿Vives sola? —Pregunte.

—Sí, vivo sola —Miraba por la ventana hacia su casa —¿Quieres pasar?

—¿Puedo hacerlo?

—¡Claro que sí! —Contestó animada.

—Bueno, entonces vayamos —Bajé del auto rápido y le abrí la puerta del copiloto. Sara tomó mi mano y sacando cuidadosamente su llavero, abrió el acceso a su casa.

—Aquí puedes dejar tu abrigo —Las luces se encendieron.

Aprecié el pequeño pasillo, era de un color azul como el cielo y solo había tres cuadros esparcidos por ambas paredes.

No los vi bien, pero en uno estaba Sara con un hombre mayor abrazándolo por detrás, con una gran sonrisa, mientras él solo miraba a la cámara con una mirada severa.

Me quité los zapatos, dejando el saco en el lugar que me indicó, y proseguí con mi camino. La casa es pequeña; las paredes son de colores, la sala es de color verde claro mientras la cocina está pintada de un rosa pastel.

—Puedes sentarte, yo haré té, o ¿prefieres algo más? —Su voz provenía de la puerta de la cocina.

—Lo que quieras está bien — Conteste inmerso en la decoración.

Observe a mi alrededor, todo parecía acogedor, era un sitio tranquilo y no me sentía para nada incómodo.

A mi costado estaba una planta algo extravagante; con hojas verde claro y muy delgadas.

—Toma, es té. Espero que no te moleste —Tome la pequeña taza entre mis manos.

—Esta planta, ¿Cuál es su nombre? —Le di un pequeño sorbo al té, estaba caliente y dulce.

—¿Esa? —Señaló con su cabeza —Bueno, su nombre es muy simple, es Cinta.

—¿De verdad? —Pregunte extrañado, pues realmente sus hojas parecían pequeñas tiras de cinta.

—Sí, así es —Bebió su té despacio —Mira, esa de allá —Giré hacia donde apuntaba —Se llama, Palmera de Salón —Parecía conocer bastante bien cada planta —Esa que está en la entrada de la cocina, su nombre es Menta, huele delicioso si la frotas con tus dedos suavemente —Sara me dijo un montón de cosas respecto a sus plantas, pero me impacto lo que agregó luego: —Tengo unas trece o quince plantas en total —Contesto pensativa.

—Debes ser muy buena cuidándolas.

—No creas, en ocasiones se me han secado, pero trato de darme el tiempo para regarlas y sacarlas un poco al sol.

—Conozco a alguien que compró plantas, pero pasó algo inesperado; una de ellas se secó y para no sentirse mal decidió reemplazarla con otra igual.

Ella solo sonrió.

—Disculpa que te pregunte, pero esa persona, ¿No es acaso, Rin?

Claro que era ella, pero no se lo diría directamente.

—Nada de eso.

—Cuando los vi abrazados en tu oficina, supuse que ustedes tenían algo —Dejó cuidadosamente la taza vacía en la mesita de centro.

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