Día 7

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Shinichiro agradecía que existían las clases, aunque hubieran tenido el lunes libre por problemas en la escuela, al menos agradecía tener el resto de la semana para dedicarse a sus asuntos, y por asuntos se refería a trabajar, lograr que Izana le hablara y hacer que Wakasa lo bese de una vez por todas para por lo menos quitarse esa burla de su historial.

Pero ya era viernes y no había logrado nada de lo que se había propuesto, ya era la cuarta vez que intentaba hablar con Izana y era completamente rechazado por el chico, salvo que esta vez se cruzó con un niño de la edad de Emma con una gran cicatriz sobre su rostro.

-¿Tu eres el hermano de Izana? -preguntó el niño cuando Shinichiro pasó cabizbajo a su lado.

-Así es, ¿Eres su amigo? – quizo saber el pelinegro esperanzado en poder hacer la pases con el otro.

-No, solo soy un sirviente, Izana no tiene amigos -dijo de la manera más normal posible.

-¿Disculpa? -¿sirviente?¿era una especie de juego acaso?

-Sí,mira, nosotros solemos jugar por aquí.

El niño le explicó muchas cosas de Izana, el cómo solo él se relacionaba con el peli blanco por miedo y la advertencia que tenía el chico encima por haber estado en la correccional, Shinichiro trató de hablar con Izana a través del niño, pero el otro se negaba rotundamente a tener algo que ver con el pelinegro, por lo que resignado decidio irse de ahí, pero esa no sería la última vez que fuera intentando hablar con él.

Al regresar a su casa Emma le pidió que la llevara a comprar unos ingredientes para el almuerzo, pues no quedaba nada y no tardaría en regresar Mikey a hacer berrinche porque tenía hambre.

El recorrido fue rápido, pero cuando estaban por regresar escucharon un alboroto y personas llamando a la polícia, Shinichiro no quería meterse en más problemas, por lo que tomó el brazo de Emma para evitar la multitud, pero la niña paró en seco.

-¡¿Ese no es Baji?! -gritó a lo que Shinichiro buscó con la mirada al pelinegro.

Shinichiro pudo ver como cerca de la multitud estaba Baji en el suelo con las nariz sangrante, por lo que se acercó a ayudarlo, pero se le heló la sangre al ver qué producía ese alboroto.

Izana y Mikey estaban en medio del círculo que había creado la multitud dándose patadas mutuamente mientras ambos estaban llenos de sangre y con la ropa destrozada.

-¡Muérete de una vez! -gritó Izana lanzando una patada que mandó a volar a Mikey, el cual se levantó al instante.

-¡No me importa quién seas, más te vale disculparte! -lanzó una patada que Izana detuvo con su brazo, pero que logró empujar al contrario.

-¡Ustedes dos! ¡Deténganse! -Shinichiro corrió hacia los menores para detenerlos, con la suficiente mala suerte como para recibir una patada en la cabeza y otra en el estómago.

-¡Shin-nii! -fue lo último que ecuchó antes de que todo se volviera negro.

Al volver a abrir los ojos se encontró a Emma llorando a su lado y a Takeomi tratando de que volviera en sí.

-¿Qué? -preguntó desconcertado.

-Baji fue a tu casa y yo estaba de paso, me explicó la situación, Emma está muy nerviosa y tu abuelo aún no sabe nada, levántate rápido, hay que irnos -dijo el de la cicatriz de manera atropellada.

-¿Dónde?

-¡Se los llevaron a la comisaría! -Emma rompió en llanto y Shinichiro se alteró.

Se levantó de un saltó aguantando el mareo y el dolor en el cuerpo para ir junto a Takeomi y Emma por los menores, pues, aunque fueran niños, estaba seguro que tenían la fuerza suficiente para matar a alguien, sumado al historial de Izana.

Una vez en la comisaría Takeomi se quedó junto a Emma mientras Shinichiro entraba a preguntar por los niños.

-Según los testigos usted terminó siendo atacado por los delincuentes, ¿Viene a poner cargos en su contra? -comentó con aburrimiento el oficial que lo atendió.

-¡No!, digo, no, vengo por ellos, son mis hermanitos -el oficial le pidió su identificación, mientras buscaba información de los chicos, dandose cuenta que Izana había estado en el reformatorio.

-Aquí dice que Izana Kurokawa etá a cargo de un orfanato, además que no comparten el mismo apellido; tratamos de ponernos en contacto con sus tutores pero nadie ha respondido por él.

-Sí, es complicado, en realidad es hermano de mi hermana, no tenemos la misma madre, por eso fue llevado a un orfanato, de echo, puedo asegurar que sí soy rsponsable de él, es solo que los papeles no los tengo conmigo -el oficial no le estaba creyendo nada- ¿Si traigo los papeles podré llevarme a mi hermanito?

-Si dichos papeles existen no debería de haber inconveniente, pero de momento solo puede irse con Manjiro Sano.

-Sí oficial.

Mikey salió cabizbajo y sosteniéndose el brazo, no iba a admitir que le dolieron los golpes de Izana, pero más que eso, no sabría como explicarle la tonta situación por la que terminaron casi matándose.

-Debería castigarte y regañarte pero ahora no tengo tiempo -dijo Shinichiro abrazándolo para que luego Emma lo hiciera- Takeomi, necesito un documento que me haga responsable de Izana, ¿Puedes cuidarlos por mí?

El otro no tuvo tiempo de contestar cuando Shinichiro ya se había ido, necesitaba lograr que las personas del orfanato dieran la cara por Izana una última vez, pero al llegar al edificio se encontró al niño que suponía era amigo de Izana sentado junto a una mochila.

-¿Hola? -el chico lo miró y volvió a bajar la cabeza- ¿Ocurre algo?

-Sacaron las cosas de Izana, dicen que es un peligro para la sociedad, lo van a volver a llevar al reformatorio.

-¿Qué?

La noticia que había corrido era que Izana intentó asesinar a un par de niños de primaria, por lo que la directora del orfanato consideró al chico muy peligroso para la institución, cosa que Shinichiro aprovechó, pues si él se ofrecía como responsable de los actos del menor estaba seguro que la mujer en su desesperación por limpiarse las manos accedería.

Izana estaba sentado en una esquina abrazado a sus rodillas, estaba molesto y con ganas de llorar, pero no haría nada de eso, no sabía que pasaría con él ahora.

-Kurokawa, vinieron por ti - dijo un oficial abriendo su celda.

El chico salió esperando encontrarse a algún trabajador social que le diera un sermón, pero lo que recibió fue una cabellera rubia abrazándolo, haciéndolo soltar un gemido por el dolor.

-¡Hermanito!

-¡¿Emma?!

Levantó la mirada para ver a Shinichiro con su mochila en el hombro junto a un chico con una cicatriz que no conocía, y detrás de todos el tonto al que le acababa de dar una paliza con los brazos cruzados y el ceño fruncido sin querer voltearlo a ver.

-¡¿Eh?!

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Gracias por leer.

Lady Van Dort

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Halloween RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora