Capitulo 30. Sentimientos

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Arizona.



La mañana iba pasando muy lenta para mi gusto, habían pasado apenas tres horas desde que entré a y nada que el día se acaba.

Necesitaba correr hasta la alcaldía y hablar con Calliope, asegurarme que lo nuestro seguía en pie y no cambio de opinión por los comentarios idiotas de mi papá.

Enserio esta angustia estaba matándome y necesitaba concretar las cosas.

La maestra de literatura me saca de mi trance.

-Me gusta ese escrito ¿es para alguien especial? - pregunta detrás de mi.

-¿Que hago si yo quiero que seamos todo y no se puede? - pregunte en voz baja.

-¿Por que no se puede ? ¿No siente lo mismo? - responde ella intrigada.

-Supongo que me quiere como yo a ella, es solo que tiene miedo a vivir esto por sus tontos principios.

Por la mirada compasiva de la maestra pude intuir que creía que se trataba de que la persona de la que le hablaba tenía miedo de salir del closed.
-Entiendo Arizona, es complicado el tema - Sus ojos se desvían al resto de la clase, todos hacían el trabajo en silencio - Deberías hacerle ver que luchar por lo que tienen es más valioso que todo y seguirla conquistando, pero te juro que con ese escrito hasta yo caería rendida a tus pies - reí.

Al principio me dio vergüenza pensar en la situación de mostrarle este escrito a Calliope, pero seguir el consejo de una persona adulta casi de su misma edad debe dar resultado.

-Muchas Gracias maestra - Sonreí

-Esperó haber ayudado - Ella me da una pequeña sonrisa y se va hacia su asiento.

A los minutos sonó el timbre del recreo, así que con mucho cuidado arranque la hoja del trabajo y la doble para meterla en mi bolsillo, tome mi mochila y abrigo para salir corriendo.


-No puedo creer que te estoy ayudando en esto - Amelia me ayudaba a vigilar que nadie me viera salir por la puesta trasera del gimnasio.

-Es de vida o muerte Am, ademas te pague con un sándwich - proteste mientras con una pinza movía el candado grande que tenía la puerta.

-En verdad estás enamorada, nunca te había visto cometer estas locuras - Dice ella.

Tenía razón, estaba loca por su amor.

-Lo se - Suspiré y bingo, el candado se abrió - Por fin, dile a la maestra de química que tengo dolor de panza por si me demoro.

-Pobre maestra Murphy , odiará el hecho de que su alumna favorita no vaya a su clase - reí.

Yo solo volteo los ojos y me escabullo por la puerta.









No podía creer que enserio estaba afuera del instituto en horario escolar, camine hasta la alcaldía que no quedaba tan lejos pero igual la nieve no paraba de caer y el frío me estaba matando.

Al entrar sentí como un hormigueo empezaba a despertar en mi cuerpo y también la calefacción encendida , era una verdadera maravilla.

-¿Arizona? - decía una voz conocida, era la recepcionista, la señora Higgins.

-Hola señora Higgins - Sonreí nerviosa.

Conocía a la señora Higgins desde que tenía memoria, ella siempre me regalaba dulces y cuidaba de mí mientras papá asistía a sus reuniones, muchas veces le ayude con su trabajo.

La mamá de mi mejor amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora