Día 30

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El sol entraba por la ventana, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a levantarse, Mikey se escondió más en el pecho de Izana para bloquear los rayos de luz, el peliblanco los cubrió un poco más con la sábana, tampoco tenía ganas de levantarse y Manjiro era igual de abrazable que una almohada rellenita.

Todo estaba en calma y seguiría así por varias horas más de no ser por el grito de Emma que los llamaba a desayunar, por lo que se cubrieron aún más, la mañana estaba fría y ni locos saldrían de ahí.

-Chicos, Emma quiere que vayan a desayunar de una vez -entró Shinichiro a la habitación después de quince minutos de estar llamándolos.

Los menores solo abrieron un ojo y se miraron cómplices, esto era caer bajo, pero hacía suficiente frío como para llevar el plan a cabo.

-Shin-nii -dijo Izana asomando su carita de cachorro alargando la última sílaba, el pelinegro retrocedió, se olía el ataque- no seas malo, un poquito más.

-Hermanito -Manjiro también sacó la cabeza y abrazó a Izana por el pecho, viéndolo aún adormilado- se está muy a gusto aquí, ¿Por qué no vienes?

Con eso fue suficiente para que Shinichiro perdiera esa batalla y se metiera junto a sus hermanitos a dormir otro rato, Mikey quedó apretado entre ambos mayores, en otras circunstancias hubiera pateado a Shinichiro, pero todo sea por cinco minutos más de sueño, Izana sonrió un poco, estaba feliz aunque nunca lo admitiera.

Habían pasado otros quince minutos y Emma empezaba a molestarse que el desayuno se estaba enfriando y ninguno de sus hermanos había salido aún a comer.

Fue esta la habitación y se enojó demasiado al ver a los mayores dormidos plácidamente en la cama de Mikey.

-¡Los estoy llamando! -golpeó con la almohada el bulto de sábanas y Shinichiro cayó de golpe al piso.

-Shinichiro nos dijo que podíamos dormir un poco más -dijo Izana incorporándose.

-A mí no me dejaba levantarme -se estiró Mikey.

-¡No sean así conmigo!

-¡A comer! -Emma volvió a golpear a Shinichiro con la almohada y los otros dos corrieron al comedor.

El desayuno pasó demasiado tranquilo, en esta ocasión Mikey hablaba y bromeaba con Izana, el cual le seguía el juego de manera desinteresada; Shinichiro, el abuelo y Emma sólo los veían con una sonrisa, pues los chicos parecían llevarse mejor ahora.

-Shinichiro, préstame tu motocicleta -pidió Izana después del mediodía mientras el mayor arreglaba unas cosas que Wakasa le había pedido sobre su moto.

-¿Van a arreglar este problema?

-Ese es el plan inicial, no tengo idea de lo que va a salir de eso.

-De acuerdo, espero le vaya bien.

Izana salió de ahí con las llaves, acercándose a Mikey que estaba cabizbajo en la entrada de la casa.

-No va a perdonarme.

-No puedes asegurar nada si no ha pasado, deja esa cara, estás incluso más feo que de costumbre.

-No quiero que me odie...

Izana lo tomó del brazo y lo hizo subir a la motocicleta, no sabía dónde vivían los Akashi pero con las indicaciones de Mikey logró llegar; estacionaron frente a la casa y fueron a tocar la puerta, Takeomi los recibió y les permitió pasar, les dijo que Haru estaba en su habitación haciendo una tarea, entraron saludando a Senju que jugaba en la sala y fueron de inmediato a la habitación de Sanzu.

Halloween RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora