Halloween Revengers

Día 28

De todos los lugares a los que pensó ir ese día, un centro comercial en Roppongi no estaba en la lista, pero se estaba divirtiendo más de lo que hubiera pensado.

Izana solo iba detrás de él viendo las mismas cosas, no decía nada, Ran hablaba casi siempre en su lugar, Mikey pensó que seguro se llevaban muy bien para entenderlo así, esperaba llevarse de esa manera con él pronto.

-Mira lo que encontré - Ran levantó unas cadenas y Mikey lo miró intrigado, Izana se puso frente del rubio y miró al mayor con desaprobación.

-¿Qué demonios piensas respecto a mi hermanito?

-¡No es eso! ¡Son de decoración, no de uso! Espera, ¿Lo llamaste hermanito? -Ran lo miró con burla y Mikey lo miró con los ojos brillantes, Izana se sonrojó avergonzado.

-¡Claro que no! -Se alejó de ahí mientras Mikey daba saltos de alegría y Ran le revolvía el cabello.

Izana se fue a meter entre los disfraces a buscar uno interesante, hubo uno que le llamó la atención, pero al tomarlo alguien también lo había hecho, tiró con más fuerza y una cabellera rubia cayó sobre él.

-¡¿Eh?! Yo lo vi primero, tú dijiste que querías ser un héroe.

-¡Pero ahora quiero este, es más aterrador! -forcejeaba pero sin éxito.

-No, yo lo vi primero.

-¡Pero!

-Tengo una idea - apareció Ran con tres disfraces iguales, uno más grande que los otros dos- ¡Miren lo que encontré!

-Aléjate de Manjiro.

-¡Deja de hacerme quedar mal! - le dio la mano para levantarlos- pueden compartir disfraces.

-¡No! - gritaron ambos al mismo tiempo.

-Estoy seguro que su hermano estaría feliz de verlos vestirse iguales.

-Tu fetiche estaría feliz de vernos vestidos iguales.

-¿Qué es fetiche?

-Olvidate de eso, nunca dije esa palabra -le tapó los oídos- mira lo que me haces decir, pervertido -susurró para quitar las manos de la cabeza de Mikey.

-¿Qué dijo?

-No importa - alzó los disfraces para cambiar de tema- los disfraces están en diferentes tallas, pueden vestirse de fantasmas junto a su hermano mayor y él estará muy feliz de verlos iguales.

-Bueno... En eso tiene razón, Shinichiro sería feliz de vernos usar eso -Izana le hizo una mueca- Es raro, hasta puso nuestra foto en su cartera -ambos sabían cual era la infame foto y lo mucho que su hermano era feliz tratándolos como niños aunque estos dijeran ya ser grandes.

-Tal vez tengas razón...-Izana asintió resignado, después de todos los dolores de cabeza y tristezas que le dieron a Shinichiro ese mes lo mínimo que podían hacer era darle esa alegría.

Mikey bostezó y siguió a los mayores mientras pagaban los disfraces, en eso se engancha del brazo de Izana haciendo que este se sobresalte por el contacto inesperado.

-¿Me compras unos dorayakis?

-¿Ah? -no podía resistirse a la mirada de cachorrito del contrario, por lo que simplemente apartó la mirada fingiendo desinterés-Está bien.

-¡Eres el mejor! -lo abrazó con más fuerza, Izana se contenía de no abrazarlo mientras Ran reía.

Todo parecía bien, ya el niño tenía sus dulces e iban de salida del centro comercial, hasta que el rubio hizo una mueca mirando un punto en específico, los mayores siguieron su mirada y pudieron ver a Haruchiyo caminando mientras tomaba de la mano a Muto y un sonrojado Rindou, los otros no los habían visto mientras entraban al centro comercial, no le dieron importancia al suceso, pero Mikey aceleró el paso, Izana lo alcanzó y le tomó del hombro.

-Ey, ¿Qué pasa?

-Ya me quiero ir - dijo cortante.

-Oye, pero si estábamos pasándolo bien -Ran entró a la conversación, pues sabía lo que pudo haber pasado, pero Izana negó con la cabeza.

-Bien, vayamos a tu casa, quiero hablar algo contigo de paso -el peli blanco pensó que lo mejor era tratar ese tema en un lugar donde la gente no los viera por el obvio escándalo que iban a hacer.

-¿Qué me quieres hablar? -Mikey cambió su expresión a una más optimista, Izana no lo estaba despachando de forma rápida y eso lo alegraba.

-No te diré hasta llegar, vamos.

-¡Sí! -el rubio salió corriendo hacia la moto del más alto.

-¿Tienes un plan? -Ran quería saber qué hacer ahora.

-Sí, tocar el asunto donde no nos puedan llevar detenidos por alterar el orden público.

-¿Crees que lleguen a los golpes?

-No quiero, pero le partiré la cabeza en el momento que se vuelta un idiota; asegúrate de detenerme.

-¿Y yo qué gano? -le susurró coqueto.

-Eso depende de qué tan bien cumplas tu tarea -respondió de la misma forma.

Ambos siguieron caminando hasta la motocicleta donde el niño ya los esperaba, esta vez Mikey si se abrazó a Izana mientras iban de camino y el peli blanco no le dijo nada, solo esperaba estar haciendo lo correcto, pues no le desagradaba del todo el papel de hermano mayor en el que ahora se encontraba.

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Gracias por leer.

-Lady Van Dort

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