Capítulo 42. Verdad.

400 44 22
                                    













Calliope.








Nunca mi corazón había palpitado de esta manera, sentí tantas emociones por minuto, sentí felicidad pero también miedo.

Mi vida cambiaría al pisar esa habitación, no sabría cómo ser fuerte ante este hecho.

Solo sabía que quería ver a Arizona, a mi Arizona.

Abrí la habitación, veo cómo todo está iluminado, veo aquellos cabellos rubios y un rostro completamente golpeado.

Veo una venda enorme en su cabeza, un respirador en su nariz, sus brazos llenos de pequeños moretones y una pierna totalmente inmovilizada.

Verla así me destruyo.

Mis lágrimas salieron incontrolablemente, pero me acerqué a ella y tomé aquella frágil mano.

-Arizona - Murmure - ¿Por que esto no me pasó a mi? ¿Por qué a ti? Haría lo que fuera para estar en tu lugar... no sabía lo mucho que podía llegar amar hasta que apareciste,te amo tanto, que mi amor por ti me quema, me quema el hecho de perderte, de no verte, de no poder amarte más.

Las lágrimas salían cada vez con más frecuencia.

Bese en un pequeño roce sus labios, labios lastimados, pero con el mismo exquisito sabor que removía mis fibras,que removía mi alma.

-No puedo vivir sin ti, así que vive por mi - Susurre en su oído.

Sentí que me escuchaba, sentí que ella me decía que lo haría, que lucharía.

Por un momento pensé que fue así, que todo iba a volver a la normalidad, con una Arizona más fuerte.

Esperaba que fuese así.

Tenía su mano entre la mía, fue calma y tranquilidad para mi.

Dure unos minutos tomando su mano, rezando por ella, estando a su lado en paz.





Pero en ese momento oigo un rechinar al abrir la puerta y dos caras totalmente sorprendidas.

-¿Señora Torres que hace aquí? - pregunta la señora Robbins.

-Hola, estaba pasando por aquí y vi a Arizona.

-¿Que hacia pasando por área restringida del hospital? - dice el médico.

-Ni yo entiendo cómo llegue aquí - Dije.

-Cariño - Dice su madre acercándose a ella.

Yo retrocedí unos pasos.

-Es mejor que me vaya - Limpie mis mejillas mojadas y me despedí de ella en un susurro.

Sabía que esto iba tener consecuencias, que la señora Robbins sospechaba algo, su mirada me lo dijo.

Pero no me importo arriesgarme por verla, tenía que hacerlo.





Después de eso fui a tomar un café con Adisson, April se había ido con sus amigas a descansar y más tarde vendría.

-¿Estás loca o qué? - preguntaba Adisson - Como se te ocurre ir a ver a Arizona sin consentimiento - Dice algo molesta - Claramente eso no es normal Calliope.

-No pensé ¿de acuerdo? - dije - Estaba anonadada, solo quería verla Adisson.

-Yo se Call, pero fue muy peligroso lo que hiciste, la señora Robbins puede enterarse y ambas sabemos que eso puede arruinar tu vida.

-Eso ahora no es importante, aunque sería muy controversial que ella llegase a entrarse lo único que importa es que Arizona despierte, que ella esté bien.

La mamá de mi mejor amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora