La mamá de mi mejor amiga

Capitulo 17. Labios

Arizona.

Estaba camino a casa con algunos libros en los brazos, necesitaba interesarme en la literatura y dejar de pensar en cosas tontas como poder llegar a tener algo con la señora Torres, madre de mi amiga.

Había decidido por la hora no pasar a casa de Eliza y dejar nuestra charla para otro día.

Estaba algo paranoica, la noche estaba más oscura que de costumbre y llevaba una falda de uniforme muy corta. Aparte se vendría una tormenta, los relámpagos en el cielo estremecían mis oídos.

Cuando una luz brillante de un auto me dejo casi ciega, pensé en salir corriendo pero escuché una voz familia, me quede paralizada, cosa que solo me provocaba la señora Torres.

-Arizona - Sonríe - Que bueno verte.
Los libros se me can de la impresión, era tan raro que siempre nos encontráramos en situaciones así.

-También es bueno verla - Sonreí.

Ambas reaccionamos de inmediato y me ayuda a recoger los libros.

-¿Estás bien? -pregunta algo preocupada.

-Si, voy a casa.

-Te llevó.

-No es necesario, vivo a una cuadra señora Torres.

-Bueno, entonces te acompañaré caminando.

-No es...

Ella me frunce el ceño molesta. Entendí que de todas formas prefería acompañarme.

-Entiendo, vamos - Sonreí.

Ella me da una media sonrisa pequeña y caminamos juntas.

Me sentía en otro mundo, era ella, la mujer que corría por mis pensamientos a cada momento y a mi se me ablandaba el alma, la vida, el corazón.

Tu eres como la sangre, corres por cada espacio de mi cuerpo Calliope.

-No debió molestarse en rescatar a esta niña rubia.

Ella comienza a reír.
-No podía dejarte Arizona.

Esas palabras en su boca me hacían estremecer.

-Gracias - susurre.

-Pensé que irías a la casa de tu novia - Ella me da una mirada ligera, como si estuviera hablando con una amiga, me sentí importante.

De que hablaba.

-¿Novia? No tengo novia.

-Lo supuse, April me...

-April siempre saca conclusiones tontas- Interrumpí.

-Por algo las saca - Murmura muy bajo pero alcance a escuchar.

-¿A que se refiere?

-A nada, olvídalo - Trata de darme una sonrisa.

-Señora Torres no tenemos que hablar de esto, no ahora.

No quería que habláramos de Eliza, quería hablar de ella, solamente estar con ella.

-Entiendo, ya estás en tu casa, yo creo que debo irme.

Sus palabras eran hielo.

-No quise incomodarla.

-Tranquila Arizona, no lo hiciste - Sonríe - Ten buena noche.

-Gracias por rescatarme y buenas noches.

La lluvia comenzó a caer, sentía las gotas frías, pero no me preocupaba eso, me preocupaba que otra vez se fuera y yo no hacía nada.