Halloween Revengers

Día 23

Wakasa tocaba la puerta en la casa de la dirección que le había dado el más alto, habían pasado poco más de dos horas, pero no pudo esperar más, y después de asegurarse que Takeomi no tenía nada malo fue a ver a Sanzu.

-Nos volvemos a ver - dijo Muto reconociéndolo una vez abrió la puerta.

-Sí, ¿Dónde está Haru?

Muto se hizo a un lado para que Wakasa pudiera ingresar, viendo al niño triste sentado en el sofá, este se encogió en cuanto lo vio, Waka sintió pena por el niño, quería volverlo a ver feliz.

-Hola - se acercó con cautela, Haruchiyo no contestó, solo se encogió más en sí mientras abrazaba el almohadón que tenía entre sus brazos- ¿Puedo sentarme aquí? - el niño asintió con cautela de manera casi imperceptible, el peli blanco lo hizo sin ser bruzco, sin empezar ninguna charla de momento.

Muto veía todo a unos pasos de distancia de ahí, dándoles su espacio pero al mismo tiempo estando pendiente en caso de que el niño lo necesitara.

-¿Estás molesto conmigo? - preguntó con un poco de preocupación después de un momento.

-¡No! - gritó el niño viéndolo triste.

-Tranquilo - extendió sus brazos arrepentido de la pregunta y el niño se refugió en estos mientras temblaba pero sin dejar salir ninguna lágrima- Quisiera que me dijeras por qué escapaste, pude haberte ayudado, me preocupaste mucho.

-No quiero hablar de eso...

-Está bien, no voy a presionarte, no tienes que volver aún con Takeomi, puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que quieras.

El niño temblaba sin decir palabras pero negó con la cabeza y abrazó con más fuerza a Wakasa.

-No quiero ir - dijo con voz asustada-no quiero ver a Take-nii, ni a Mikey, ni Senju, ni nadie... Lo siento, no te enojes conmigo - Wakasa abrazó con fuerza al niño cuando vio sus ojos llenarse de lágrimas.

-Entiendo, no me molestaría contigo, pero no me gusta que te quedes con alguien que no conozco.

-Entiendo la desconfianza - se metió Muto en la conversación y el peli blanco lo miró amenazante, el otro no se dejó intimidar por eso-pero no le haré nada.

-Voy a hablar un momento con tu amigo... - se levantó dejando al niño en el sillón-Ya vuelvo, tranquilo.

Muto le indicó con la cabeza a Waka que lo siguiera, ambos fueron hasta la habitación del mayor donde cerraron la puerta para que el niño no escuchara.

-Creo que sabes de sobra que no confío en ti, dejemos eso claro para hacer más rápida la conversación - dijo a la defensiva sentándose en la cama con confianza.

-Y en mi caso es lo contrario, Haru me ha hablado mucho de ti, estoy seguro que estará protegido a tu lado - Wakasa levantó una ceja- lo conozco sólo de un fin de semana, pero no me podrás negar que es fácil encariñarse con él, tengo lástima por su situación, no tengo ninguna otra doble intención, pero no puedo probar que soy un buen tipo, estuve en la correccional y sé con quienes me junto, yo tampoco confiaría en mí, pero quiero lo mejor para el chico...

-¿Qué han hecho estos últimos dos días como para que confíe tanto en ti?

Muto se sinceró con el otro y le dijo todo lo que había pasado, la sangre le hervía y sabía que le rompería la cara a Takeomi por ponerle una mano encima a Haru, pero también entendía que era peligroso que el niño aceptara irse con cualquiera que lo tratara bien.

-No puedo dejar que se quede contigo solo porque sí, pero tampoco quiero asustarlo más...

-Puede quedarse unos días hasta que se calme, sé que no debe querer quedarse porque me prefiera antes que a ti, sino porque tiene miedo que su hermano lo encuentre y se moleste con él.

-En eso te doy la razón - se levantó con elegancia y se acercó a Muto lentamente.

Hicieron contacto visual por un segundo y al otro Muto estaba con la cabeza contra el suelo y los brazos apretados contra su espalda, lo estaba inmovilizando y por primera vez en su vida le costaba soltarse.

-Te voy a dar el beneficio de la duda - susurró cerca de su oído si ejercer presión en su agarre pero manteniéndolo firme- No le has hecho nada, pero si le llegas a hacer algo vas a lamentarlo mucho.

-Bien - Muto dejó de intentar escapar de escapar para demostrarle sumisión a Wakasa y que entendieran que no era alguien fácil de provocar.

-Buen chico - lo soltó y lo miró desde arriba mientras el otro se sentaba en el suelo- ¿Tienes edad para conducir el auto que tienes afuera?

-No, pero tengo contactos que saben falsear cosas.

-Qué mal, eres un niño, cuando seas adulto tal vez podríamos seguir conversando más relajadamente - Muto abrió los ojos al entender la propuesta y Wakasa se echó a reír de su cara.

La broma aligeró el ambiente, le dio la mano para ayudarlo a levantarse mientras escuchaban unos toques en la puerta.

-¿Ocurre algo? - Muto abrió la puerta y vio al niño asustado.

-¿Están peleando por mi culpa?

-Claro que no - Wakasa se acercó a abrazarlo-solo hablábamos, dejaré que te quedes, pero sólo unos días, hasta que te sientas mejor, pero no puedes faltar a la escuela.

-Yo te llevaré y te buscaré, no tienes que tener miedo de eso - respaldó a Wakasa al entender que estaba confiando en él.

-Vendré todos los días y traeré tus cuadernos, hablaremos de las cosas mejor cuando te sientas listo.

-Gracias - el niño abrazó con fuerza al mayor-discúlpame por no querer irme contigo...

-Tranquilo, no estoy molesto, pero si ocurre algo dímelo de inmediato - El niño asintió en un abrazo.

Waka se quedó un poco más y los tres cenaron juntos, el niño al poco tiempo empezó a bostezar, por lo que pensó que era hora de irse, por lo que lo acostó en la habitación que Muto le asignó y se fue volviendo a recalcar su amenaza, no confiaba en dejarlo ahí pero no quería alterar al niño con una pelea.

Muto estaba apagando las luces cuando un soñoliento Sanzu apareció tras él.

-Muto-san... ¿Puedo dormir contigo?

-Claro, no hay problema.

Muto encendió la pequeña luz de noche que habían comprado en su salida con los Haitani, el niño cayó dormido a penas volvió a tocar la almohada, el mayor se acomodó y lo imitó casi de inmediato pensando en la situación en la que se había metido cuando el siempre trató de evitar meterse en cosas complicadas.

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Gracias por leer.

-Lady Van Dort

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