Son los últimos meses del año de 1900 es la Rusia de los zares, una época marcada por los contrastes sociales en la que la aristocracia hace gala de poder y riquezas todas obtenidas a costa de un pueblo que muere poco a poco por el hambre, las enfermedades y la desesperanza. Donde los obreros y los campesinos son vistos como parias mientras se hunden en aldeas miserables o en los barrios bajos de las grandes ciudades. Sin embargo aires de cambio han comenzado a fluir pues entre aquellas pequeñas personas grandes ideas han surgido, ideas que pronto definirán el futuro de la nación, estos son los inicios de la revolución Bolchevique no obstante aun falta tiempo para que esta estalle.
Ahí, en una humilde aldea llamada Solovetsky en la isla del mismo nombre dentro del remoto mar blanco al norte de Rusia más exactamente frente a la puerta principal de un monasterio un pequeño bulto envuelto en pieles llamó la atención de una joven religiosa justo cuando salía por las compras diarias esa mañana de invierno, cuidadosamente lo tomó y tal como lo sospechó un intenso llanto se escuchó por lo que de inmediato regresó al interior.
--¡Hermanas hermanas!.-- repetía la mujer.
--¿Qué pasa hermana?.-- salió a su encuentro otra mujer de mayor edad.
--¡Nos han dejado otro bebé en la puerta!.-- respondió la mujer menor.
Enseguida lo colocó sobre una mesa donde de inmediato fue rodeado por las diligentes religiosas mientras la madre superiora se habría paso entre ellas, con cuidado fueron separadas las pieles dejando ver a un bebé de no mas de seis meses con escaso cabello en extremo claro y ojos de un azul profundo que lloraba con todas sus fuerzas. Vestía con ropas propias de una familia de campesinos y su cuerpo se veía demasiado delgado.
--¡Es un bebé hermoso!.-- dijeron a coro las monjas.
--Sí, pero bastante delgado y demacrado, este pequeño ha pasado hambre, posiblemente su madre ya no viva.-- añadió la madre superiora.
--O podría ser que debido a la hambruna que azota a la isla su madre no lo ha podido amamantar adecuadamente, conozco a aldeanas que han perdido a sus bebés por no tener suficiente leche para alimentarlos.-- opinó la mujer que lo había encontrado.
--Podría ser también eso.-- contestó la superiora.
--¡Aquí hay una nota!.-- dijo de pronto otra monja.
La nota decía lo siguiente:
"Este es mi nieto, su nombre es Viktor y tiene cinco meses de nacido, su madre murió horas después del parto y su padre partió a luchar con los campesinos del sur del país desde hace dos meses donde recién nos enteramos que murió en batalla, eso nos dejó sin la pequeña cantidad de dinero que nos enviaba para los gastos de su hijo por ello ya no podemos hacernos cargo de él ya que mi esposo y yo somos un par de ancianos enfermos y pobres incapaces de sostener una boca más, esperamos puedan buscarle un hogar acogedor y asi mismo rogamos a Dios su perdón por lo que acabamos de hacer"
Leyó la religiosa la nota escrita con letra torpe.-- No dice su apellido.-- añadió.
--Es obvio que no lo pondrían.-- dijo otra mujer.
--Entonces seguiremos la tradición, ¿quién lo encontró?.-- cuestionó la madre superiora.
--Fue Maria Nikiforova.--
--Asi es madre.-- afirmó la nombrada.
--Bien, ya que tú lo encontraste tomará tu apellido. Su nombre a partir de hoy será Viktor Nikiforov y permanecerá con nosotras hasta que le encontremos un hogar digno.-- indicó la madre superiora.
--Por ahora será mejor que le demos algo de comer.-- añadió María Nikiforova.
--Denle algo nutritivo y mantenganlo caliente ya que este pequeño necesita muchos cuidados.-- ordenó la superiora.
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Send me an angel
FanfictionEn una noche de invierno un carruaje corre frenético, dentro de el seis huérfanos conducidos por su profesor huyen de la revolución rusa la cual está en su punto álgido, creen que van hacia la salvación pero...la muerte los acecha en una remota mont...