Capitulo 6. Disparate

623 59 21
                                    




Arizona.




Mamá había llegado algo tarde la noche de ayer, estaba tan apenada por no haberme cuidado y haberme dejado a mi suerte, no supe cómo contarle que la señora Torres cuido de mi sin que mis ojos brillaran así que preferí no mencionarlo.

Tal y como Calliope me ordenó le mande un mensaje antes de dormir, decía así...

"Hola Calliope, soy Arizona.

Quería comentarte que mamá ya está aquí conmigo y yo estoy mucho mejor. Gracias de nuevo por sus cuidados, usted es una gran persona.

Feliz noche."

No recibí ningún mensaje de su parte.

La mañana siguiente desperté mucho mejor, mamá me había revisado la temperatura y no tenía fiebre, y ya podía sentir mi cuerpo.

Mientras desayunaba se escucha toques en la puerta.
-Yo abro mi amor - Mamá se levanta y va hacia la puerta.

Escucho alguna voz conocida hablando con mamá pero tenía algo de hambre así que preferí terminar mi cereal.

-Arizona - Amelia corre hacia dándome un abrazo

-Ey - reí - ¿Como estás?

-¡Mal! - Grita - ¡Tuve que enterarme por tu nueva mejor amiga (Sabia que hablaba de April) que estabas enferma! - Cruza los brazos y frunce el ceño molesta - ¡Si te mueres no me daba cuenta, por qué tú no fuiste capaz de avisar!

-Discúlpame, la verdad estaba tan mal que se me olvidó avisarte - Hice un tierno puchero. - Además tú faltaste a clase de arte - Sabia la razón, Amelia y Kai compartían saliva en los vestidores de mujeres.

-Mmm te perdono con una condición - Me da una sonrisa pícara.

Asentí asustada.

Cuando Amelia sonreía de esa forma era señal de peligro.

-Daniel Duquette va hacer una fiesta esta noche y tú - Me señala - ¡Tienes que ir!

Al escuchar ese nombre, mi cuerpo se estremeció de asco, pero recordar a Calliope defendiéndome hizo que mi corazón comenzara a latir con fuerza y esperanza.

-¿Todo bien? - pregunta.

-Debo contarte algo - Tome su mano para guiarla a mi habitación, mamá estaba en la sala y no quería que escuchara el relato.

Le comenté a Amelia todo lo que había pasado, Amelia enfureció tanto que tuve que retenerla para que no saliera corriendo a golpear a ese cretino.

-¡No puedo creer que no me lo hayas dicho antes Arizona! - Caminaba de un lado a otro furiosa.

-Lo se Am, pero no sabía cómo decírtelo - Estaba sentada en mi cama siguiendo con mi mirada de un lado a otra a Amelia.

-¡Tiene que pagar ! - Grita - Y creo que ya se como - Se acerca a mi con una sonrisa maliciosa.

Otra idea disparatada.

-¿Qué tienes en mente? -pregunte tratando de esbozar una sonrisa.

-Voy a mandarle a toda la escuela un mensaje acusando a Daniel de pervertido para que nadie vaya a su fiesta - ríe mientras saca su teléfono.

-¿Crees que los adolescentes pubertos van a calmar sus ansias de fiesta solo por que el anfitrión es un asqueroso pervertido?

Ella sabía que tenía razón, así que cruza sus brazos molesta dejando caer su cuerpo en la silla de mi escritorio.

La mamá de mi mejor amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora