Halloween Revengers

Día 25

Después de tres días de ver a Haru ir y venir con Muto sin que Takeomi hiciera acto de presencia Wakasa se dio a la tarea de irle a patear los huevos, literalmente hablando.

-¡¿Qué mierda te pasa?! - decía tirado en el piso agarrándose con fuerza la zona afectada, Benkei y Shinichiro retrocedieron mientras se cubrían con cautela.

-¡Y tienes el descaro de preguntar! - Wakasa levantó el pie para darle otra patada.

-¡Espera! - Wakasa se detuvo mientras el de la cicatriz trataba de sentarse- No es que no quiera a Haru, sino que cada vez que abro la boca termino empeorando todo.

-Porque ni siquiera pones de tu parte.

Wakasa se dio la vuelta para irse de ahí pero Takeomi lo tomó de la pierna antes de que se fuera.

-Ayúdame por favor...

-Haruchiyo te tiene miedo - Takeomi tragó fuerte- Si no lo odiaras tanto no se sentiría de esa forma.

-¡Yo no lo odio!

-¡Lo golpeaste por estar jugando!

-¡Fue un herror!

-¡Unos idiotas lo lastimaron y asustaron y tú ni te enteras y solo le gritas y lo regañas!

-¿De qué hablas? - el pelinegro lo miró preocupado.

-... Le prometí a Haru que no te lo diría - Takeomi se levantó molesto dispuesto a refutar, pero Waka no lo dejó- El pobre tenía tanto miedo de tu reacción que ni siquiera me quería decir para que no te enteraras, te tiene tanto miedo que prefiere vivir con un ex convicto que contigo - Takeomi abrió los ojos asustado- Y ni vengas ahora a hacerte el responsable porque ni siquiera investigaste al tipo...no voy a hacer que el niño se sienta traicionado al contarte... Ya tu te encargaste de hacerlo sentir lo peor posible.

Waka no se esperó eso, Shinichiro y Benkei menos, pero ahora Takeomi estaba llorando abrazándose a Wakasa con fuerza.

-Por favor... Ayúdame, lo amo, de verdad lo hago, siempre pensé que si lo hacía fuerte no sufriría por nuestros padres, creí que si a Shinichiro le funcionaban las cosas a mi también me funcionarían, pero ya no sé qué hacer.

-Eres un idiota por usar a Shin-chan como ejemplo para algo.

-¡Oye! - exclamó ofendido el mencionado.

-No voy a decirte nada, no sin la autorización de Haru al menos... Hoy voy a visitarlo, trataré de abogar por ti.

-Gracias...

-Ahora deja de llorar que me estás llenando de mocos - empujó suavemente a Takeomi para salir de la tienda de motos despidiéndose con la mano.

Esa tarde, como todas desde que Sanzu se quedaba con Muto, Wakasa fue a visitar al niño, pidiéndole hablar con él sobre Takeomi; el rubio sabía que no podía huir por siempre, pero aún así tenía mucho miedo de enfrentarlo.

-Podemos acompañarte si te hace sentir más seguro - dijo Wakasa incluyendo al otro.

-No debes presionarte a hacerlo, puedes hablar con él cuando estés listo-respaldó Muto.

El lugar quedó en silencio hasta que el niño habló.

-Está bien, hablaré con él... Pero no me dejen solo - dijo después de pensarlo un buen rato.

Los otros dos prometieron acompañarlo mientras lo abrazaban para pasar el mal momento.

Al día siguiente después de la escuela Wakasa y Muto lo esperaban a la salida, fue el mismo Haru el que decidió enfrentar eso lo más pronto posible, por lo que ahora el niño iba caminando tomando a ambos de la mano hasta la tienda de motos donde trabajaba Shinichiro, querían un lugar donde el niño no se sintiera intimidado.

Al llegar lo primero que vio el niño fue a su hermano, Takeomi se levantó de golpe y Sanzu se escondió tras Wakasa, a Takeomi se le estrujó el corazón y decidió no moverse para no seguir arruinando las cosas.

-Está bien, estamos aquí - Ánimo Wakasa al niño.

Haru se acercó un poco a su hermano dispuesto a pedir disculpas para que el otro no lo regañara, pero le sorprendió ver a su hermano ponerse de rodilla y agarrarle las manos, se asustó por el contacto, pero al ver los ojos llorosos del otro no pudo quitarse, simplemente esperó lo que fuera a ocurrir.

-Perdóname, soy un pésimo hermano, creí que estaba haciéndote fuerte, pero solo te lastimaba.

-¡No! Es mi culpa, yo soy débil...

-No, Haruchiyo, tu eres un gran hermano, por mi culpa crees que no, ni siquiera he podido hacer que confíes en mí; quiero arreglar todo, empezar desde cero, ¿Me permitirías arreglar mi error?

Haru no sabía que decir, miraba a los otros dos buscando ayuda, Wakasa se acercó y dejó un beso en su coronilla susurrándole que todo estaría bien y que su hermano no se molestaría de nada.

El niño se sentó con el mayor en el suelo recostados contra la pared mientras le contaba todo lo que había pasado durante ese mes, y pidiéndole perdón por no decirlo y por ser débil; Takeomi no pudo contener las lágrimas, la había cagado como hermano mayor.

-¿Puedo abrazarte? - no quería invadir el espacio del niño ni incomodarlo, quería hacer las cosas bien.

No tuvo que esperar una respuesta, el mismo Haruchiyo se había lanzado a los brazos de su hermano mientras lo abrazaba.

-¿Qué te parece si mañana tomas el día libre de la escuela y vamos a comprar tu disfraz de Halloween? - le sonrió mientras peinaba su cabello tras su oreja.

-¿De verdad puedo hacer eso? - preguntó con ilusión, Takeomi lo abrazó con más fuerza asintiendo.

-Espero ya no seas un idiota o no volveré a ser suave contigo - comentó Wakasa viendo enternecido a ambos hermanos.

-Si lo que me hiciste es tu definición de suave el ser duro es directamente matarme - Wakasa rió y Takeomi juraba que había acertado.

-Ya me tengo que ir, pero puedes llamarme siempre que lo necesites - Muto le revolvió el cabello y el niño sonrió para abrazarlo.

Ambos hermanos volvieron tranquilamente a casa, Takeomi no dejó que Senju molestara a Sanzu en ningún momento ni le dio labores al niño, lo dejó estar tranquilo en su propia habitación.

Cerca de la hora de dormir tocó la puerta de su hermanito para entrar a su habitación, Haru estaba casi listo para dormir, Takeomi se sentó en la silla de su escritorio.

-¿Ya tienes sueño? - preguntó con voz suave.

-Sí, ya iba a dormir - tomó la lamparita que Wakasa había llevado junto con las cosas que compró mientras estaba con Muto- ¿Puedo encenderla?

-Sí, no hay problema, déjame ayudarte.

Takeomi conectó la lamparita mientras apagaba las luces y acomodaba a Sanzu en la cama mientras le sonreía.

-¿Puedo dormir aquí está noche?

La cara de felicidad de Haru no la olvidaría nunca, el niño asintió con emoción y Takeomi se acostó siendo abrazado de inmediato por el niño, este quedó dormido al instante y el mayor lo siguió poco después devolviéndole el abrazo.

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Qué Bueno que ya se está acabando esto, mi cuerpo no procesa escribir diario.

Gracias por leer.

-Lady Van Dort

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