Capítulo 27. Ella

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Arizona.


Me gustaba pensar que la vida era así de tranquila como inicio esta mañana, desayuné con mis personas favoritas, mi mamá y Amelia, charlamos un rato y me sentí muy bien, sentí que así era la vida.

Pero apenas pise el instituto todo se volvió un caos, faltaban meses para que se terminase el último año pero los maestros estaban haciendo exámenes como si se acabase mañana mismo.

Y para rematar los comentarios por mi beso con Eliza eran los protagonistas en el pasillo, todos murmuraban y sonreían pícaramente al verme, enserio era odioso.

A eso agregarle la ansiedad que me causaba que había decidido mi amada sobre mi propuesta, aunque quería darle tiempo, esto me estaba matando.

-Ey, ahí está Eliza - Amelia caminaba junto a mí por el pasillo, y paramos al ver a Eliza en su casillero, tenía que hablar con ella.

-Ya tocaron el timbre para iniciar clases Am, sabes que no puedo perder puntos con la maestra Decker.

-Deja de ser tonta y enfréntala, yo te cubro - Sonríe y desaparece de mi vista.

Me acerco a Eliza algo nerviosa, ya habíamos tenido esta conversación una vez ¿dos no es masoquismo?

-Hola - Sonreí.

-Arizona hola ¿cómo estás ? - pregunta.

-Pues algo incomoda, no sé si has notado los murmullos y comentarios de los demás...

-Si y ha sido algo raro - Dice ella - De ante mano quiero pedirte una disculpa por el beso, me aproveche de tu confianza y de tu momento de vulnerabilidad - Al parecer si era sincero.

-Tranquila Eliza, yo correspondí el beso y aunque estaba algo borracha sabía lo que hacia.

-¿Ósea que te gustó? - Me da una sonrisa pícara.

No fue de mis mejores besos pero no estuvo mal.

-No estuvo mal, pero no puede volver a pasar. No quiero que te hagas ilusiones  - Dije.

-Arizona, se que te gusta alguien más - Sonríe - Pero yo estaré aquí para lo que necesites, para ser tu amiga y comprenderte.   - Sonríe y yo hago lo mismo - Además besas muy bien - deja un beso en mi mejilla para perderse en los pasillos vacíos.

¿Y eso que fue?

Sacudí mi cabeza y seguí con mi camino, si mi apuraba podía llegar a clases antes de que comenzara la lección.

Pero un brazo me empuja hacia un cuarto oscuro, me asuste de inmediato.

Una mano tapaba mi boca, mientras yo gritaba del miedo.

Estaba en el cuarto del conserje, podía ver las cosas de aseo organizadas en ese lugar tan angosto.

-Soy yo, tranquila- Esa voz, ese aroma, esa respiración, era ella.

Yo asentí.
-¿Calliope? ¿Qué haces aquí? - pregunte confundida, aunque tenía una sonrisa.

-Estaba en una reunión de Sofía, pero al salir vi como hablabas con esa chica - Cruza sus brazos y levanta una ceja.

Después de esa acción tan explícitamente  cautivadora quise pedirle que me cogiera en ese instante, pero tal vez sea una imprudencia comentárselo.

-No es lo que estás pensando - Dije después de un suspiro.

-¿Entonces que es ? - Iba a responder pero ella me interrumpe - Porque te beso otra vez y tú no pusiste mucha resistencia.

La mamá de mi mejor amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora