Halloween Revengers

Día 24

Todo lo ocurrido ese fin de semana tenía a Shinichiro bastante estresando, sabía poco por parte de Wakasa y el peli blanco le aseguraba que las cosas se iban a poner mejor, que el ayudaría con Haruchiyo y tratar de arreglar la discusión de los niños, por lo que él iba a tratar de resolver los problemas dentro de su propia familia: Izana y Manjiro.

Las últimas dos veces que vio al menor fueron bastante tensas, por lo que quería hacer una actividad más relajada; aprovechando que el chico no iba a clases, pues se había fugado de la escuela desde que estuvo en el correccional, decidió invitarlo a comprar decoraciones de Halloween para decorar la casa en compañía del resto de sus hermanitos; no estaba muy de acuerdo con varias de las acciones y decisiones de Izana, pero antes de tratar esos temas quería lograr al menos tener una buena relación con el chico.

Izana estuvo más que contento de pasar el día con su hermano, este desde el principio le aclaró que iban a pasar una tarde familiar, pues siendo el otro tan sensible podría sentirse ofendido o engañado.

No era que la idea le encantara en demasía al menor, pero saber que lo eligió a él solamente para pasar la mañana eligiendo los adornos lo hizo muy feliz.

Todo parecía perfecto hasta que Mikey llegó de la escuela, Shinichiro sólo parpadeó un segundo y ya se estaban peleando.

-¡Suficiente! - gritó el mayor tomando a ambos niños del cuello y arrastrándolos fuera de la casa-Esto lo arreglo hoy porque sí.

-¡Pero fue su culpa! - gritaron ambos al mismo tiempo.

-¡No me importa! - los metió a ambos al dojo y les tiró un uniforme cada uno- ¡Ahora sí mátense! ¡Mátense y cuando terminen entran a cenar!

Shinichiro no tuvo que repetirlo, en menos de un segundo ya estaban con la ropa puesta dándose patadas, este se sentó en una esquina viendo todo para interferir de ser necesario.

Mikey daba patadas certeras, pero nunca había peleado con alguien igual de fuerte que él, por lo que su exceso de confianza lo hacía ignorar el entrenamiento, mientras que Izana se había enfrentado a todo tipo de persona y siempre estaba alerta, aunque Mikey era de lejos el más fuerte.

-¡Muere! - Izana lanzó una patada a la cabeza de Mikey, lanzándolo lejos, pero este se incorporó de inmediato.

Mikey estaba ofuscado y respirando con dificultad, después de casi veinte minutos ya le temblaban las piernas; Izana estaba igual de cansado y temblando, pero al menos aguantaba un poco más.

Empezó a usar los puños mientras pateaba, Mikey trastabilló y se golpeó la cabeza con una de las paredes del dojo cayendo aturdido, Shinichiro se levantó asustado al ver que Izana estaba por conectar una patada de lleno en la cara de Mikey, el peli blanco se dio cuenta del terror en los ojos del pelinegro, si le hacía daño a Mikey lastimaría a Shinichiro, por lo que se detuvo en seco a pocos centímetros del rostro del otro.

El mayor aguantó la respiración, Mikey miraba el pie del otro asustado, estaba seguro que le hubiera roto la nariz, el pensarse en esa situación le dio miedo y vergüenza, pues era obvio que todos sabrían que había perdido.

-Gané - sentenció con su semblante serio, Mikey se sonrojó, se sentía demasiado avergonzado en ese momento, Shinichiro suspiró aliviado de que Izana no lo lastimara, los menores lo escucharon; Izana sonrió con prepotencia y Mikey pensó que no podía ser más humillado en ese momento, se levantó de golpe para encarar al moreno.

-¡Debiste darme el golpe y matarme! ¡Así no dañaría esta familia con mi existencia! - la voz se le quebró al final y se tapó la boca de inmediato, sentía el pequeño ardor en los ojos crecer, Dios, eso no le podía estar pasando en ese momento, no podía creer que su cuerpo lo humillara aun más.